Páginas

Mostrando las entradas con la etiqueta Muerte. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Muerte. Mostrar todas las entradas

domingo, enero 07, 2024

Medium

 Siempre había tenido curiosidad, pero nunca había contemplado hacer una cita con alguna.

Mi casero de Airbnb con quien ahora tengo una buena amistad tras meses de estancia, me recomendó a una "Muy Buena"... así que le di el beneficio de a duda y decidí hacer una cita.

Pensé que era muy costosa la cita, pero me aventé al vacío.

Nos recibió en la puerta de su casa tras unos minutos de encerrar a los perros. Me presenta con ella y entro a su pequeña oficina.

Es un cuarto a media luz, con estatuillas de todas las religiones existentes, santos, ángeles, Buda, Cristo, etc.

Apenas y doblaba mis rodillas para sentarme en aquélla silla y ya empezaba ella a hablar con suma velocidad, empezando TODAS sus oraciones con "preciosa, tus angelitos me dicen..."

Comenzó a describir mi forma de ser, con todos sus colores, los brillantes, opacos y los no visibles al exterior. Quedé sorprendida.

Me pintó el panorama actual de mi vida con todo lujo de detalles, indicándome que habían dos personas junto a ella. Ellos eran mis "angelitos". Papá y mamá.

Tu mamá te manda saludar... dice que muchas gracias por todo lo que le diste, la atención y cuidados estando con ella en todo el momento hasta el final, que no te preocupes... ella está bien!

Luego me preguntó aquella mujer si mi mamá había estado enferma... a lo que asentí atónita y con lágrimas en los ojos.

Continuó diciendo el estado actual de mi relación con el faraón. Mis dudas de si seguir o claudicar... "Es un buen hombre, muy trabajador, muy serio, poco expresivo... pero no te quede la menor duda, un buen hombre".

Después: ...

M: "tienes una hija"... 

N: "no" - repliqué yo... "no tengo hijos"... 

M: "pero tuviste una hija en vidas pasadas y esa hija hoy en día está en tu vida... qué mujeres hay en tu vida a las que quieres como una hija"... 

N: "sólo que sea o mi hermana o mi sobrina"

M: "tu hermana!... no es una niña, es una mujer adulta... ya no le resuelvas la vida... ella es muy buena persona, de carácter fuerte y muy intensa, pero tiene una vida muy caótica en todos los ámbitos en estos momentos... no eres su mamá, no es tu responsabilidad... repito, ya no le resuelvas la vida, tienes que concentrarte en ti".

Quedé perpleja... ¿cómo sabía esta mujer cosas tan íntimas?, insistía en "tus angelitos me dicen..."

Siguió con el ámbito laboral, describiendo que soy una persona sumamente independiente económicamente, que siempre había sido muy activa y hasta un tanto "trabajohólica" y que me sentía culpable de no estar generando, porque tengo más de un año de no trabajar... pero que no me sienta culpable, éste tiempo es "necesario". Dando detalles sobre mi situación de salud de hace unos años, insistió en que no es momento todavía de regresar a trabajar. "Tienes que concentrarte en ti, pensar en ti, amarte... sanarte"...

Dijo que papá estaba presente, que no me preocupara por él... que estaba bien.

Después de un rato y yo un tanto decepcionada porque no había mencionado a mi hermano para nada... y ya casi por concluir la hora, me preguntó si tenía alguna pregunta.

N: "sobre mi hermano... falleció hace un par de años y no tuve la oportunidad de despedirme... mi hermana y yo nos turnábamos en el cuarto de hospital por el reglamento de COVID-19 y ella se quedó aquella noche en la que en la madrugada del día siguiente mi hermano falleció... él tenía miedo de morir y no lo pude acompañar..."

M: "tu hermano está aquí... dice que no se quiso morir en tu presencia. Esperó a que no estuvieras para que no te impresionaras... dice que al principio tuvo miedo, pero  tus papás llegaron por él. Dice que no te preocupes, que está bien"...

N: "las cenizas de mi hermano están en casa de mi hermana..."

M: "sáquenlas inmediatamente, la energía remanente no es bueno que se quede en esa casa, llévalo con tu papá"

N: "mi hermano quería un funeral vikingo..."

M: -ella sonríe como si alguien le hablase "sí, dice tu hermano que tenía un viaje planeado a Noruega... ¿ustedes tienen planes de hacer algún viaje a Noruega?"

N: "no... desafortunadamente"

M: -vuelve a sonreír... "qué chistoso tu hermano, dice que cómo lo van a llevar a Noruega si ustedes (nosotras) no vamos a ir?... lástima que no te conocí hace un par de años, una muy amiga mía fue a Noruega precisamente hace un par de años, ella lo pudo haber llevado"

Así concluyó nuestra cita y yo al borde del desmayo por haber ingerido una pastilla para el dolor, que después me percaté era de origen opioide y que toda la tarde me tuvo en jaque, a punto del paro respiratorio.

Un día muy especial y raro sin duda. Conforme vaya recordando más cosas que me haya dicho, iré agregando párrafos.

Lo que me queda muy claro, es que alguien definitivamente estaba con nosotros en aquella habitación y que ese alguien sabía hasta mis más íntimos pensamientos. Ahora siento que tengo que actuar con tiento. Me siento observada, analizada. En resumen, mis "angelitos" tienen urgencia de que ya me active, no necesariamente en el ámbito laboral, pero que ya retome mi rumbo.

jueves, enero 13, 2022

8 dias

 
Estoy en un cuarto de hospital con grandes ventanales. Mamá me acompaña silenciosa. La Peque, mi hermana,  toma mi mano y ambas me miran con consternación.

Yo me encuentro un poco cansada pero tranquila, no tengo síntoma alguno.

El médico regresa del pasillo tras haber hablado con mi familia. Le pregunto al médico "Es grave, ¿no es así?", el médico solo asiente. "¿Cuánto tiempo?", "Ocho días...", dice el médico.

Sale de la habitación y mamá se retira. Mi hermana toma mi mano... le digo que estoy bien, aunque el espejo dice lo contrario. Mi reflexión es un rostro adelgazado casi piel a hueso. En aquél momento recuerdo los últimos días de Overkill. Comienzo a tener dolor de hígado, noto un bulto en el costado derecho y me doy cuenta de que desarrollé el mismo padecimiento de mi hermano.

Resignada, le digo a mi hermana. No te preocupes, tenemos todavía ocho días.

Despierto desconcertada, pero sin miedo. Una extraña sensación de resignación y a la vez una realización en el que tiempo hay, escaso.



sábado, marzo 12, 2016

Último respiro

Este año ha sido extraño desde su inicio. Recibir el año con una bota ortopédica, tener un empleo sin proyecto asignado y todo de cabeza.

El faraón en su afán de rescatar a la mujer que conoció, me invitó a meditar. Hace unos 4 años que le huyo a la meditación. Los últimos dos me tiré a la frivolidad mental y últimamente mi cerebro ha tenido indicios y deseos de paz, así como de retomar mi camino. Utilizaré la frase de un amigo que describió a otro amigo suyo tras la muerte de sus padres... Aquél tío perdió la brújula de la vida.

Sí, creo que eso me ha sucedido, he perdido la brújula, dando tumbos y al fin tocando fondo.

Abro ventanas, aire fresco circula en las habitaciones. Tres postraciones. Respiro profundo y me siento en casa. No comprendo cómo es que dejé de meditar. Mientras respiro y libero mi mente de pensamientos, la imagen de mi madre y su último respiro en mis brazos me lanza en automático a un ataque de pánico. Aviso al faraón, quien tranquilamente me pregunta que dónde siento el pánico, que respire y describa.

Mi pecho es un nudo y de repente siento como una estaca atravesándome el cuerpo de pecho a espalda. Es un dolor muy fuerte, se manifiestó en menos de un segundo y con una sola imágen. Yo sosteniendo a mi madre por los brazos para ayudarla a sentarse, mi hermano a su lado ayudando y mi madre con su bello rostro abriendo sus ojos y queriendo decir algo... Ese algo fue el último respiro. Ese último respiro, después de 5 años 3 meses exactos hoy, se manifestó en pánico en menos de un segundo.

Luego de mi boca salió sin pensar y dirigido al faraón quien observando mis sollozos e intentos por respirar se acercó a abrazarme fuertemente: "ahora entiendo por qué no he querido meditar en todo este tiempo, miedo a que surgieran estas emociones, el terror de perder a mi madre en mis brazos".

Después todos estos pensamientos inundaron mi mente y traté de dejar ir: aquél día todos estábamos agotados, esperábamos que llegara el lunes para su tercera quimio. Era domingo 12 de diciembre del 2010. Ella llacía a lo que ahora analizo ya agonizante (tal vez en ese momento la negación de todos de este inevitable hecho). Una larga espera en la que había de dos sopas, o vives o no vives.

Mamá hizo el intento de sentarse. Yo fastidiada por el cansancio, pongo el ordenador de lado para apresurarme a ayudarla a enderezarse, y en aquél breve recorrido del pie de la cama a la cabecera, en mi mente surgió una queja "aquí vamos otra vez". Mi queja referida a nuestras espaldas dañadas por las cargadas, noches en vela. Nunca me esperé que presenciaría lo que pocos en su vida. Ése último respiro. Sentí una culpabilidad tremenda.

El faraón mientras me observaba y yo sin decirle palabra me preguntó si me sentía culpable. Asentí. "¿Qué te diría tu mamá sobre la culpa si estuviese aquí?"... Recordé a mamá parafraseando a Nietzsche y concluyendo "hija, nunca sientas culpa, por qué la culpa es una porquería... Perdónate a ti misma"...

[El hombre que falto de enemigos y resistencias exteriores, encajonado en una opresora estrechez y regularidad de las costumbres, se desgarraba, se perseguía, se mordía, se roía, se sobresaltaba, se maltrataba  impacientemente a sí mismo, este animal al que se quiere “domesticar” y que se golpea furioso contra los barrotes de su jaula, este ser al que le falta algo, devorado por la nostalgia del desierto, que tuvo que crearse a base de sí mismo una aventura, una cámara de suplicios, una selva insegura y peligrosa -este loco, este prisionero añorante y desesperado fue el inventor de la “mala conciencia”. ~ Friedrich Nietzsche]

Ése 12 de diciembre por la mañana, mamá dijo "hija, no hay reproches, así que no tengas culpas de nada, que la culpa es una porquería, una falta de tiempo y una agresión a ti misma. No hay reproches, has sido una buena hija y eres una buena persona. Estoy orgullosa de ti".

El faraón me miró a los ojos y dijo "respira, siente las emociones y déjalas ir". Seguí su consejo y dos segundos más tarde mi cuerpo estaba liberado, mis pulmones libres para el siguiente respiro y La Paz inundó mi mente.

jueves, noviembre 22, 2012

Peso muerto

Hoy en la tierra del nuevo color y de los 4 años más, se celebra el día de Acción de Gracias.

Como es la costumbre, compramos un pavo orgánico y me dí a la tarea de prepararlo.

Sacóle de su envoltorio, lavóle y al tratar enderezarlo para rellenarlo, no lograba cargarlo. Se resbalaba de mis manos y lo sentía incontrolable. En fracciones de segundo, mi mente se transportó al día en que mamá dejó su cuerpo. Entre la peque y yo, la estábamos cambiando para que se la llevaran a la funeraria, cuando de nuestros brazos, su cuerpo se resbaló de entre nuestras manos. Tenía dos veces su peso y sus extremidades ya no se acomodaban donde las dejábamos. Incontrolable. El recuerdo fue fugaz y en ese fugaz momento, lloré lo que hace muchos meses no había logrado.

Con el pavo tendido de costado en el fregadero, traté de traer mi mente al presente... recordé entonces la última vez que entre mamá y yo cocinamos un pavo de Acción de Gracias, cuando nos vino a visitar hace seis años.

A unas cuantas horas después de cocinarlo y cenar, mi espalda me mata. Creo que es el peso de aquél peso muerto, más el peso muerto del pavo, más el relleno. Estoy agotada.

Imágen tomada de internet
Felíz Acción de Gracias a quien lo celebre. Para mí, sólo una ocasión de cocinar lo inusual y compartir con el faraón sus costumbres. Por primera vez en mucho tiempo, estoy en casa en esta fecha. Siempre había estado de viaje desde que nos mudamos al norte del país.

sábado, junio 09, 2012

Razón de existencia de blog caduca

No sé por dónde empezar... Recorriendo estos siete años "al aire" en este blog... recordemos por qué comenzó:
Un trabajo en el que no me sentía reconocida, la planeación de la cabeza era pobre, así que había infinitos tiempos muertos. Mi frustración era tal, que tenía que desahogarla en forma de sarcasmos, berrinches hacia la pared (ésta pared), para poder controlar las emociones en el trabajo. Sí... desahogar frustraciones.

Hoy, la razón de ser de éste blog... por lo que empezó... caducó. No porque ya no esté frustrada de alguna situación... o "x"... sino que me acaban de informar hace unos minutos, que el tan "temido" Guajolote, al que le llamaba a este pobre hombre... falleció de un infarto esta mañana.

Me siento extraña. Muy consternada por su súbito fallecimiento, puesto que siempre había sido una persona "fuerte"... tal vez por eso su físico se desgastó... con apenas y aproximados 55 años de edad, se fue en un latido demasiado fuerte.

A la distancia y al tiempo lo veo tan, pero tan diferente: un señor que seguramente no estaba preparado para el puesto que desempeñaba, por lo que se estresaba así mismo y a los que estábamos a su alrededor. Es una pena que no le haya hecho caso a sus médicos, pues desde aquél entonces (2002 que empecé a trabajar con él) le dijeron que tomaba demasiado Dr. Pepper y comía demasiada carne roja. Padecía de gota y de presión arterial elevada, a pesar de que su complexión normal, era de buena condición.
Lo lamento por sus hijos, dos chicas en la universidad y un chico que seguramente comenzaría la preparatoria después del verano. También por su esposa, se veía que era una mujer sumamente paciente y amorosa.

Me siento rara, me siento mal... pero lo que sucedió, sucedió... y lástima... Sr. Guajolote, donde quiera que estés... llévatela tranquila, que los estreses ¡no valen la pena! descansa en paz... Tom M.

miércoles, marzo 14, 2012

Cuando un conocido se va

Hace  un par de días, me enteré a través de una foto en la que fui etiquetada en mi "cara-libro", que un compañero de la generación prepa-universidad, perdió la vida víctima de la delincuencia que hoy en día se apoderó de México.

Este muchacho, aunque nos veíamos diario en la escuela en la prepa y ocasionalmente en la universidad, no intimamos mucho, pero éramos parte de un grupo que nos reuníamos en las horas libres en unas áreas de jardines en la escuela. Aún así, la noticia de su deceso me dejó impactada y sumamente preocupada. Impactada por la violencia con la que se fue, por la juventud que dejó atrás, su esposa y sus dos pequeñas. Triste por que a pesar de que no éramos muy cercanos, ningún ser humano merece morir de esa manera. Era una buena persona.

A distancia poco se puede hacer, pero con un sincero pensamiento y sentimiento, deseo que su familia encuentre la paz. A veces me detuve a pensar en que nunca me di la oportunidad de profundizar en una amistad. En realidad hay ocasiones en que las personas se cruzan en el camino de forma desapercibida y en un momento como éste, siguen dando lecciones.

No faltan quienes lo juzgan a uno que si lo conocía o no, que si eramos amigos o no, que qué me importa a mi su muerte, etc. A ese tipo de gente le digo, no importa si fue mi amigo o no, la muerte de una persona y de esa manera es motivo de tristeza y preocupación. Y es más... no tengo por qué dar explicaciones. Uno tiene una conciencia y emociones, y tiene la libertad y el derecho de sentir lo que le dé la gana. Tampoco voy a fingir, como muchas personas lo han hecho, que "si tuvieron amistad" con esa persona, etc. Mientras lo escribo, todo esto me parece absurdo, un juego de niños. Tanta inmadurez aún a esta edad. En fin.

Con esto, quiero decir que de los pocos conocidos compañeros que han fallecido, él sin duda aunque tuvimos momentos casuales y conversaciones pequeñas, su muerte zacudió muchas cosas, tal vez el recuerdo mismo de ver morir a una persona, cercana o no, la empatía de saber lo que están viviendo sus familiares y lo que está por venir... sólo puedo decir: Donde quiera que estés C. te mando un abrazo fuerte, mis mejores pensamientos y ojalá en otra vida tengamos el gusto de formar una amistad. Descansa en paz.

Y otra reflexión, cuando esto le pasa a conocidos, la preocupación se agudiza con los nuestros. Sobre todo la peque que siempre anda sola con los peques. Sólo me queda meditar mucho en seguridad, amor... mucho amor, que es lo que falta en este planeta. Si existiera amor en los hogares, éste tipo de situaciones no ocurrirían, no habrían malandrines ni delincuentes. Serían pobres, pero felices, o no pobres pero amados.

Estoy triste. Y al que me fastidie con lo mismo, en lugar de mandarlo a freir espárragos, sólo le diré... mírate al espejo, tal vez encuentres que lo que te fastidia de mí, lo estas viendo en aquél reflejo.




domingo, enero 22, 2012

Resurrección

Mamá estaba en cama... la rodeábamos amándola y diciéndole que había regresado de un largo viaje. El Dr. X la había traído de nuevo a la vida. Unas horas después de haber fallecido, el Dr. X le había dado una serie de inyecciones. Mamá estaba de vuelta y sana.

El tema de este sueño ha sido recurrente por ya algún tiempo. Hoy todo el día ha sido para mí un día de reflexión entre la vida y la muerte. El recordar su cuerpo sin vida... caminando dentro de una librería, apareció el libro "21 gramos, el peso del alma"... sigo caminando y me evado en los libros de edición y lingüística. "Escribir y Editar". Una de mis adquisiciones, publicaciones Deusto. Tal vez esto me haga olvidar un poco el tema del día de hoy.

Mamá... te veo en cada colibrí que absorbe sus mieles, te siento en cada brisa aromática, en cada nube pasajera. Aún así... extraño tu presencia física.

martes, noviembre 08, 2011

Luna y fin

El estrés del trabajo me lleva emocionalmente a un torbellino sin salida. Decido salir desesperada a caminar. Salgo por la puerta trasera. La luna en su apogeo. Luna llena, luna hermosa. Luna de mi alma. Misma que veía cuando estaba contigo. Respiro profundo. Sollozo. Las nubes en la claridad del cielo, aunque anocheciendo, borreguitas pasajeras. Me acuerdo de ti cuando decías... "cuando las nubes parecen borreguitos, es que se viene el frio".

Caminé hacia el jardin del frente. Decidí entonces patear las calles. Subí a cuestas por la acera... en cada paso, las lágrimas desesperadas corrian atraídas por la fuerza de gravedad... Cada paso, sentía como cristales caían de mis párpados... sollozaba sin sonido, respirando profundo y sintiendo ese terrible dolor en el pecho. No el dolor físico, sino el del vacío que dejaste. Aunque decías que ya nada importaba y que en realidad trascendiste, me sigues haciendo mucha falta. Sobre todo ahora, que no tengo a quién platicarle mis penurias.

El Faraón aunque es un apoyo fuerte y tierno, no comprende todavía la magnitud de la pérdida de un ser querido. Más aún de una madre... una madre que siempre fue tan querida... tan adorada. Sigo paso a paso. Sin pensar, estamos en las calles de Justo Sierra, transportada en el tiempo y en el espacio, tu yo yo tomadas del brazo, caminando, riendo, viendo las casas... en la noche con las luces de adentro prendidas... pensamos en las miles de familias que hay en este mundo. A su vez, tantos mundos en cada casa. sus cortinas, su decoración... luego nos reímos de bobadas, palabras inventadas, términos locuaces... luego tus desvaríos filosóficos... que en su mayoría terminaban en risotadas con incontinencia "vejigal". Sonrío mientras sigo llorando. Cómo demonios te extraño.

Mi compañera, mi hermana, mi mejor amiga, mi madre. Eras todo en una. Llego a la otra cuadra, donde la acera abruptamente termina y continúa con césped. Me detengo. Curiosamente ese término abrupto coincide con tu partida. Con como me siento. Partida, abruptamente cortada, terminada, en vacío. Perdida.

Decido dar la media vuelta y volverme a casa. Cada paso una lágrima... una respiración profunda, una tristeza y un adiós. Observo las emociones y poco a poco me tranquilizo. Te amo. Te extraño.

viernes, octubre 07, 2011

Para reflexionar

Después de que alguien muere, uno reconoce el legado del que se fue. Steve Jobs fue una de esas almas que dejaron y dejarán huella por tiempo indefinido.

El ver de nuevo su discurso en Harvard en el 2005, me hizo recordar los viejos sueños jóvenes que dejé en el baúl del olvido. Según yo no sabía lo que me gusta o lo que quiero, pero en realidad siempre lo supe. Me gusta crear. Durante mi carrera, a pesar de dedicarme a lo que "no me gusta", para "darle gusto a papá"... en realidad estuve aplicando lo que me gusta: crear nuevas formas para automatizar procesos administrativos con cuanta herramienta tuviera a la mano.

Me di cuenta de que tengo que tener más fe en mi misma y arriesgar, pues no hay nada que perder. De verdad que no hay nada que perder. Mamá lo decía... infinito de posibilidades, nada importa. Lo mismo que dijo Jobs en su discurso. Vaya, hasta Neo en "The Matrix"... su legendario "there is no spoon". No se debe estar al filo de la muerte para comprender esto... pero normalmente uno lo pasa por desapercibido - al menos yo lo hice, porque tal vez no lo comprendía -

¿Qué me espera el futuro? en realidad ya no me preocupa. Sólo sé que tendré un trabajo, que no sé a ciencia cierta cuanto durará, pero sin duda me servirá como una herramienta para hacer lo que mejor sé hacer y lo que más me gusta. Tomaré los cursos necesarios, las certificaciones necesarias y al fin haré realidad lo que por alguna estupidez dejé en el letargo. Simplemente me distraje de mi camino, pero no importa. Haré lo que mejor esté en mi por vivir mis sueños.

Por alguna extraña razón, desde que comenzó Octubre, siento aires nuevos... renovados en este ser. Espero que este motorcito siga inspirando y empujando.

Hoy recibí una noticia triste. La mamá de una amiga mía falleció. Tristemente no la pudo alcanzar, pues mi amiga vive en Canadá. Ahora se encuentra en México y está destrozada porque no tuvo la oportunidad de despedirse.

Aquí le dejo... la voy a llamar. Me toca echarle todas las porras que ella me echó estos meses. La muerte impresiona cuando viene de imprevisto... aunque todos tenemos esa inevitable sentencia. El duelo es necesario y nada es para siempre. Así que estimado lector, ama con intensidad, emociónate, vive, canta, baila, pinta, toca algún instrumento, platica mucho, dile a tus seres queridos cuanto los quieres, apapáchalos, sonríe, ríe a carcajadas, llora de la risa. Los momentos que más recuerdo de mamá, es cuando hacíamos tonterías y nos reíamos... cuando inventábamos vocabulario para describir objetos o situaciones, cuando hacíamos caras... cuando estaba yo de malas y ella me trataba de alegrar el día haciendo payasadas... cuando platicábamos largas horas, cuando nos mirábamos a los ojos, cuando le decía cuanto la quería y se sonreía tímidamente con sus pestañitas a media asta y me decía "yo también chicuelina". Italia, esto también pasará y llegarás a lo que he llegado, a dejar la tristeza atrás y verás el horizonte limpio y listo para explorar.

jueves, septiembre 22, 2011

Danzando

Otra semana en pausa. He intentado bailar por lo menos dos o tres veces por semana. El faraón y yo nos inscribimos a un curso en la universidad de la ciudad. Promete integrar conciencia y fortalezas personales para mejorar la vida aquí y ahora.

Mi mente y voluntad siguen en pausa. Mi mente perdida en internet o televisión. En ocasiones "descansa" durmiendo, en otras se distrae por llamadas de reclutadores (muy pocas) y en ocasiones sigue la danza de los ojos sobre libros diversos, sin consistencia y con poca concentración.

Mi voluntad anda de revoltosa... Logré rescatar una inversión, pagar unas cuentas, pedir informes sobre la certificación. La voluntad se resiste, pero este zombie ha logrado mantener consistencia en las labores hogareñas. No tanto en la buena alimentación.

Hay días mejores que otros. Ayer la imagen de mamá yaciendo en aquella plancha antes de la cremación saltó a mi mente. Desde entonces tengo lagunas mentales. Me cuesta trabajo concentrarme. Algunas necias lágrimas saltan de los lacrimales sin previo aviso y a intervalos irregulares. No logro sostener un continuo llanto. Sólo pequeños arrebatos.

Olvidé lo que escribiría después de lo anterior. No lo recuerdo. Mi mente baila... en el vaivén del pasado y presente. Se detiene en este momento. Recuerda la experiencia del todo. Me doy cuenta de que sigo atrapada entre aquella dimensión y ésta. Quisiera estar por completo en la otra y no en esta. A ratos, mis emociones danzan con los recuerdos... danzando con la culpa y recordando lo que mamá decía... "Nietzsche decía que la culpa era una porquería, así que hija... no hay reproches, no tiene caso, no sientas culpa de ningún tipo. Tu me lo has dado todo, has sido todo. No hay reproches".

La imagen de mamá y yo abrazadas bailando en aquéllas clases de baile en el 2005, en "el cinturón de la biblia". Sus guisos, sus apapachos, sus regaños. Escucho su voz en la contestadora de mi teléfono de casa. No siento nada, sé que esa voz ya no existe y sin embargo no siento NADA. Ni tristeza, ni añoranza. Muy extraño. Tal vez mi cerebro está evadiendo el vacío. O tal vez, mi cerebro lo asimiló desde aquél último suspiro.

Así que aquí y ahora, danzando en la nada... danzando en el vacío... desconectada del mundo terrenal y esperando tener un propósito terrenal, algo que me conecte a éste mundo en el que ya no quiero estar.

¿Hay vida después de la iluminación? ¿qué es la vida?, ¿qué sentido tiene si ya conocí la eternidad?, ¿qué sentido tiene ya si la probé y me encantó?

miércoles, septiembre 14, 2011

Volvió a casa

Después de la iluminación de hace un par de semanas, las cosas volvieron a la "normalidad"... que más que normalidad es una rutina sin rutina, de la que hoy me escapé: desperté a las 6am, salí a correr con el Faraón, regresé a hacer postraciones y a meditar por media hora. El partió a sus labores y yo me quedé a desayunar y empezar los que-haceres domésticos.

Ayer entré a mi cuenta bancaria en línea, los números se encogen y yo sigo sin trabajo. Los caza-cabezas sólo prometen y no ha habido ningún tipo de acción, no entrevistas, no nada. Decidí que tendré que trabajar en aquella certificación que postergué eternamente. No habrá alternativa, sin esa certificación, no hay trabajo.

Anoche me enteré que un compañero de la universidad falleció de cáncer de páncreas. Conocí de su caso en cuanto diagnosticaron a mamá hace poco más de un año. El había decidido ir a Cuba para un tratamiento experimental en el que por medio de veneno de alacrán o escorpión, lograban matar células cancerígenas. A estas alturas sólo me quedó pensar en lo siguiente:

Una vez que la persona se diagnostica con esta terrible enfermedad, es como recibir una sentencia de muerte. Aunque todos estamos sentenciados a morir, sabemos que vamos a morir, pero no sabemos cuándo. El que padece de cáncer, sólo sabe que le queda poco tiempo, tal vez menor al de una persona sana... y tal vez no (cuánta gente fallece en accidentes, etc?). El cuerpo se deteriora y depende del estado de ánimo del paciente, así como de sus fuerzas corporales, el cómo vive el resto de sus días. No se puede saber qué le depare el destino. Una amiga de mamá tuvo cáncer cervico-uterino, eso fue hace más de 30 años. La señora sigue aquí. Yo lo atribuyo a sus deseos de vivir y a su profunda espiritualidad. Antes de casarse, fue monja. Así que estoy convencida de que la fe en esos momentos tiene que ser como un roble. Tener fe y esperanza de que todo estará bien.

Él tuvo la suerte de vivir un año más que mamá. No sé sobre su calidad de vida, pero me imagino que con tanto sufrir en estadios terminales, inevitablemente la muerte es la mejor opción. Tal vez digo cosas sin sentido.

Pienso en prevención. Prevención. Prevención. No lo sabemos, ni siquiera si es genético o no. Los médicos dicen que es así, pero viendo la historia de mamá, nadie en la familia... vamos, mi abuelita vivió hasta los 93 y sólo tuvo un mínimo roce con el cáncer de piel que en realidad no le alteró la vida, detectado a tiempo y tratado de inmediato, no hizo daño.

Lo único que he leído y que me hace pensar que es cierto, es que el cáncer vive en ambientes poco oxigenados y ácidos. Así que a hacer ejercicio, respirar profundamente lo más que se pueda y comer una dieta alcalina. Eliminar las carnes rojas, azúcares, harinas (alimentos procesados)... Comer muchas frutas, verduras, granos, etc. Omitir la comida chatarra, los químicos en artículos de tocador y de limpieza. Que nuestro medio ambiente esté limpio de químicos. Espiritualmente desarrollar fe. No importa la religión o dogma, tener fe en que todo estará bien (ésto último me queda clarísimo después de la iluminación). Vivir con desapego material, desapego personal, amando profundamente en cada momento, aquí y ahora. Dicen que el amor cura. Un amor profundo y sin temor.

Pienso en los días en que estuve con mamá. Yo viví aterrada. Cada nuevo síntoma, cada efecto secundario. Aunque lo disimulaba, sabía lo que se acercaba. Aunque con profundo amor, también experimenté profundo enojo reprimido. Enojo de la "injusticia" por lo que mamá estaba viviendo. Ese amor mezclado con enojo y miedo no es buena combinación. Pero es difícil manejarlo en el momento. Más cuando uno no ha vivido ese tipo de situación y no sabe qué es lo que sigue.

Mamá ya se había derrotado años antes. Sin saber que estaba muy enferma y tras haber vivido momentos muy difíciles con la muerte de su hermana y mi abuelita, el diagnóstico de Overkill... no le encontraba sentido a la vida, con todos sus hijos desperdigados y ella viviendo sola (se negaba a vivir cerca de alguno de sus hijos), se distanció de sus amistades. Decidió que ya no quería estar. Cuando fue diagnosticada, se dio cuenta de muchas cosas... se arrepintió de otras tantas. Cuando comenzó a tener fe, ya era demasiado tarde (días antes de morir).

Estimado lector, si tienes a un familiar o ser muy querido con cáncer, no tengas miedo. El miedo lo percibe el enfermo. No sólo el miedo propio de su enfermedad, sino el miedo de aquellos que lo rodean. Hay que estar... estar al 100%, escuchar 100%. Dejar los pensamientos aterradores que sólo pasen y fluyan, que no se queden con uno. Esos pensamientos aterradores distraen, roban tiempo precioso. Apoyar a la persona en todo momento, motivar a que tengan fe a pesar de que se nieguen a escuchar (ésto último es lo más difícil).

En fin. En estos momentos pienso en CV... pienso en lo mucho que habrás sufrido, en tu familia... sólo te puedo asegurar algo. Estás de regreso en casa y estás mucho mejor. En paz descanses.

lunes, agosto 22, 2011

Lunes indeseado

Siempre me han impuesto los domingos. No me gustan. Peor los lunes, sobre todo cuando sé que mi porvenir depende de lo que yo decida hacer. Decidí no llamar a aquella mujer que quiere que trabaje como consultora. No lo sé, como que por ahí no me late. Tal vez cambie de idea y mañana la llame. Hoy tenía muchas cosas que hacer: llamar a la compañía de autos para hacer cita para el servicio del nefermovil. Averiguar si mi membresía en esa asociación profesional sigue vigente, para.... -si... ya sé...- registrarme para la certificación, aquella a la que le he dado la vuelta.

Aunque no hice lo mencionado, me desperté relativamente temprano, hice Tai Chi... un DVD que encontré abandonado por ahí... para seguir con mi rutina de la serpiente.

Confieso que no he comido muy bien que digamos, la semana pasada no comí verduras y mis entrañas lo resintieron. Están protestando estirándose como chicle en el interior, haciéndome pasar unos momentos sumamente incómodos.

Vino el de la compañía de internet. Cambió no se qué cosas o filtros fuera de la casa y en el sótano. Así que antes de que llegara, me di a la tarea de escombrar y aspirar aquél área que le rehuía. Sí, todavía hay cajas y papeles, pero ya menos, tal vez mañana le dé otras dos horas a la talacha allá abajo. Poco a poco y quizás para el viernes el sótano esté impecable. Al menos el internet dejará de fallar (ojalá).

Malas noticias: encontré una cucaracha bebé en el sótano. Así que esto tiene que quedar esta semana, ojalá sólo sea una pasajera y que no se estén colando por la coladera del área de máquinas.

Me siento triste. Triste porque perdí contacto con un amigo muy querido, con el que podía hablar horas y de diversos temas, trabajábamos hasta altas horas de la noche, viajábamos juntos, negreábamos juntos, mentábamos mandarinas juntos, etc. El caso es que le perdí la pista.

El no es muy asiduo de las computadoras. Nunca escribía correos, pero hablábamos por teléfono o cuando iba a México, nos quedábamos de ver para el café. La última vez que lo vi fue en el otoño del 2007. La última vez que escuché su voz fue en el otoño del 2008. Aquél otoño hablé con él mientras la anestesia general iba poco a poco disipándose en mi ajetreado cuerpo tras aquella cirugía. Después... perdimos contacto. Su teléfono no es el mismo y al parecer ya no vive donde solía hacerlo.

Cuando pasó lo de mamá, traté de buscarlo... sin suerte. El había conocido a mamá... de las tantas veces que me llevó a casa después del trabajo. El y su esposa conocieron a mamá en una situación curiosa muchos años atrás. El había dado al hospital y yo también por circunstancias diferentes. Nos encontramos en urgencias. El esperaba ser atendido, sentado con su esposa e hijas. Yo, sentada con mamá. En aquél entonces era sólo un compañero más de trabajo, no nos conocíamos del todo y sobrevivíamos al difícil ambiente laboral de aquella empresa.

Hace un par de meses, sabiendo que nunca abre sus correos, le escribí una carta y se la envié por correo convencional, pero con acuse de recibo. Así me aseguraría que recibía las malas nuevas sobre mamá. El sábado, recibí del correo una notificación para recoger un sobre.

Hoy fui a la oficina postal y para mi tristeza, aquél sobre sellado y estampado llegó de nuevo a mis manos. Cerrado. Unas notas en español por todas partes en aquél sello: "no se encontró al destinatario". Al parecer hicieron un par de visitas, para en la tercera (la vencida), sellaron el sobre como "devolución de acuerdo a la ley" y lo enviaron de regreso.

Cometí el grave error de abrir ese sobre y leer su contenido. Fue como revivir de nuevo todo aquello. Todos esos meses de angustia y terror, confrontarme con la muerte una vez más... sentir este vacío infinito que corroe todo mi ser. Recordar sus bellos ojos a media asta. Su aliento ausente después de una expiración. Un envase vacío. Un cuerpo sin alma. Una familia sin madre. Una hija perdida en un llanto ahogado... sin poder respirar. Respiro profundo y en mi mente sólo un par de frases: no principio, no fin... no nacimiento, no muerte. Tal vez es un consuelo. Al menos, quiero engañarme un ratito, hasta que este dolor que me taladra el pecho ceda.

domingo, abril 17, 2011

Perplejidad

Estaba en una oficina. Parecía uno de mis trabajos del pasado, en el que estaba yo rodeada de compañeros del sexo opuesto. Me preguntaban acerca de mamá. En ese momento, mamá entraba, no había emoción en su rostro. Caminando en silencio se sentaba en una silla junto a la mesa.
Había vuelto, se notaba algo pálida y sin reacción emotiva. Yo le pasaba sus joyas, que ella iba clasificando y acomodando en charolitas de metacrilato. Estaba callada (muy raro en ella).
"¿Cómo te sientes mami?" -pregunté-, ella, perdía la mirada en el infinito. "má... te quería preguntar...", "sí hija, dime"... "¿qué sentiste?" -ella incrédula se volvía hacia mi-, "¿sí, qué sentiste al momento de morir?". Con la mirada de nuevo perdida, sólo contestó "no quiero hablar de eso". "Tienes razón má, ya estás de regreso y eso es lo que importa".

Momentos más tarde, dos de mis compañeros me interrogaban... "Nefer, ¿así que te vas de vuelta a casa?"... "sí, me regreso a España".

jueves, diciembre 23, 2010

Vacío en la nada...

Y como bien lo decías... ya nada importa.

Amanecí con un resfriado. Overkill y yo bajamos a algún doctorcillo a que nos recetara, para poder sobrevivir el retiro que se aproxima a pasos agigantados.

No sé cómo explicar por lo que estoy pasando. Es una mezcla de certeza que todo va a estar bien y la sensación de que todo esto que acaba de pasar, pasó hace años. Te extraño pero no te pienso con dolor. Es tan extraño y tan diferente a lo que sentí con la muerte de papá. Tal vez porque tuve la oportunidad de estar contigo las 24 horas, atenderte como te merecías, darte toda mi atención, amor y apoyo. Te dí todo... y todo se fue contigo. Así que me quedé sin nada.

Siento como si mi ser fuera un envase vacío al que ahora tendré la oportunidad de llenar con nuevas experiencias, sentimientos, recuerdos.

Descansa en paz y feliz, que ese cosmos del que hablabas, ya te está abrigando. Te quiero mucho y siempre estas conmigo, en mi mente y mi corazón... pero es hora de partir... partir hacia lo nuevo y desconocido, sin miedo.

Mi percepción de la muerte cambió totalmente. No hay nada que temer, porque ya nada importa.

domingo, diciembre 19, 2010

Iluminación...

Tras estar hospitalizada, el jueves pediste que adelantáramos la Navidad. Con una logística un tanto desordenada, nos vimos a la tarea de prepararte tu reunión.

El viernes, envolvimos juntos los regalos y horas más tarde la ambulancia te llevaba de regreso al departamento.

Acercamos el árbol a tu cama, así como la mesa y con la ayuda de los niños, decoramos tu cuarto.
Cenamos, abrimos regalos y estuviste muy contenta, pero muy débil.

El sábado el faraón se fue. Lo dejé en el aeropuerto. Debí mandarlo en taxi, habría estado más tiempo contigo.

La tarde pasó tranquila, aunque un poco aterrante para ti. Muy cansada pero aceptabas y pedías alimentos. La peque avisó que se quedaría por la noche.

Domingo... nos levantaste a las 5am, exigiendo que te pusiéramos de pie, que ya podrías caminar... me preguntaste si quería ir contigo. Asentí y te pregunté que si de parranda... "no estoy jugando" me respondiste. Nos apresuramos a vestirte.

Mamá: vámonos, no hay tiempo, nos esperan, no vamos a llegar (con voz emotiva aunque débil)
Peque, Nefer: sí, sólo te tapamos bien...
Mamá: ya vamos, no hay tiempo!

Salimos a la calle en pijamas y pantuflas, envueltas en cobijas, mamá con mi chamarra y en silla de ruedas. La madrugada estaba estrellada, silenciosa y bella. Mágica.

Mamá: vámonos, no hay tiempo, más rápido!
Peque: mira mamá! nos encontramos dinero!!! (a nuestro paso, alguien tiró monedas de diez pesos en lo que parecía haber sido un paquete envuelto en masking tape)
Mamá: eso no importa!!!! se nos hace tarde!!! no hay tiempo que perder!!!!
Mamá: (a overkill que venía detrás de nosotros) no!! tu regresa, no estás preparado.

Overkill con tristeza en la mirada, recogió las monedas de la calle y regresó al departamento. La peque y yo nos fuimos siguiendo sus indicaciones... "derecha!", "izquierda"... cuadras y tiempo transcurrieron...

Mamá: un árbol! busquen un árbol! donde no haya gente ni coches, ya que aquí no hay montañas... tengo que compartirles esta experiencia!!!!

Te acomodamos frente a unos lindos árboles, pero volteaste y dijiste que había un Oxxo feo y que mejor a la vuelta. La peque y yo, cada una a tu lado, nos apresuramos y cruzamos la calle, torcimos a la derecha y un auto tenía una calcomanía de Jesucristo con las palabras "búscame".
Dimos la vuelta a la izquierda y nos apuntaste a un árbol de amplias raíces.

Mamá: esto no es lo que yo esperaba, pero bueno, no importa. Ya nada importa... vieron?
Peque y Nefer: no má... que?
Mamá: (con una sonrisa débil y mirada en éxtasis) Me iluminé!!!! me iluminé!!!! vi el Cosmos!!!!, vi el universo en expansión!!! en el no pensamiento me llegó!!!, llegué a la unidad!!! lo positivo de la humanidad!!! la vida es lo mismo que la muerte!!!! ya nada importa!!!!, lo vieron?????
Peque y Nefer: no mamá,
Mamá: eso es lo que les quería compartir!, no lo olviden, busquen la iluminación! ya nada importa!, eso es todo lo que quería compartir.

Te diste cuenta de que la peque y yo no estábamos tan cubiertas en aquélla gélida madrugada, así que nos pediste regresar a dormir. Recorrimos todas aquellas cuadras potosinas en la obscuridad hasta que llegamos al departamento. Te cargamos y pusimos en la cama.

Dormimos todos hasta las once de la mañana. Después, ya estabas muy débil. Balbuceabas palabras que no podíamos distinguir, pedías irte, ya no querías estar. Cansada, decías que ya nada importaba, que había el trabajo que quisiéramos, los negocios que quisiéramos, que el universo era maravilloso.

Horas más tarde, pediste comida. Mientras nos turnábamos para bañarnos, nos pedías que desayunáramos, que comiéramos, que durmiéramos... no te dejamos sola. Tenías miedo a la obscuridad, a estar sola.

Te tomamos la presión a intervalos regulares. Tu presión y respiración eran cada vez más lentos.
Mientras la peque se bañaba, el overkill y yo estabamos contigo. El tomaba tu mano mientras preocupado me indicaba el decenso en tus vitales. Posaste tu vista en él. Yo, con la computadora en mano, le pedí que te dejara descansar. En ese momento, tu mirada se fijó en la mía... diste un leve suspiro, como que algo te bloqueaba la respiración, como si hubiéses dado un trago por el lugar equivocado... corrí hacia ti.

Nefer: mami, te acomodo?
Overkill: má, te acomodamos...

Era demasiado tarde, en aquél momento, con tu mirada fija en la mía, expiraste con un leve sonido, que parecía un grito que se ahogó en aquella debilidad. En ese momento te nos fuiste.

Tu cuerpo, un envase vacío... yacía ante nosotros... ya no eras tú, era sólo materia. Te fuiste así sin más.