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jueves, julio 28, 2011

Monster in law

Sé que no debo "decretar", sólo quería un título para esta entrada.

Después de tres años y ocho meses de no ver a los suegros, acordé a acompañar al faraón al cumpleaños de su padre quien cumple 75.

No sé qué esperar. De hecho, no espero nada de su parte, pues ni siquiera recibí disculpa alguna en este largo tiempo. Lo que sí pido es paz. Mucha paz, que las cosas fluyan y el tiempo pase rápido para que las situaciones no se compliquen. Siempre que había presencia de aquella señora, traía problemas.

Ojalá que todo salga bien, cuando al fin encuentro un poco de paz, me gustaría seguir conservándola.

Energías

Hoy antes de que saliera el sol, salí de nuevo a hacer la rutina de la serpiente. Casi dos horas después, concluí. Sin embargo, durante mi práctica, hoy hice algo diferente. Pedí al universo todas las energías sanadoras para ayudarme a sanar, sanar a mi hermano y tal vez ayudar a otras personas.

Horas después, antes del medio día, me azotó una oleada de sueño. Antes de cerrar los ojos, un sin número de imágenes cayeron sobre mis ojos, la primera es la que recuerdo, una moneda o botón blanco con el rostro de Mao y con rayos rojos. Después una tras otra mil imágenes que no recuerdo, como si de repente el universo me estuviese enviando mensajes sin parar.

Quedóme dormida. Comencé a soñar que estaba en una especie de sala, parecida a las que había en Kripalu. Mamá estaba sentada en un sillón. Una doctora de qigong la tenía esperando, había ido a comprar alcohol a la farmacia (?). Mamá estaba como niña, no quería estar sola y todo el tiempo quería estar conmigo. En un momento, se supone que me tratarían a mi y nos separaron.

Aunque en la misma área, la ponían a otro nivel donde habían unas escaleras. Ella, intentando siempre estar conmigo, se bajaba gateando y arrastrándose, estaba muy débil para ponerse en pie, casi caía. Yo le pedí que no se moviera, que ya iba por ella. Dejé plantada a la de qigong porque además, no nos hacía caso. Corrí donde mamá.

La cargué y aunque hinchada y gordita, podía sostenerla en mis brazos. La cargaba con mucho amor, sin preocupación y le decía que todo estaría bien.

Cambia el escenario y me hallo en casa esperando al faraón. Ansiosa, quiero contarle sobre los símbolos que había recibido antes de dormir. Le comentaba que hoy al hacer mi práctica, había pedido al universo todas las energías sanadoras para ayudarme a sanar y ayudar a Overkill. Después había pedido ayudar a otras personas. Era tal la sensación de todas estas energías, que no sabía que hacer con ellas. Traté de canalizarlas hacia mi hermano para sanar su hígado. El resto, eran oleadas que entraban y salían de mi cuerpo. Sensaciones muy extrañas. Recordaba a mamá diciendo "recuerda que tú eres dueña de tu cuerpo y de tu mente, ten las riendas de tu mente".

Desperté sintiendo las oleadas de energía y aterrada porque no sabía que hacer con ellas. Corrí a la ducha. Tomé una ducha y repetí las palabras de mamá "soy la dueña de mi mente y de mi cuerpo". Ya que baje un poco el sol, saldré a hacer un poco más de QiGong y regresaré al universo aquellas energías que tomé prestadas. La próxima vez, una vez que concluya mi práctica, las mandaré de regreso.

miércoles, julio 27, 2011

Same time, next year

Esta película la vi una sola vez hace muchísimos años en algún canal a altas horas de la noche, me la acabo de encontrar. Una pareja se enamora y aunque cada quien tiene su vida, se reunen cada año en el mismo lugar, a compartir sus vivencias. Lo curioso es que la versión que yo vi en televisión, tenía un final distinto.



Es maravilloso tener a alguien con quien poder platicar de cualquier cosa y saber que esa persona siempre estará ahí, sin importar lo que suceda. Ja! yo tonta idealista, tal vez esta persona ni si quiera opine lo mismo. Pero no me importa, siempre me quedo con lo mejor.

Puedes encontrar el resto de la película en youtube.

Striptease

Luis Royo (internet)
Estos últimos días, como el calor es insoportable, me he dado a la tarea de andar "encueratriz" por casa. Anoche dejé remojando unos frijoles y luego los puse a cocinar. Le pedí al faraón que apagara las hornillas y sólo apagó la del mijo.

A las tres de la mañana, me despertó la resequedad del ambiente y el olor a quemado. Ya él se había levantado a apagar el desastre. Abrimos todas las ventanas. El faraón tiene una mente curiosa, cuando le digo "abre la ventana" creo que asume que las cortinas deben también estar abiertas. 

Así que me encuentro en la habitación trasera, escondida... el frente de la casa tiene todas las ventanas y cortinas abiertas...

Sí... yo sigo en pelotas.

Dimensiones des(?)conocidas

Desde que llegué, he estado practicando rigurosamente Qigong por las mañanas a la intemperie, antes de que el sol comience a quemar con todo su esplendor veraniego. Sin fortuna, hoy me levanté tarde y ya el sol estaba presumiendo su destello. Tendré que esperar a que éste comience a esconderse para salir y llenarme de toda esa energía sanadora.

Ayer, mientras practicaba la serpiente, venías constantemente a mis pensamientos. Aunque fugaces y esta vez sin el afán de no dejarlos ir, se iban en oleadas de energía a lejanas tierras.

La rutina de la serpiente se practica para desestancar ciertos bloqueos energéticos en el cuerpo femenino, que según los chinos, puede ocasionar diferentes malestares o enfermedades. Dado que en repetidas ocasiones y diferentes acupunturistas / naturistas han coincidido en que mi pelvis está "congelada" (palabra que le robé al buen ginecólogo mexicano), practico con fervor las ondulaciones repetidamente. En una ocasión, sentí tal energía que en mi mente no había más que éso. Mi cabeza se había convertido en la de una cobra. Al continuar con la rutina de otras variaciones, logré energizar todo el cuerpo.

Concluí enviando a Overkill energía sanadora para su hígado y algunas otras visualizaciones.

Horas más tarde, mi cuerpo andaba travieso, sensaciones diversas me perseguían y como toda una adolescente en un loco frenesí tuve que canalizar toda esa energía. Resultado... una explosión de ideas y sensaciones descontroladas, como si hubiese entrado en otra dimensión. Mariposas en el estómago, en el corazón, una sensación de infinita excitación, amor universal, algo que no sé ni puedo describir con palabras. Se sentía algo así como cuando alguien que te atrae horrores, está por darte un lindo beso y sin rozarte los labios ya te ha robado todo el aliento.

Qué bonito es estar vivo.

domingo, julio 24, 2011

Lo bueno de lo malo

Me refiero a la secuencia de eventos que suceden después de una tragedia. Indiscutiblemente todo es para mejorar.

Hace dos años, el faraón me regaló un par de libros de QiGong en mi cumpleaños. Por alguna razón, no me dio interés alguno (ni los abrí) y los arrumbé en algún lugar. En aquél momento me pareció algo absurdo.

Mamá enfermó y murió. Regresando a casa, me sumergí en la danza y el día que lastimé mi tobillo no tuve más remedio que adaptarme a las circunstancias: me dediqué a leer. No sólo en "la interné", sino que me rodeé de todos aquellos libros que tenía en casa para prevenir enfermedades. Entre ellos, se encontraba uno de esos libros que el faraón me había regalado: "Women's Qigong for Health and Longevity". Lo leí completo y me dí de topes cuando en una de sus secciones hablaba sobre ejercicios para prevenir o tratar el cáncer de ovario/seno.

Al concluir, había una dirección de internet. Busqué aquella página y encontré que había cursos. Al seguir las ligas a esas páginas, di con el retiro que tomé. El resto es historia.

Es curioso todo lo bueno que puede salir de una mala situación y curiosamente, es una frase que había en una de las paredes de aquél lugar -decía algo así como "after a tragedy, I can't wait to see what good comes out of this"

QiGong y Sincronicidad

Aunque enfocado a la auto sanación, también lo vi como meditación en movimiento y definitivamente sí que se siente la energía.

Curiosamente regresaba al aeropuerto de Albany, NY... tendría que esperar de 3 a 4 horas antes de tomar mi vuelo con escala en Chicago y destino final a casa. Paseaba por aquél pequeño aeropuerto y me detuve en una tienda de revistas y souveniers. Desde la estantería, la revista "The New Yorker" saltó a mi vista. Nunca había comprado una de estas revistas, ni las había ojeado, pero algo me hizo tomarla. En la portada, había una caricatura de dos mujeres tomadas de la mano, vestidas en trajes de novia y caminando por uno de los puentes neoyorquinos cruzando hacia el otro lado.

No fue la portada la que llamó mi atención, lo curioso es que no sé qué lo hizo. Sin abrirla, la compré. Después de hacer una escala técnica rigurosa, me encaminé al cuarto de meditación. Sí... éste aeropuerto cuenta con este maravilloso espacio silencioso.

Después de casi una hora en aquella sala de meditación, me dirigí a la cafetería a tomar algo y mientras abría la revista, vi una caricatura de un Buda en la vitrina de un edificio neoyorquino. Comienzo a leer el artículo, que hablaba de los negocios y restaurantes que habían estado en la que ahora era la nueva dirección del recién abierto templo de Sunim en Nueva York.

Quedé perpleja. También fue como un recordatorio del donativo que tengo que enviarle!

miércoles, julio 13, 2011

Totalmente Palacio

Dormía una siesta y comencé a soñar.

Me encontraba en alguna especie de establo. Unos me correteaban para que me vistiera, otros para peinarme. Uno de ellos, me esperaba junto a un auto que estaba a punto de caer verticalmente. El auto se deslizaba poco a poco hacia abajo, amenazando apachurrarme. Yo no tenía miedo. Procedía con cautela a escalar la paja para estar hasta arriba. Unos momentos después, el auto cayó de trompa. Curiosamente no recuerdo el color del auto.

Me llaman, que tengo que estar lista para la boda. Me siento prisionera. Estoy como en un palacio y es día de la independencia de Francia (?). Uno de los lacayos está por prender el televisor para ver su celebración. Mientras tanto, las doncellas tienen que hacer las manicuras de las presentes:

Llegan, se sientan frente a una larga mesa de madera chaparra, se levantan las enaguas y colocan un objeto de madera en sus orificios, sin que fuera este hecho visible a los presentes (yo perpleja sólo observaba). Bajan las enaguas. Al otro extremo de la madera, los lacayos del palacio, descubren parte de su vestimenta y sin que nadie vea sus partes, conectan aquellos objetos de madera a sus cuerpos. Al ritmo de sus cuerpos -me imagino que copulando- tallan madera, mientras leche de cabra cae en cubetas amplias de madera.

Yo molesta porque soy parte de la realeza y me siento prisionera, estoy excitada y ansiosa por "twittear" lo mal que me tratan la servidumbre y la Reina. Logro coordinar unas frases espectaculares cuando de repente, me hallo en otra época, con un científico frente a mi, abriendo sus ojos desmesuradamente y diciendo:

Yes my dear, you can prolong life. It is just a matter of the mind. You see, that last kick is just, the state of mind.

Y me desperté.

lunes, julio 11, 2011

Recomenzando

El viernes el de la terapia física del tobillo me dijo que ya podría regresar a mis clases de baile y hacerlo con cautela. Así que me iré a la clase de las 6.30pm. Eso me hace un poco más feliz.

He estado en preparativos para mi viaje que comenzará este viernes rumbo a Massachusetts, a un retiro de Qi Gong -creo que ya lo había mencionado-.

En casa he estado más activa, ya sólo me queda aún el sótano por continuar depurando. Anoche me desvelé... no dormí sino hasta ésta mañana a eso de las 2am. Contenta por que por primera vez, unos chamacos de 17 años son campeones del mundo en football. No es que sea muy fanática de este deporte, pero me dio mucho gusto. Ya era hora.

He seguido tratando de encontrar mi camino. Pienso que ese retiro me hará mucho bien. Quiero recuperar la confianza y la fe. Quiero tener ese sentimiento que sin importar nada, todo saldrá bien.

Sigo extrañando a mamá, sobre todo los fines de semana que era cuando nos extendíamos con las llamadas, nos contábamos chismes viejos, anécdotas recientes, nos echábamos porras, nos decíamos guerreras. A últimas fechas le caía mal que le dijera "somos guerreras". Decía que mejor hacer la paz y no la guerra. Nunca lo había visto desde esa perspectiva, siempre lo decíamos más bien por luchonas en la vida, pero tiene razón. Hacer la paz en todos los aspectos.

Ojalá viviéramos en un mundo en el que fuera el más pacífico quien ganase la "guerra". Pero bueno, sólo en mi loco mundo ilusorio.

Me duele el espinazo. Creo que me tomaré una siesta antes de irme a bailar.

miércoles, julio 06, 2011

Italia

Hoy fue un día curioso, aún no termina y sigo impresionada de ciertas cosas.

Estaba en la bañera, cepillando mi cuerpo en dirección al corazón, luego enjabonando y enjuagando. El teléfono sonaba desesperadamente. Sonó no uno, dos, tres intentos. Pensé que sería una emergencia, salí en pelotas, era el faraón, para cantarme una canción. Regresé a terminar de enjuagarme.

Salí de la regadera y miré al espejo. El reflejo de aquél me veía con indiferencia y luego fruncía el seño admirado por la mancha roja en aquél pómulo. Parecía una roncha, que con los minutos, se iba transformando en una mancha que se iría expandiendo hacia toda la mejilla.

Tal vez fue lo que comí ayer: tuve que ir a una cita con un herbalista de renombre, a casi dos horas de casa. Desayuno y comida en lugar nefasto -el de los mac tríos y esas cosas-. Tenía meses de no comer esas porquerías. Tal vez mi cuerpo tuvo una reacción alérgica.

Inundada de pronto por un sentimiento de desasosiego, mi ánimo se nubló. Mi corazón palpitaba y lágrimas patinaban con la ayuda de la fuerza de gravedad. De la nada, tenía un dolor en el pecho. No era físico, venía tal vez de otra dimensión.

Reñí con el faraón por teléfono: puras tonterías, para después repetidamente disculparme.

Aturdida por los sentimientos encontrados, desesperada busqué la forma de recargar la tarjeta telefónica para llamarle a overkill. No logré recargarla, extrañamente, el sistema telefónico de aquella tarjeta me estaba haciendo una mala jugada.

Ni cinco minutos más tarde, el overkill llamó. Charlamos un rato. Me alegra que no haya sido una emergencia, no sé si mi alma podría con otra.

Prendí el "skype" con la esperanza de ver si mi hermana estaría conectada. Nada. A los pocos minutos, enviaste mensaje, pediste teléfono. Llamaste. Amiga, no sabes qué alegría me dio saber que las cosas para ti estan fluyendo y bien. Me hacía falta alguien que recordara quién era yo. Por que yo, ya no lo sé.

Hace unos días te habías cruzado en mi mente, en mis ondas cerebrales. Curiosamente, aquí estabas, en voz.

Tus palabras de aliento, tus porras. Has sido la única que ha tenido la amabilidad de dar en el clavo. A todo, en todo. Antes, tenía nociones preconcebidas hacia tu amistad. Dudaba que fuera real. Ahora lo sé. Nunca te supe apreciar. Quiero que sepas que en mi corazón ocupas un lugar grande, muy grande. Tal vez es hora de ir haciendo más espacio en el corazón y echar a l@s que ya no tienen cabida. Darle espacio a la gente que verdaderamente vale la pena.

Mil gracias, te quiero mucho.

lunes, julio 04, 2011

Cinta métrica

Te encontrabas en aquella habitación. Tus trajes estaban acomodados sobre la cama. Tú, junto a ellos, acostado boca arriba, con una mano deteniendo el largo del saco y con la otra, desenrollando la cinta métrica. Parecía que estabas midiendo tus sacos para depurar los que ya no te harían falta.

Te pregunté si extrañabas a mamá... te levantaste, enrollaste la cinta con sumo cuidado y asentiste a mi pregunta. Decías que te sentías solo. Yo empezaba a charlar contigo, te decía sobre mi padecimiento y de mi renuencia a hacerle caso a los médicos. Tú parecías ausente de la conversación, aunque entendías lo que te decía y sentías que estuviese pasando por estos momentos, pero tu mirada era triste y nostálgica.

Papá, yo también la extraño.
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