El viernes el de la terapia física del tobillo me dijo que ya podría regresar a mis clases de baile y hacerlo con cautela. Así que me iré a la clase de las 6.30pm. Eso me hace un poco más feliz.
He estado en preparativos para mi viaje que comenzará este viernes rumbo a Massachusetts, a un retiro de Qi Gong -creo que ya lo había mencionado-.
En casa he estado más activa, ya sólo me queda aún el sótano por continuar depurando. Anoche me desvelé... no dormí sino hasta ésta mañana a eso de las 2am. Contenta por que por primera vez, unos chamacos de 17 años son campeones del mundo en football. No es que sea muy fanática de este deporte, pero me dio mucho gusto. Ya era hora.
He seguido tratando de encontrar mi camino. Pienso que ese retiro me hará mucho bien. Quiero recuperar la confianza y la fe. Quiero tener ese sentimiento que sin importar nada, todo saldrá bien.
Sigo extrañando a mamá, sobre todo los fines de semana que era cuando nos extendíamos con las llamadas, nos contábamos chismes viejos, anécdotas recientes, nos echábamos porras, nos decíamos guerreras. A últimas fechas le caía mal que le dijera "somos guerreras". Decía que mejor hacer la paz y no la guerra. Nunca lo había visto desde esa perspectiva, siempre lo decíamos más bien por luchonas en la vida, pero tiene razón. Hacer la paz en todos los aspectos.
Ojalá viviéramos en un mundo en el que fuera el más pacífico quien ganase la "guerra". Pero bueno, sólo en mi loco mundo ilusorio.
Me duele el espinazo. Creo que me tomaré una siesta antes de irme a bailar.
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