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lunes, marzo 01, 2021

Reflexión a dos años

 Hoy hace dos años fui diagnosticada de un intruso invasivo y silencioso creciendo lentamente en uno de mis senos.

Recuerdo que me inundó una incredulidad, después como que algo reventó en mi pecho, no físicamente, energéticamente, como si un globito lleno de polvo hubiese reventado y ése polvo se hubiese esparcido por todo mi ser. Una emoción difícil de describir.

Lloré como 5 minutos intensamente y me dí a la tarea de planear mi futuro inmediato, no dando cabida a pensamientos derrotistas, ni cuestionando por qué, ni dando cabida al miedo.

Hoy siento una extraña paz. Estoy en una pausa del medicamento para prevenir la recurrencia. Ese medicamento mina mi salud, haciéndome sentir sumamente cansada, con una niebla en el cerebro, falta de atención y de memoria. Comenté con la doctora y me aprobó la pausa del medicamento. Una semana y esa niebla se disipó y en general mi energía está regresando y los dolores articulares están cediendo junto con los bochornos. Tendré que ver por cuánto tiempo puedo dejar de tomarla. Pero ése es otro rollo.

Hoy celebro en silencio la posibilidad de seguir en este plano, de poder disfrutar de la nueva oportunidad que me doy: participar en un "bootcamp" de programación, que promete en 6 meses asegurarme un futuro en el mercado laboral, en la rama que siempre me ha interesado - la tecnología.

Estimado lector o lectora, si te llegas a encontrar en una situación similar te cuento. No tengas miedo, la mente es poderosísima y con un plan disciplinado podrás salir adelante.

En estos días estoy reconstruyendo una nueva rutina, adaptada a las nuevas circunstancias de salud con las limitantes de los medicamentos y a mi propio ritmo. Puede ser que algún día llegue a tener una rutina normal.


Abur




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