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lunes, junio 24, 2024

Comprensión

 Tristemente después de tantos años comprendo lo que he sido para ti y para tu familia. Sólo un símbolo de $.

Lo que de corazón he aportado a ti y a tu familia, no sé en qué momento se convirtió en obligación. Muchas veces ponías énfasis en que cada quién vive la consecuencia de sus decisiones. Lo triste, es que lo que predicas nunca aplica a ti. Tú decidiste formar una familia con una persona que no te apoya y tú decidiste tener hijos con esa persona aún sabiendo que nunca cambiaría. Admiro tu tenacidad para sacar a tus hijos adelante, eso no es reprochable. Al contrario. Lo triste es que lo quieras hacer a costa de los demás.

Lo triste es que pienses que yo tenga que estar aportando dinero a tus hijos. Momento, si yo hubiese querido una familia, la habría tenido y me habría hecho cargo de ella junto con mi compañero de vida. Sin embargo, no es el caso. El que sigas culpando a los demás por tus decisiones no es mi problema.

Tampoco es mi problema que "eres alérgica a mi". Y te molestas porque no compartí mis planes contigo. ¿Cómo voy a compartir mis planes y metas con una persona que grita a los cuatro vientos que es alérgica a mi? -- sé que fue un momento tuyo de berrinche, pues sabrá Dios (no soy creyente pero utilicemos éste término por ponerle un nombre) por qué estás enojada. Ya lo estabas antes de depositar las cenizas. Lo estabas inclusive antes de saber que me había enfermado.

Podría yo hacer muchas conjeturas, pero la verdad eso desgasta mi mente y ya no estoy dispuesta a analizar lo que no vale la pena analizar. Me bloqueaste de toda red social y evidentemente hablas pestes de mi a mis espaldas con tus hijos, porque es el trato que recibo después de todo el cariño y apoyo tanto emocional como material que se te ha dado a ti y a tu familia. Pero ¿sabes qué? nada importa. Finalmente lo que quede será la posteridad. Siempre decías, "¿cómo quieres que te recuerden en éste planeta? ¿qué quieres dejar para la posteridad?"... creo que esas preguntas te las deberías hacer a ti misma. Has mordido la mano que te ha tendido ayuda y ya esa mano está agotada. Así que tristemente tendrás que resolver tus propios problemas.

Lamento no haberte dicho todo esto en persona en su momento, la verdad es que yo sí quería una relación familiar sana, con comunicación y mutuo apoyo. Pero eso no es posible. Tristemente la sangre que corre por tus venas tiene el plomo de los H. Esos que siempre fueron tan tóxicos como en lo que te has convertido.

Sólo deseo que algún día logres ver la luz y que no sea demasiado tarde.  Por mi parte, me quedo con los buenos recuerdos, y con la certeza de que en mi vida no habrá toxicidad.

Te deseo lo mejor, ojalá que veas por tu salud y que tus hijos logren ser seres de bien, que tengan estabilidad emocional, felicidad y éxito (cualquiera que este sea, porque la definición de éxito es diferente para cada quién).

Que te sea leve.

lunes, junio 28, 2021

El tango de las emociones

 Mientras escucho algo de tango, recuerdo aquellos días en los que mamá y yo tomábamos nuestras clases de baile en aquél gimnasio en la pequeñísima ciudad de Ft. Smith Arkansas.

Pero esta publicación no es sobre aquellas clases que con tanto gusto disfrutábamos, más que de la música, de la mutua compañía madre e hija.

Estas letras esparcidas serán sobre el son del tango al que las emociones danzan durante el día.

Comienzan discretas, luego se sumergen como en un lago obscuro... donde remolinos de aguas encontradas distorsionan el flujo. Luego en crescendo agudizan sensaciones de optimismo, prometiendo estabilidad. Bailo al son de esa efímera estabilidad, en sincronía con el universo. Un lapso de nostálgico y melódico ritmo, que rebaja el humor de forma casi romántica. Y con violencia jala en su vaivén de nuevo hacia abajo. Danza en círculos, las ondas como en el agua, resonando. Se intensifican para en catarsis terminar dramáticamente.

Después comienza de nuevo... esta vez con aburrimiento, lentamente retomando ritmo. Amorfas se transforman y moldean... éxtasis, compasión, unas pizcas de optimismo.

Sigo en duelo, muy diferente al duelo de padre y madre... un hermano, un cómplice por medio siglo. En su trastorno emocional y de personalidad derivado de su enfermedad, tuvimos muchos malos entendidos. A últimas fechas hablamos mucho, nos pedimos perdón mutuamente, nos comprendimos. Una infancia difícil con un padre violento. Que seguramente su violencia derivaba de la misma enfermedad. Una cadena generacional que persiguió a los varones de aquella familia paterna. Padre, abuelo, bisabuelo y así hacia la rama de antepasados.

Sólo queda meditar, estar presente... dejar ir, continuar. Sus momentos de lucidez con los que logramos reforzar nuestros afectos fraternales, nuestras complicidades y recuerdos, son el consuelo que queda.



domingo, marzo 17, 2019

Día 17: Negación

Mi estado de ánimo ha estado sumamente tranquilo, ecuánime.
Una amiga con buenas intenciones, insistente me cuestiona mis sentimientos sobre esta situación. Le insisto en que estoy bien, que no tengo miedo y que me siento tranquila.

Mi mente ha estado tanto en modo de resolución, que me he enfocado a planear qué sigue. Sin embargo, el subconsciente me ha jugado trucos inevitables:

Durmiendo una siesta ayer, antes de prepararme para una noche de "Bar Hopping" con las amigas, cuando alcanzaba el estado de sopor y total relajación, aquella latosa voz interior interrumpía aquella tranquilidad diciendo: "tienes c y te vas a m"... en aquella alteración de mi estado de ecuanimidad, sacudí la cabeza y me dije "¡No!, ¡voy a estar bien!".

Horas más tarde, a mi regreso del famoso salto de bares, que seamos sinceros, Cincinnati no es Nueva York. A las 12 de la noche ya las calles estaban vacías y los bares estaban cerrando. Sólo quedaban 2 lugares y no prometían. Que además, pude haberme quedado en casa, pero bueno ése es otro tema.

Una vez en casa, en camita... caí rendida ante los brazos de Morfeo. Horas más tarde, comencé a soñar, que regresaba a casa de aquella salida nocturna y que mis amigas se quedaban con nosotros, por lo que les pedía no hicieran ruido, ya que el Faraón estaría en sus aposentos haciendo lo propio.

El Faraón despertaba y comenzaba a externalizer su desacuerdo sobre la estadía de aquellas féminas en nuestra humilde posada. Continuaba con que iríamos a comer a algún sitio, donde yo trataba de convencer al Faraón, de que estaba exagerando y que se relajara. El Faraón se levantaba de aquella mesa y sin ton ni son, nos dejaba solas, a mis amigas y a mi.

Minutos más tarde, el Faraón regresaba y un grupo de hombres variando en edades entre 40s y 50s, se acercaban a la mesa y comenzaban a recitar palabras en algún dialecto extraño, mientras movían sus manos expandiendo los dedos y como si estuvieran tocando un piano, pero brazos elevados, me miraban intensamente y seguían repitiendo aquello. Sonaba como alguna maldición, y sentía como una energía oscura invadía mi mente y yo volteaba a ver al Faraón y le decía "¡No!", el Faraón desconcertado veía a aquellos hombres, y entonces comencé a gritar mantras, para evitar que su intento por "hipnotizarme" o tratar de maldecirme, se desvaneciera.

Desperté empapada en sudor y sumamente alterada. 7am. Recorro la casa y el Faraón se ha ido. Domingo 7 de la mañana, se fue a la meditación sin mí. Ayer le había dicho que quería ir con él a la meditación. Sin embargo ha de ver visto que seguía dormida y no me quiso despertar.

Me alegro de estar despierta. El subconsciente es traicionero. No quiero pensar, tal vez es evasión y sé que el canijo dentro de mi cabeza quiere externalizar el lado oscuro de las emociones.

Estoy en estado de alerta para continuar enfocar mi atención a lo importante: resolver y no caer en la parálisis del miedo y menos en un estado de pánico. No me lo voy a permitir.

miércoles, marzo 13, 2019

Día 13: Limbo

...
MRI con resultados adicionales. Confirmado, alienígenas en ambos senos
Cirujano plástico... visitado y esperando me confirmen fecha de mastectomía
Cita lista para la siguiente semana para tomografía de tórax abdomen y pelvis...
y a esperar, que es lo más tedioso.

Hoy despidieron a mi jefa, lo cuál pone en jaque mi posición en la empresa. Esperemos que no pase de un susto. Y si me dan cuello, pues qué bendición, podré relajarme antes de la cirugía.

... no hay cabida para malos pensamientos ni para tristezas... sigo respirando, que ya es ganancia.

lunes, marzo 11, 2019

Dia 11: Espera

Aprendí de la situación con mamá, que lo más estresante y desesperante es la espera. Esperar a hablar con los médicos, esperar resultados de pruebas, esperar tratamientos, esperar cirugía, esperar, esperar, esperar...
Y si a eso le agregamos la espera en el trabajo, la empresa para la que trabajo es un desastre organizacional. Imposible contactar con algún ente de Recursos Humanos, una semana ha pasado y no han respondido a mis preguntas. Es sumamente frustrante. Necesito saber cómo proceder para lo que viene.

Había estado muy bien de ánimo estos últimos días a pesar de todo. Hoy, tras ver los resultados del MRI que me llegaron en línea, como que todo se difumina y el foco de atención es aquél reporte...

Confirmación de la evaluación preliminar... Lobular Carcinoma, invasive e in-situ.

Contando segundos, minutos y horas para que llame la doctora para planear los siguientes pasos: cirugía y ojalá que confirme durante cirugía que los ganglios linfáticos no estén comprometidos, para que sólo sea tratamiento hormonal y no el otro tratamiento del que ya presencié sus estragos, durante la enfermedad de mamá.

A seguirle dando...

domingo, marzo 03, 2019

Día 1: Zombie

Sentada frente al ordenador... sigo en estado de shock.

¿Cómo se le da semejante noticia a alguien?

Después de haberle informado a un grupo selecto de personas, me siento ambivalente ante la situación. Es enorme el apoyo que he recibido. Soy afortunada de tener un grupo, una comunidad en la cual apoyarme.

Me niego a decir la palabra. Siento que si la imprimo, de alguna forma quedaría marcada y no podría borrarse.

En mi cabeza 7 ciclos de 7 primaveras... 49... número non.

Mi abuelita Anita me leyó los alfileres cuando tenia 26 años. Al principio renuente, la convencí de que me leyera 'el destino'.
Tras algunas cosas, me dijo consternada 'Mijita... no me gusta leer los alfileres porque luego tengo que dar malas noticias y no puedo'. La convencí de que por favor continuara y que me dijera todo lo que veía. 'Hijita, veo... que vas a estar enfermita', atónita miraba a los alfileres y con vacilación me miraba y me tomaba de las manos.. 'Continúa abue!' le dije con urgencia y tomándole una mano diciéndole que no pasaba nada, que siguiera... 'vas a estar malita... pero te vas a componer'. Después de eso, no quiso continuar y me dijo que mejor me enseñaría a leer los alfileres.

Esto vino a mi mente mientras tecleo estas letras... ¿sería esto a lo que se refería?

Dormí poco. Traté de seguir mi rutina cotidiana, pero me sentía exhausta:
Desperté con el sonido de los pájaros y el toqueteo del pájaro carpintero en algún árbol cercano... me di una ducha, bajé a desayunar, preparé un cambio de ropa para después de la danza.

Mientras me vestía, escuchaba el canto de cortejo de un ave. Es curioso, estimado lector. No sé cómo explicarlo. Pero cuando uno se encuentra en estas condiciones, como que los sentidos se magnifican. Los sonidos son más fuertes, las luces más intensas...

Llegué a clase y todo parecía irreal. Entré al edificio y vi caras conocidas, saludé como siempre y a la mexicana, con un abrazo y un beso en la mejilla. Firmé la entrada y me dispuse a caminar hacia la fila para entrar al salón.

Mientras esperaba, veía la mezcla de caras, conocidas y desconocidas, todas reunidas en un mismo lugar, con esa felicidad de anticipación por entrar a bailar. En mí, al momento no había emociones, sólo observación. Como si yo no fuese yo. Como un tercero viendo una película desde fuera.

Dio la hora y entramos al salón. Decidí no bailar al frente, pues no sentía mucha energía. Una compañera de la clase me preguntó qué hacía en aquel lugar cuando siempre estaba al frente y al espejo... le dije que me sentía un tanto indispuesta. Con voz dulce y preocupada se acercó ¿qué tienes querida?... me detuve un segundo y con titubeo le dije de mi condición.

'Lo siento mucho!, pero sabes? yo también tuve cáncer hace diez años, y ¡mírame!, ¡vas a estar muy bien! ¡hay tantas formas de tratar la enfermedad!, ¡¡¡déjame ayudarte!!!, comenzó la música y nos pusimos en nuestros sitios.

Comenzó la clase y comencé a moverme. No puedo mover mucho el brazo izquierdo después de la biopsia, pero traté de hacer lo mejor que pude. Por primera vez me sentí vulnerable y débil. Pero continué... en una de las canciones, no logré controlar el llanto y traté de disimular...

Concluí con la clase... y con las ideas que tenía en mente...


viernes, marzo 01, 2019

Día 0: ...Shock

Vaya, tenía que pasar algo fuerte para sentarme a despepitar lo que mi cabeza ha estado evadiendo.

Todo comenzó cuando hace aproximadamente uno o dos meses, abrí la puerta del refrigerador y la despiadada se impactó con mi seno izquierdo. Sí ya sé... debí haber utilizado un sostén al menos. Estaba en pijamas, y dolió hasta el infinito. Puse hielo y no pensé más.

Con el transcurso de las semanas y la vida cotidiana, viajes de trabajo, etc., mi cuerpo me pedía descanso. Apenas iba a bailar a mi clase y me entraba un profundo cansancio, de no hacer nada. Después, comencé con las fiebres bajas. Pensé que sería algún tipo de influenza, pero raro porque ya me habían puesto vacuna. Nada respiratorio, simplemente cansancio y la temperatura ligeramente elevada.

Viernes pasado, cita para lunes. Lunes, ultrasonido. La doctora encontró algo inusual que quiere checar. Miércoles, biopsia. La espera de resultados fue eterna.

Viernes - hoy. Una llamada, una palabra. Una mísera palabra que puede dar al traste con todo. Palabra que no mencionaré, ni incluso hasta que el intruso en mi seno sea extirpado y no haya rastro alguno.

En mi cuerpo no hay cabida para ese tipo de intrusos.

Sólo agradezco a la desconsiderada puerta del refrigerador. Sin ella, el intruso no habría sido detectado.

He dicho.

jueves, agosto 16, 2018

Erupción interior

nota a mi misma... editar este rollo, porque estoy tan cansada que esta muy mal redactado y esta computadora me esta haciendo pasar malas jugadas con el teclado latino, pone tildes cuando le da la gana y no me deja ponerlas cuando las necesito....

***

Hace mucho tiempo que no escribo querido lector... tal vez distraída con las actividades cotidianas. Aunque desordenada últimamente, tratando de buscarle caucee a esta vida de casi medio siglo.

Estos últimos años y en especial a raíz de mi partida de la tierra que me vio nacer... mi mente, creencias y convicciones han evolucionado.

Una limpia de vicios aprendidos de los padres, los que de acuerdo a sus tradiciones familiares y creencias inculcaron en mí algunos valores e ideas que al paso de la madurez, no sólo me han hecho reflexionar, sino despertar en mi una descamación de pensamientos, proceso de extinción de prejuicios...

Entre algunas situaciones que ocasionan una profunda introspección es no sólo al vivenciar  situaciones personales, sino movimientos sociales, políticos y culturales...

Recuerdo cuando me mudé de éste lado de la frontera. Mi mente era capitalista, aunque nunca me pronuncié por ningún partido político. Pensaba que el trabajar en una empresa del mundo corporativo era sin duda alguna, el camino al éxito, al lograr una posición ejecutiva, para luego emprender independientemente algún negocio.

Vinieron un par de zacudidas que abrieron mis ojos, desequilibraron el velero y mojada en cubierta trataba de restablecer la quietud de las aguas:

Con la muerte de mi madre y la pérdida de mi "maravilloso empleo corporativo" en casi el mimso momento, abrí los ojos a un par de realidades. Nada importa más que la vida de un ser humano. Desde entonces, mis prioridades cambiaron, enfocándome más en la saludo y la interacción familiar y social.

Con la práctica de la meditación y la observación de las percepciones de la realidad, caí en cuenta durante un breve momento de iluminación en un par de ocasiones, que todos los seres vivos, naturaleza, universo, tiempo, vivencias, todo somos uno. Sé que suena muy "new age", pero el que medite lo entenderá. Fue cuando me dí cuenta de todos los prejuicios que mis padres, abuelos y amistades habían de alguna forma influenciado o moldeado la persona que fui (lo digo en pasado, porque estoy en constante cambio evolutivo y por supuesto, nada es permanente).

No hay separación entre raza, ni color, ni nivel socio-económico, educativo, cultural. Existirán estratos creados por los opresores, pero en realidad, si todos estuviésemos desnudos ante el inminente cataclismo, somos exactamente iguales.

Mi pasado yo era revoltoso, irreverente, con un enojo mal aprendido y hasta a veces, una tremenda falta de respeto hacia ciertas situaciones o personas. De esto me di cuenta a mi partida. En el país en el que radico actualmente se respiraba el ambiente de la tolerancia y se recriminaba lo políticamente incorrecto. Como yo lo veo, es que al menos se intentaba fomentar la decencia en la palabra y los hechos. Con decencia, me refiero a la no agresión, a la mala costumbre de la crítica por criticar, al ponerle sobrenombre a las personas, a la burla, a la discriminación.

Mi padre, un personaje ambivalente, cuyas virtudes a veces eran sobrepasadas por su mal carácter e incómoda conducta neurótica e intolerante, dejó muchas secuelas y malos aprendizajes... Han sido un tanto difíciles, mas no imposibles de desmantelar.

Con el resurgimiento de la intolerancia de este lado de la frontera, todo mi ser exige rebelión... hacia el régimen actual, nunca me había definido ni de derecha, ni de izquierda. Pero si de etiquetarse se trata, tenía antes tendencias derechistas.
Actualmente me considero una persona independiente con una combinación de valores que distan de la administración actual.

Entré en conflicto recientemente, con las elecciones de mi país natal. El personaje que será el sucesor de los dinosaurios, es un dinosaurio más. Aunque los ideales que México necesita son de la igualdad de oportunidades, no tengo la confianza,  ni la certeza de que este señor lo hará funcionar. Tal vez es cuestión de tiempo y darle oportunidad para ver qué sucede en su administración. Lo que me tiene en conflicto, es que al pensar en mi país, remueve el viejo yo, el intolerante a la mediocridad y a la idea de que exista un gobierno paternalista del que los más necesitados sean sobrepasados por los abusivos holgazanes que se adhieran a la ubre de la administración.

Tengo que encontrar por qué estoy en conflicto, estoy a favor de la igualdad social, la tolerancia y a la no discriminación. Sin embargo, estoy totalmente divorciada del abuso, sea de cualquier forma, abuso de poder o de oportunismo poblacional.

Resumen... necesito meditar o me volveré loca...



lunes, diciembre 25, 2017

Ausencias

La primera vez que experimenté una ausencia, aunque temporal, fue cuando mi hermana menor y yo nos perdimos en Paris.
Eran los 80s, y caminando cuadras atrás de Printemps la peque y yo tomadas de la mano caminábamos tras nuestros padres y hermano, como en fila india ellos, nosotras en paralelo.
En una esquina, doblan a la derecha, nosotras seguimos y cruzamos la calle... 7 hrs. de angustia tanto para padres como nosotras - aunque nos metieron en una tienda y en servicio al cliente nos dieron chocolates, crayolas y papel -.  La ausencia fue temporal, pero un susto tremendo pensar que estábamos en un pais ajeno y sin hablar el idioma, pensando que no volveríamos a ver a los nuestros.
Afortunadamente todo pasó.

La segunda vez, cuando mi mamá nos despertó para avisarnos que el abuelo paterno había perecido. Fue algo extraño, porque a pesar de que al momento lloré, ya era una persona muy grande y en cierta forma, su muerte no tan impactante. Sólo veía sufrir a papá.

La tercera y la que directamente me impactó y me dejó traumada, fue la muerte de papá. Siempre tan fuerte, era imposible creer que se había ido. Recuerdo cuando en el velorio contaban chistes y me parecía de lo más grotesco y fuera de lugar. Yo vivía mi dolor mientras todo lo demás seguía normal. El mundo se detuvo para mi, pero para los demás sólo era un día más.

Luego murió la abuela paterna, ajena a nosotros, en realidad no me afectó. Me afectó más ver a los hermanos de mi papá en el velorio de la abuela, pues el menor de ellos, parecía el gemelo de papá. Era como si papá se hubiese levantado de entre los muertos.

Años después, falleció la abuelita materna, un bello ángel que dejó nuestras vidas a sus 93 primaveras. Dolor fuerte, pero al igual que el abuelo paterno, no tan impactante.

Y hace siete años... la ausencia que destrozó mi identidad... sacudió mi existencia y acabó con mi antigua yo... Mamá quien fue secuestrada por el enemigo silencioso, quien le arrebató la vida.

Diciembre y enero, siempre decía... eran meses de "desviejadero". Mamá y papá fallecieron respectivamente en esos meses. Tal vez por eso, es cuando cada año esos meses me parecen fastidiosos inconscientemente y casualmente en esas fechas siempre tengo un resfriado o algún padecimiento pulmonar. (He logrado evitarlo hasta el momento este año).

El hermano mayor está en etapa terminal de su enfermedad. Hepatitis autoinmune, dejando su hígado cirrótico y con encefalopatías cada día más seguidas. Nos dio un susto el pasado fin de semana, cuando en una de sus incoherentes noches, caminando por la casa, cayó sobre una mesa de cristal, cortándose una mano. Lamentablemente, es una bomba de tiempo. En cualquier momento puede perecer y lo más complicado es estar tan lejos. Tan lejos y sin poder confiar en la propia familia. Es triste. Muy triste. Pero no queda más que aprender de las ausencias anteriores y prepararse para lo fuerte, que pronto llega.


jueves, abril 24, 2014

Auto represión

Desde aquél resbalón, mi vida ha dado un giro terrorífico... Bueno, bueno... Tal vez estoy algo tremendista el día de hoy.

Este abandono retorna y no me gusta. Son ya casi cuatro años que te fuiste y sigo aferrándome a la orilla del abismo para no caer en sus funestas profundidades.

Tal vez mi mala alimentación contribuye a este estado de ánimo... Sin embargo, al no estar en el movimiento acostumbrado, todo se estanca... Hasta los deseos... Aquellos que tienen en esclavitud a la mente. No los deseos materiales, esos están bajo control.

~•~•~•~

La mente divaga y se pierde en experiencias sensoriales pasadas. Todo es nebuloso pero nítido, si es que algo de esto tiene sentido.

Siento tus manos abrazando mi torso, mientras te doy la espalda. Tú como siempre en tu mundo simplista y yo en mi mundo complicado. Extraño esas manos... ésas charlas eternas, tu voz al otro lado de la bocina.

Suspiro. Cuántos años han pasado... Parecen ser dos ciclos de tres años, esta fuerza del destino tan trillada.

Comí tan poco hoy, me siento débil y mi cresta se siente vacía.

Trataré de postear más seguido...

miércoles, diciembre 05, 2012

Sabotaje

No se por qué... pero últimamente he tenido la manía de sabotearme a mi misma. Cuando empiezo a levantar cabeza y sentirme "feliz" de alguna manera doy al traste con todo. Me refiero a mi alimentación. Si ya sé que el azúcar me hace azotarme en las paredes, por qué una y otra vez insisto en ingerirla.

Hoy amanecí sumamente cansada. Es mi segunda semana de labores, después de dos años intermitentes. Mi cerebro está cansado, mis temores infundados y mis miedos al fracaso me han agotado. Una inseguridad que no es más que producto de la ingesta de azúcar.

Me siento vulnerable de nuevo. Me ayudó hacer algunas respiraciones esta mañana. Sentía como si estuviera hiperventilando, tal vez un ataque de pánico. Creo que le echo demasiado "coco" a todo. Ya no quiero pensar. Extraño a mamá. Varias veces tomo e teléfono con intención de marcarle y me detengo al recordar que ya no está. Extraño sus palabras de aliento... su "eres mi campeona", su cariño.

Estoy cansada... muy cansada. No sé hasta cuándo va a durar esto. Este limbo de soledad. Fui a México la semana pasada y sólo sentí un profundo dolor... algo muy extraño. No tenía muchas ganas de ir, pero tenía que hacerlo por trabajo. Al descender en el avión, un sentimiento surgió de mi pecho, fue más allá de mi, de todo, de pensamiento, emoción, recuerdo... ni siquiera eso, algo salió intempestivamente de mi pecho, me inundó con lágrimas los ojos. Las contuve.

Muy triste el caminar ese aeropuerto en el que mamá solía esperar y recibirme con su bella sonrisa, sus ojos hermosos y sus cálidos abrazos. En esta ocasión, me recibió mi hermano... que llegó no sé cómo, pues su alma apenas se sostiene en ese dañado cuerpo. Necesita trasplante de hígado. Lo ví mal.

Estoy triste. Muy triste. Me voy a dejar tristezas a otro lado.

martes, agosto 21, 2012

Triste


Estoy sumamente triste hoy...

No veo luz... pero como nada es permamente, mañana el día brillará... y tú en el firmamento.

jueves, septiembre 22, 2011

Danzando

Otra semana en pausa. He intentado bailar por lo menos dos o tres veces por semana. El faraón y yo nos inscribimos a un curso en la universidad de la ciudad. Promete integrar conciencia y fortalezas personales para mejorar la vida aquí y ahora.

Mi mente y voluntad siguen en pausa. Mi mente perdida en internet o televisión. En ocasiones "descansa" durmiendo, en otras se distrae por llamadas de reclutadores (muy pocas) y en ocasiones sigue la danza de los ojos sobre libros diversos, sin consistencia y con poca concentración.

Mi voluntad anda de revoltosa... Logré rescatar una inversión, pagar unas cuentas, pedir informes sobre la certificación. La voluntad se resiste, pero este zombie ha logrado mantener consistencia en las labores hogareñas. No tanto en la buena alimentación.

Hay días mejores que otros. Ayer la imagen de mamá yaciendo en aquella plancha antes de la cremación saltó a mi mente. Desde entonces tengo lagunas mentales. Me cuesta trabajo concentrarme. Algunas necias lágrimas saltan de los lacrimales sin previo aviso y a intervalos irregulares. No logro sostener un continuo llanto. Sólo pequeños arrebatos.

Olvidé lo que escribiría después de lo anterior. No lo recuerdo. Mi mente baila... en el vaivén del pasado y presente. Se detiene en este momento. Recuerda la experiencia del todo. Me doy cuenta de que sigo atrapada entre aquella dimensión y ésta. Quisiera estar por completo en la otra y no en esta. A ratos, mis emociones danzan con los recuerdos... danzando con la culpa y recordando lo que mamá decía... "Nietzsche decía que la culpa era una porquería, así que hija... no hay reproches, no tiene caso, no sientas culpa de ningún tipo. Tu me lo has dado todo, has sido todo. No hay reproches".

La imagen de mamá y yo abrazadas bailando en aquéllas clases de baile en el 2005, en "el cinturón de la biblia". Sus guisos, sus apapachos, sus regaños. Escucho su voz en la contestadora de mi teléfono de casa. No siento nada, sé que esa voz ya no existe y sin embargo no siento NADA. Ni tristeza, ni añoranza. Muy extraño. Tal vez mi cerebro está evadiendo el vacío. O tal vez, mi cerebro lo asimiló desde aquél último suspiro.

Así que aquí y ahora, danzando en la nada... danzando en el vacío... desconectada del mundo terrenal y esperando tener un propósito terrenal, algo que me conecte a éste mundo en el que ya no quiero estar.

¿Hay vida después de la iluminación? ¿qué es la vida?, ¿qué sentido tiene si ya conocí la eternidad?, ¿qué sentido tiene ya si la probé y me encantó?

sábado, agosto 13, 2011

Desconocida

Es increíble cómo sólo una fotografía, pudiese traer tantos "des recuerdos", emociones encontradas e inseguridades juntas. Una compañera de la prepa/universidad plasmó en el "cara-libro" un momento que no recordaba.

Mil cosas pasaron por mi mente al ver aquél rostro que ni yo misma reconocí, ni su peinado, ni su maquillaje, ni su ropa... lo único que reconocí, fue el colguije egipcio en aquél delgado cuello. La niña guapa, de mirada triste e infraganti. Traté de hacer memoria, no me hallaba. Vi el contexto, las demás fotos en el álbum...

En aquél entonces, en casa se vivía una dictadura. Problemas con overkill por su adolescente comportamiento, la violencia física y psicológica de papá y su controlitis incontrolable, el temor de mamá, la inocencia de la peque... la eternamente triste Nefer. Se venían muchos cambios, en verano del año siguiente nos mudaríamos a Italia. No tenía ni idea de que unos pocos meses después, papá no estaría entre nosotros.

Mi tristeza era profunda, venía desde la infancia. Un padre egocéntrico, macho y controlador. Su familia criticona. Celoso extremista, en cada oportunidad hacía ver mis defectos físicos: dientes chuecos, "nariz de tu madre", boca de "piquito de pájaro", "nada por aquí, nada por allá", "pobre de mijita la feita". Más tarde me enteré que lo hacía para que yo no me ilusionara con el sexo opuesto y no tuviese novio, para no darle a papá preocupaciones.

Insegura y poco sociable deambulaba por aquellas aulas, a veces comportándome con la pedantería aprendida de mi padre, tratando de probar no se qué cosas. Enamorada platónicamente de uno de mis mejores amigos, vivía eternamente en drama por que "no me pelaba".

Mi mejor amiga de aquella época, exasperada, me decía que viera más allá de aquél crío, que no todo era eso. Ella sin embargo, " tenía problemas": sus padres le daban demasiada libertad y se sentía sola, con tanta libertad que no sabía qué hacer con ella. Nada sabía ella del encierro al que papá nos tenía sometidos. Mi escape y felicidad era estar en las aulas, rodeada de conocidos/desconocidos/amigos, etc., haciendo todo tipo de actividades extra curriculares, para estar el menor tiempo posible en casa.

En esa época, mi mejor amiga se la vivía en mi casa... después de clases y "granero" (donde hacíamos aerobicos o jazz en la escuela) venía a comer y nos la pasábamos toda la tarde platicando de mil cosas, moda, peinados, chismes, cómo sería nuestro futuro, qué tíos nos gustaban. Claro, todo esto, cuando papá no estaba. Y si papá llegaba, siempre vió su lado coquetón y simpático, como cuando estaba de buenas. Nunca vio su lado obscuro. Nunca hice nada por aclararle a ella la visión. Nadie tenía por qué saber cómo estaban las cosas en casa. Se supone que éramos cinco... "los cinco dedos de una mano que unidos en un puño, podrían vencer cualquier cosa" - como solía decirlo papá.

Hoy vi esa fotografía e incrédula, comenté que esa no era yo. Un par de amigos respondieron "claro que eres tú". Me di cuenta y reconocí algo que nunca hice: mi auto-estima en aquél entonces, estaba por los suelos. Joven y bella, con toda la vida por delante. Sin todas esas inseguridades tal vez mi vida sería otra. No puedo imaginar, pero pienso que de no haber vivido todo lo que viví, no habría aprendido tanto. Por algo pasan las cosas.

Después de todos estos recuerdos y sentimientos, veo la foto y me digo: que hermosa chica.

martes, abril 12, 2011

Adolorida

Anoche la pasamos en urgencias. Empecé con unas sensaciones extrañas en la cabeza con ligeros mareos así que decidí ver de una vez por todas qué pasaba con la cáscara de nuez.

Después de cuatro horas de espera, me pusieron en una cama en el pasillo... otra hora más e hicieron la tomografía. Afortunadamente no tengo fractura ni hemorragia cerebral. Amenazaron con que seguiría con dolores, tensión, cambios en la vista hasta por dos semanas. Total, siete horas en urgencias, llegamos a casa a las casi tres de la mañana.

Hoy, sintiéndome súmamente adolorida y triste:

  1. El Faraón está estresado porque no tengo trabajo y porque el gobierno de este país no decide sobre su presupuesto: si cortan presupuesto, el trabajo del Faraón puede estar bailando con la más fea.
  2. Hoy son ya cuatro meses desde tu partida. Qué difícil.

Me siento culpable de no tener trabajo pero tengo que lidiar con esto primero. Ya vendrán tiempos mejores. Sólo espero que el F. tenga la paciencia para comprender esta situación.

jueves, abril 07, 2011

Ahora si, primavera?

Hola Má... apenas volvió a salir el sol, aunque a ratos airoso, te veo en las nubes, te siento en la brisa, te huelo en las flores. Estoy un poco más tranquila. El vacío ya acostumbrado creo que apenas se está empezando a distorsionar. No una distorsión negativa... sólo un garabato de emociones pero ya no de pánico por tu ausencia. Más aceptación.
Sigo con mis clases de baile, masaje una vez al mes y empecé a ir con una psicóloga -según esto muy buena- y pues a ver, apenas tuve mi primera sesión el martes. Creo que he avanzado más yo sola. Pero hay un largo camino por recorrer. Tal vez ya la semana que viene me enfoque a encontrar trabajo ya en forma. Con los cansancios y rarezas en estado de ánimo y salud, no me sentía con la cabeza ni la energía de emprender nada. Hoy mi estado de ánimo me indica que estoy mejor cada día, además de que me he alimentado mejor. Ya no estoy tan obsesionada buscando "curas o medidas preventivas" para tu enfermedad. Sé que eso es una lotería y así como te tocó a ti, tal vez no me toque a mí, o al menos, no necesariamente,... y si así fuera, pues ya será a su tiempo. Hoy, me siento bien dentro de todo, aún tengo energía y hasta un buen humor. Me acuerdo cuando platicábamos horas y horas, reíamos, nos abrazábamos, bailábamos, hacíamos payasadas... y también recuerdo nuestras discusiones tontas que al final siempre acababan en risas...
Aún no supero el ir de compras. No puedo. Tanto te gustaba que cuando entro a un centro comercial me es imposible... pateo pasillos y medio veo tiendas para al final no comprar nada y salir casi corriendo de ahí. Creo que es algo que tomará más tiempo (además de que tampoco estoy para gastar en cosas innecesarias).
Hoy fui a una clase de baile en la mañana, con otra instructora, me gustó mucho. Mientras no tenga trabajo, creo que ya la semana que viene haré la hora y media diaria. Sí... he bajado un poco de peso y algo de volumen. Qué bueno porque ya estaba amorfa.
Hay veces que me quedo con el impulso de contarte cosas... luego recuerdo... y me quedo con el suspiro en la boca. Así que decidí que cuando eso suceda, te seguiré escribiendo aquí. Al menos para no quedarme con la frustración de no platicar contigo.
No he meditado, simplemente he tenido resistencia. La casa ya está más ordenada y tal vez para el fin de semana (¡al fin!) pueda sentirme libre. Sé que a veces el perfeccionismo me atora, aún cuando algo se ve limpio, me obsesiono en pequeñeces y bueno, a veces el faraón me retrasa en mi progreso.
Piano piano, si va lontano... como me decías... a lo mejor soy muy exigente conmigo misma... otras veces pienso que no quiero caer en la auto indulgencia.
Mientras tecleo estas letras, estoy sentada en la cama. Me bañé hace un rato y me tendré que animar a vestirme para continuar con que-haceres domésticos y para su conclusión me premiaré con una hora de piano. Eso, si la energía que tengo me dura más de un par de horas... que últimamente suele durar menos.
Te quiero... mi geppettina hermosa...

miércoles, marzo 30, 2011

La caja de Pandora

Creo que desaté fuerzas que no puedo controlar. El haber empezado con el Tai Chi y el QiGong han movido extrañas energías en mi cuerpo. No lo noté tanto sino hasta anoche. Experimenté un dolor muy profundo en el pecho y espalda. No, no era muscular ni de algún órgano... era como si la mismísima alma doliera. Como si la energía estancada por meses se desató pero quedó atorada a la altura del pulmón derecho.
Es un dolor muy difícil de explicar. Como si el mundo se hubiese terminado y que todos los seres que amo no existieran, un dolor universal. El dolor de la humanidad. Lloré como por media hora sin poder controlar las emociones y el dolor. Ningún pensamiento realmente me invadió, sólo emoción y dolor.

El faraón insiste en que vaya a un médico. Me niego ir a doctor alguno pues sólo me querrán empastillar con antidepresivos. NO a esos venenos. Me sugiere una terapia. Más que una terapia, encontré un libro que tal vez me podría ayudar, pero está descontinuado y los precios son desorbitantes para un libro que sólo costaba alrededor de $18 dólares:


Esta mañana hice lo que el cuerpo pidió: tras no haber dormido gran cosa, decidí levantarme tarde. Me siento mejor, el dolor está ausente por el momento, no he hecho ninguna práctica hoy, tal vez en una hora haga otra vez un poco de Tai Chi... arriesgaré a ver qué sucede. Lo que está atorado tendrá que fluir, y sólo tengo que enfocarme sin perder piso: nada es permanente.

jueves, marzo 10, 2011

Ana Mari

¿Sabes? hoy tuve una entrevista de trabajo. La segunda con la misma empresa. La verdad es que no me he esforzado en buscar otras opciones, porque sigo cansada... nuestro trajín de los meses anteriores me agotó en todos sentidos. Hoy tuve el impulso de llamarte después de la entrevista, para darme cuenta fracciones de segundo después, de que ya no tengo a dónde llamarte. Se me hace todo tan extraño... por un lado sé que ya no estás, pero por otro, siento que sigues entre nosotros.

Hago un diálogo mental contigo en el que te platico mi experiencia y tu asientes y me reafirmas:
Nefer: hola ma! cómo estás!?
Mamá: muy bien mi reina, que tal?
N: hoy tuve una entrevista de trabajo! la segunda después de aquella telefónica...
M: y como te sentiste, como te fue?
N: pues me sentí segura y yo pienso que me fue bien, al menos la comunicación fluyó sin problemas con las 4 personas que me entrevistaron hoy
M: y cuándo te dicen si te dan el trabajo?
N: va a tardar, soy apenas la primera candidata bilingüe que han entrevistado, así que tomará poco más de dos semanas para que tomen una decisión, sólo hay otro candidato.
M: ya verás que todo saldrá bien, recuerda que eres mi campeona!
N:  ...   :)  ... sí mamá, estoy segura de que todo irá bien, y si no es con esta empresa, será donde tenga que ser
M: ésa es mija!
N: te extraño mamá...
M: yo también mi reina pero nos vemos en vacaciones
N:  ...(oh cruda realidad)...
termina mi diálogo mental de forma abrupta.

El vacío me inunda por unos minutos. Sigo el consejo de aquella masajista (la de la terapia integral), que me decía que me permitiera sentir el vacío, el limbo... fluir con él y trascenderlo... pasan unos minutos, lágrimas recorren mis mejillas. La imagen de tu bello rostro se hace presente en mi pensamiento. Cierro los ojos y alcanzo a ver esos lindos ojazos, y el lunar coquetón junto a tu ojo izquierdo. Tu sonrisa tímida y discreta risa nerviosa como cuando te decíamos que te queremos o alguien te hacía un cumplido. Tu actitud jovial y sencilla, pero fina  y distinguida. Tu pudor, tu serenidad y ecuanimidad. Tu ternura y calor. Tus caricias.
Mi mente viaja a aquél momento en el que en lugar de consolarte yo, me consolabas tú. Sentada en aquél sillón, yo hincada frente a ti, me tomabas de la cabeza con tus delicadas y vulnerables manos... recosté mi cabeza en tu regazo y acariciabas mi cabello. "Hija, todo va a estar bien", me decías... "¿qué voy a hacer sin ti?, te decía yo... "tienes que seguir, tu vida sigue... aprovéchala, prométemelo", acariciando una y otra vez mi cabello y mi rostro.
Lágrimas fluyen entre estas inútiles letras. No hay nada que mitigue este dolor. Pero te hice una promesa, y la voy a cumplir. Ya nos seguiremos viendo y mientras tanto te seguiré platicando.

jueves, febrero 24, 2011

Flashback...

Estábamos donde el doctor... habías tenido náusea todo el día. El Dr. indicaba que debíamos comprarte una especie de polea para no sé qué tratamiento. La peque, insistía en que te compráramos la música que pedías. Yo indignada le decía a la peque que existían prioridades y que la polea importaba más que la música para continuar con el tratamiento. Bajaba yo entonces desde la oficina del doctor. Ustedes utilizarían el ascensor y mientras tanto yo me trepaba en aquél barandal y bajaba como los bomberos.
Estando abajo, le rogaba a la peque que fuéramos a comprar la polea. Ella insistía en que la tienda estaba cerrada, que mejor mañana. La peque quería ir por la música. Sin comprar ni música ni polea, te llevábamos a a casa. Tu casa, la de Justo Sierra, que curiosamente se encontraba en una colonia totalmente distinta. La casa era la misma fachada, pero como esquinada y en ángulo. La calle era distinta.
Caminábamos hacia la casa... comenzabas a caminar más despacio y a tambalearte... te doblabas hacia el frente y comenzabas a vomitar. El vómito traía consigo un líquido verde. Yo observaba con terror, la peque en lo suyo (?) y tu como podías llegabas hasta el portón de madera, te asías de argolla y empujabas la puerta.
Un sollozo me despierta y un sentimiento de desesperación. Sí... era una pesadilla... pero despierto a otra pesadilla: ya no estás con nosotros.

martes, febrero 08, 2011

Hacia lo desconocido...

Después de semanas de espera, el notario no da solución a nuestra espera. Ni modo, me tengo que ir. No me gusta dejar pendientes pero ojalá ya haya oportunidad de regresar pronto para concluir con los trámites.

Me siento rara... por un lado, añoro la rutina antigua, en la que iba al trabajo, a mis clases de baile y luego a casa, con la cotidianeidad.

Tras lo sucedido con mamá, todo tomó un sentido distinto. Sé que no estará ella al otro lado del teléfono, ni estará esperándome en el aeropuerto en el area de llegadas, ni mucho menos en el área de partidas dándome el tan hermoso largo abrazo, seguido de su partida sin mirar atrás para que yo no notara sus lágrimas al decir adiós.

Extrañaré sus porras, caricias, consejos, sus lindas palabras de madre. Me voy con el corazón hueco. No sé qué rumbo tomará mi vida, las cosas que antes me interesaban ya no tienen prioridad en mi lista, si es que aún existe una. Sólo sé que en cada amanecer, en cada rocío, en cada flor, en la brisa del aire en mis mejillas, ahí está... silenciosa en aquella otra dimensión, observando lo que hago. O tal vez, planeando dónde más aterrizar para renacer y ocupar otra vida en alguna otra forma. Si es así, ojalá la vuelva a conocer, la vuelva a tratar, la vuelva a amar en otra vida.

Mi amor es eterno, eterno mi pensamiento... siempre estará conmigo, en el atardecer, al mirar esas estrellas que juntas observamos la madrugada de su partida. Sus ojos enormes y expresivos, su satisfacción y felicidad al verse iluminada, todo quedó impregnado en mi memoria. Su último suspiro, su partida.

¿A dónde te habrás ido?... lo que me queda claro es que eres felíz, estás donde querías. Lejos de una tortura, muy cerca del infinito, de la unidad, del todo. Con cada meditación alzaré mi mano e intentaré acariciarte, decirte que todo va bien y que con tu silenciosa compañía seguiré el andar de este camino, mismo que me ayudaste y enseñaste a recorrer.

Te amo mamita... y ahora, parto... hacia un rumbo desconocido.