Páginas

Mostrando las entradas con la etiqueta Nostalgia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Nostalgia. Mostrar todas las entradas

viernes, diciembre 29, 2023

Rótula...

 Estimado lector... hace mucho tiempo que no pongo mis dedos en éste lugar.

Sin embargo, aprovechando que me lesioné una rodilla y que estoy suspendida en la temporalidad de la tan esperada recuperación, héme aquí dejando unas letrillas esparcidas...

Primero que nada, espero que hayas tenido una linda Navidad... Se acerca el 2024 galopando y yo como ha sido la nueva costumbre desde el 2020... no tengo resolución alguna.

Creo que lo único que pido es salud para seguir pedaleando, bailando sobre todo.

Estos últimos dos meses vine a mi país natal a resolver los últimos pendientes que dejó Overkill. Sí... aquél testamento que desde el año pasado había solicitado su finiquito. Finalmente, hoy cierro ese asunto... al fin concluí tan fatídico trámite.

Tengo sentimientos encontrados. Por un lado, siento un peso menos de encima. Por otro, una enorme tristeza y muchos recuerdos agolpados de mis últimas charlas con mi querido hermano. Lo extraño mucho y ahora lo comprendo perfectamente. Tristemente sólo lo veía como un ser quejumbroso y me faltó empatía en su enferma situación.

Overkill, donde quiera que estés, quiero que sepas que yo también te quiero muchísimo. Sé que cuando me decías que me querías mucho te interrumpía urgiéndote que no fueras "melcochoso"... lo cuál lamento terriblemente en éstos momentos. Tú me dabas todo tu amor incondicional y sincero y yo lo minimicé con apatía y a veces lo ignoraba. Tanto era tu urgencia e insistencia, que no comprendía que ya veías tu inminente final.

Te amo hermano... en fin... Estimado lector, espero que tengas un prospecto de año en el que lo que te propongas lo cumplas y que sea para tu beneficio en todos los sentidos.

Sin más...  

viernes, octubre 30, 2009

Pan de muerto

Desmañanada, maleta a cuestas me dirijo a la oficina que queda a una cuadra del hotel. Antes de salir, decido dejar encargado el equipaje. La mañana es un poco húmeda, no ha llovido, temperatura agradable.
Tras unas horas de "espabilamiento", comienzo la rutina laboral cuando llegan los anfitriones con pan de muerto y chocolatito caliente.

Ni modo, me tendré que sacrificar.

Horas después, tengo lengua sabor a moneda vieja, sigo con sueñito y ahora un ligero dolor de cabeza.
Que digo sueñito, sueñote.

Anoche fue particular. Una ansiedad me invadió de no sé dónde, sentía el impulso de treparme a las lámparas, vociferar a los cuatro vientos, azotarme en las paredes e insultar a extraños.
Sin embargo, no hice nada de ello, me aturdí con televisión, blogs, facebook y messenger mientras preparaba la maleta.

Saliendo de la chamba, la proge pasará por mi para irnos a donde sople el viento y disfrutar de casi dos días un unas horas.

Siento una rara combinación de nostalgias, una de no irme de aquí y otra de estar aquí sin "estar" ... que se lo debo a la visita laboral. Yo misma me enredo, como siempre... en mis pensamientos.

Pero bueno, éste fue sólo un pequeño suspiro. Regreso a las labores, para concluir con esta visita.

domingo, abril 20, 2008

Che fai...

Oggi è uno di questi giorni che mi sento nostalgica... ma...

En fin... dormía una siesta como las que acostumbraba en la pubertad... en fin, después de soñar con mis sobrinitos y jugaba con ellos, me desperté con un coro de La Traviata en la que la fiesta del primer acto concluye (justo después de "Un di felice, eterea").

("Si ridesta in ciel l'aurora, e n'è forza di partir; Mercé a voi, gentil signora,Di si splendido gioir.
La città di feste e' piena, Volge il tempo dei piacer; Nel riposo ancor la lena... Si ritempri per goder...,")


Todavía entre dormida y despierta, bajé cantando el coro y al llegar al sótano, el roomie apoderado de la computadora... tuve que esperar a que la desocupara, mientras, continuaba terminando de armar los cajones del escritorio, murmurando la letra de La Traviata...

Los domingos eran de ópera en casa. Papá cantaba su repertorio... de niña lo complacía cantando con él, yo se lo pedía, de adolescente era él quien me pedía que lo acompañara. Entre varias arias y duetos cantábamos "Un di felice, eterea..."... a veces nos echábamos La Traviata completita... alrededor de 3 horas.

No sé por qué, pero ésta que acontinuación pongo "Dami tu forza, o cielo!"(versión moderna) es un dueto que siempre me llegó, desde los 5 años... tal vez mi tierno corazón no entendía lo que el sacrificio de una mujer por renunciar a su amor significaba... tal vez por la pasión o desesperación con que Violetta le pide a Alfredo que la ame como ella lo ama, justo antes de dejarlo.

Lo sé, soy una romántica incorregible... ésta parte logra sacarme lágrimas hacia el final de esta pequeña escena...




Y aquí, la misma con La Callas... (mi cantante favorita, además de que no tiene comparación... solía tener en acetato la ópera en vivo que se presentó en Lisboa en 1958)...



ALFREDO
(entrando)
Che fai?

VIOLETTA
(nascondendo la lettera)
Nulla.

ALFREDO
Scrivevi?

VIOLETTA
(confusa)
Si' no

ALFREDO
Qual turbamento! a chi scrivevi?

VIOLETTA
A te

ALFREDO
Dammi quel foglio.

VIOLETTA
No, per ora

ALFREDO
Mi perdona son io preoccupato.

VIOLETTA
(alzandosi)
Che fu?

ALFREDO
Giunse mio padre

VIOLETTA
Lo vedesti?

ALFREDO
Ah no: severo scritto mi lasciava
Pero' l'attendo, t'amera' in vederti.

VIOLETTA
(molto agitata)
Ch'ei qui non mi sorprenda
Lascia che m'allontani tu lo calma
(mal frenato il pianto)
Ai piedi suoi mi gettero' divisi
Ei piu' non ne vorra' sarem felici
Perche' tu m'ami, Alfredo, non e' vero?

ALFREDO
O, quanto Perche' piangi?

VIOLETTA
Di lagrime avea d'uopo or son tranquilla
(sforzandosi)
Lo vedi? ti sorrido
Saro' la', tra quei fior presso a te sempre.
Amami, Alfredo, quant'io t'amo Addio.
(Corre in giardino.)

lunes, febrero 11, 2008

Borodin

Creo que ésta pieza podría representar los alti-bajos en mi estado de ánimo en general...

Las danzas polovetzianas comienzan como con un tono tranquilo, bello, nostálgico... que podría representar mi estado de ánimo matutino. Después conforme pasa la mañana, la belleza, tranquilidad y nostalgia se convierten en melancolía, y es aquí donde te extraño tanto!, recuerdo cuando nos llevaste a Asia Central aquél verano de 83.

Fuimos a dar a aquél teatro y precisamente presenciamos El Príncipe Igor de Borodín. No recuerdo el nombre del teatro, pero recuerdo que en el intermedio te acercaste a una violinista con tu fluido ruso para charlar. Querías conseguir la afinación de aquellos nuevos instrumentos de reciente adquisición. El "Rubab" y el "Dutar". Terminamos en su pequeño departamento cenando con su esposo. Una velada que aún recuerdo.

Desde entonces adoro las danzas polovetzianas, pero no sabes cómo me hacen llorar. ¿Por qué te tuviste que ir tan pronto?... precisamente hoy mientras me bañaba pensaba en qué estaría haciendo ahora si estuvieses entre nosotros.

Yo creo que no estaría casada con un gringo... Estaría trabajando para tu empresa y probablemente dando conciertos de piano en aquella ciudad italiana. Y pensar que a los pocos años de tu partida, arrumbé el piano. Concluí la carrera, me di algunos tropezones personales y vine a dar aquí.

En fin... continuando y concluyendo el tono se vuelve determinante, fuerte, guerrillero, decisivo... y es como me siento en ocasiones.



Mikhail Fokine's choreography for the Polovtsian Dances by Borodin, as performed by the Kirov Opera and Ballet under Valery Gergiev.

miércoles, enero 30, 2008

19 Años

¿Sabes? En diversas circunstancias me pregunto, y tú, ¿qué habrías hecho en mi lugar?... no sé, saber qué pensabas de situaciones laborales, personales, detalles de diversos temas que no tuvimos la oportunidad de discutir...

Y pensar todo lo que te has perdido... La muerte de Dalí, Zedillo Presidente, La Perestroika, La Caída del Muro, La Guerra del Golfo, el estampón que nos dimos en el coche, mi primer trabajo, mi graduación de la carrera, otros mil acontecimientos históricos de los que la cronología ya no tengo clara, Fox Presidente, boda y los nietecitos de la peque, mi boda, la caída de las torres, Irak, la graduación de Overkill, Tsunami, ...etc, etc, etc.

... y lo que afortunadamente no has visto, mi presente crisis (que tal vez habrías caído fulminado de nuevo) que no sé a dónde vaya a parar... y...
...no sabes cómo me haces falta viejito gruñón, te extraño. Extraño tus coscorrones, tus análisis, tus árboles de decisión, tu disciplina, tu estructura... tu protección.




... y como evasión y en tu honor, seguiré el consejo de Darth y me iré al Museo de Arte de Cincinnati a celebrar tu recuerdo...

lunes, julio 30, 2007

Extraña nostalgia...

Y el fin de semana estuvo de locos... se supone que tuve que terminar de empacar mis triques del departamento el viernes, pero aún me faltaban "detalles" que terminé de empacar a eso de las 10 de la noche del sábado... cabe mencionar que soy demasiado minuciosa en el proceso y por ello me tomó una eternidad... separo, clasifico y armo las cajas de acuerdo a lo que las cosas son y a qué lugar pertenecen (cocina, recámara, baño, etc.)... ya las úlltimas 5 cajas, las llené a lo loco, sin saber qué ponía dentro y sólo quería ver el fin.
El faraón a eso de las 5:30pm fue a la administración para entregar la llave, mientras yo seguía tratando de terminar todo. Después fue y consiguió un trailersillo porque nos dimos cuenta que ni en mi coche, ni en su pickup cabría todo el "chacharero" que tenía. Nunca me imaginé que llenaría aproximadamente 15 cajas de diversos tamaños + cama, rieles de la cama, etc. Llenamos el pequeño trailer.
Su majestad necesitaba adelantarse, porque si pasa su hora de sueño no duerme, así que le dije que se fuera y yo lo alcanzaría en cuanto terminara los últimos detalles de empacada y terminar de limpiar el depto.
Terminé a la media noche. Me disponía a tomar unas fotos por que en la administración dijeron que nos enviarían nuestro depósito menos lo que costara la limpieza. Que si el depto. se entregaba "super" limpio, no cobrarían nada. Así que yo dejé SUPER limpio.
El faraón no mencionó nada del contrato, pues según esto tendría yo que pagar una penalización absurda que explicaré en otro post.
El caso es que la cámara no tenía pila, encontré la vieja cámara de rollo y sólo logré tomar unas 3 fotos y se acabó. Así que fui a una gasolinera para comprar pilas cuando me percaté que en la guantera del auto traía una caja nueva. Cambié las baterías y tomé diversas fotos de varios ángulos, por si tenemos que ir a la corte (que explicaré en su momento), habrá evidencia de que todo se entregó perfectamente.
Después tomé un breve video recorriendo aquél diminuto lugar, y al salir sentí una extraña sensación de nostalgia... no sé cómo explicarlo... no extrañaría ese lugar, sin embargo, ahí pasé 4 años y 7 meses... donde me hice companía...
Salí del departamento finalmente a las 12:50 ya domingo y después de una adormilada ruta (en la que casi me estampo 2 veces por un par de cabeceadas), llegué a casa a las 2:40am... directo a dormir.
El domingo totalmente molida, con dolor de costillas y hombro, cabeza y una debilidad infinita me desperté a las 7am y no podía dormir más. Tuve que recurrir a unas gotas de hierbas para volver a dormir y apaciguar aquél dolor tan fuerte... por mi necedad de cargar cosas cuando ya lo tengo prohibido. Tuve que quedarme en cama hasta las 6pm. Mientras tanto el faraón descargó las cajas en el garage y continuó con la empacada... momentos después me le uní, pero aún no le vemos fin.
Esta mañana se me hizo todo muy extraño. En lugar de tomar las llaves y encaminarme hacia el depto., me duché, vestí y salí por última vez a tomar la misma ruta... esta vez, con el trailer enganchado a la pickup y tardándome casi una hora más de camino. Así que después de 3 horas, entregué el cachibache y me vine a la oficina. Y siento muy raro, el simple hecho de no haber llegado al depto. a echarme la acostumbrada "pestañita" antes de la ducha, prepararme el desayuno mientras veía abc news...
No cabe duda, como diría mi padre epd, "el ser humano es un animal de costumbres".

sábado, julio 21, 2007

Tú...



(J.M. Cano)
Tú, sin más porqué,
tú, que bésame,
tú, me tienes de furriel
de un roto de tu piel.

Tú, como la cal
que húmeda es mortal,
tú, blanqueas mi razón
calando hasta el colchón,

Tú.

Tú, montada en mí.
Yo, montura hostil.
Tú, me abrazas con los pies
y yo lamo el arnés.

Tú, y sin ti yo no.
Tú, y sin ti ya no.
Tú, me has hecho dimitir
y hoy yo se dice así:

miércoles, julio 18, 2007

¿Te acuerdas?

Me lo enviaste un 23 de Marzo de 1999... me pregunto si aún le encuentras sentido...

LOS AMOROSOS

Los amorosos callan.
El amor es el silencio másfino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan, los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.
Su corazón les dice que nunca han de encontrar, no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos porque están solos,
solos, solos, entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor.
Los amorosos viven al día,
no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo, siempre,
hacia alguna parte.
Esperan, no esperan nada, pero esperan.
Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!-
han de estar solos.

Los amorosos son la hidra del cuento.
Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos, sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas temblorosos, hambrientos, a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo, de las que aman a perpetuidad,
verídicamente, de las que creen en el amor como una lámpara de inagotable
aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada en que trenes
y gallos se despiden olorosamente.
Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo, complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando, la hermosa vida.

- Jaime Sabines

martes, febrero 06, 2007

Susurro al oído

Anoche después de apagar la compu, mi mente estaba tan activa, que no pude pegar ojo. Fue hasta seguramente pasada la media noche, que los brazos de Morfeo me envolvieron en su calor.

El faraón tuvo que irse a las 4.30 de la madrugada, ya que ésta vez le tocó a él hacer el recorrido de dos horas al trabajo, pues pasamos el fin de semana en el diminuto departamento.

Aproximadamente dos horas más tarde, rendida en la nada un hecho me despertó y me hizo saltar como resortera y casi tragar de vuelta el corazón.

Mientras plácidamente estaba perdida en alguna vida paralela (a veces pienso que la realidad está en el sueño y que lo que vivo en la realidad es un sueño) el susurro de tu voz se hizo presente. Sentí tu aliento y en un tono imponente y con un toque impaciente te escuché decir mi nombre, como si me quisieras despertar, hacer llamar mi atención.

Lo lograste papá, casi se me salió el alma y desperté atarantada con el corazón en la garganta. La próxima vez, si me quieres comunicar algo... avísame primero. Hace dieciocho años que no escuchaba tu voz .

Y desafortunadamente no estaba soñando, sólamente descansando del desvelón.

***

Y bueno, contenta porque me acabo de conectar hace un rato al salón virtual para ver qué pasó siempre con el proyecto de la semana anterior. Para mi sorpresa, me fue mucho mejor de lo que yo esperaba, no tan mal después de un retraso de 2 semanas.

Esto me está gustando cada vez más... 9.5 de 10. (Sin intención de dar el farolazo, pero me hizo sonreir, después de mucho tiempo sin ejercitar los músculos faciales).

viernes, noviembre 10, 2006

Zombie

Anestesiada, con un dolor de espalda de "ahí te encargo", frente al computador... estoy entre dormida y despierta, cansada pero sin completamente caer en los brazos de morfeo. Sigo preguntándome a dónde se fue mi inspiración. Acabo de ver las fotos que me mandó la peque... todos nos estamos haciendo más viejos. Casualmente en esta racha, TODOS... estamos enfermos de algo. No será que nos conectamos a ése nivel?, tal vez es nuestra manera de telepatearnos pidiendo apapacho, unidad, aquélla que teníamos y anhelamos.

Los 5, como los dedos de una mano...

La mano está mutilada, y sólo somos cuatro... y esta mano está dislocada... por la distancia, por los laberintos que ha tejido el destino, llevándonos por caminos diferentes. Cuánto los extraño!... vaya!!! hasta que salí de la anestesia un momento... vaya!!! hasta que me salió una lágrima.

Buenas noches.

***
(por un momento dudé y conté con mis dedos los que quedamos... creo que este antibiótico sí que me está aniquilando el cerebro)

Me regresé a hacer una corrección... la mano se transformó en algo un poco más amorfo... salieron de un dedo, tres bellísimos tentáculos.

jueves, junio 08, 2006

Decreto de nuevo horario...

Ya lo sé… y sigo muele y muele...

Cuando lo tenía todo y dejé de tenerlo, aprendí a valorarlo
Lo vuelvo a tener, no lo aprecio y sólo cuento los minutos para ver como lo perderé
Cuando lo pierda lo seguiré añorando... y así sucesivamente... ¿cuándo se termina el cuento?

Y a qué viene esta trillada recopilación?, mientras manejaba de regreso de comprar un "sangüich" a la hora del “lonch”, observé el cielo azul... la temperatura bastante agradable (extrañamente en esta zona del trópico central del país del arbusto).

Añoré cuando no tenía coche, me llevaban y traían, o tomaba el transporte escolar. Observaba los árboles y las sobras que éstos producían en la calle camino a la escuela, el canto de los pajarillos y disfrutaba del azúl del cielo, jugando a adivinar la figura que iban haciendo las nubes...

Ya en la carrera, a veces en transporte escolar, otras en aventón (rigurosamente de papá) y rara vez tenía permiso de llevarme uno de los coches. A veces manejaba al rededor de la manzana... otras, practicando o el clásico "quién va por las tortillas", y ahí estaba Nefer dispuesta a todo. Fue entonces cuando empecé a tener deseos materiales. No dinero, no gas, no coche... En esos momentos no importaba, porque estaba Don "Paganini" como papá se hacía llamar.

Meses después, falleció. Se acabaron los aventones y la emoción de conducir el auto se convirtió al poco tiempo en rutina. Comencé a sentir la emoción de la velocidad, hasta que un día pajareando, me embarré contra un poste, pino y letrero de colonos. Afortunada de no haber acabado con la vida de la Peque y la mía propia, aprendí que tenía que poner más atención.

Como "premio" (me sentí verdaderamente mal) me fue otorgado un auto nuevo. El choque fue pretexto, pues ya se pensaba deshacerse de aquél Dart. Pero a partir de aquél madrazo (y no el candidato), presentí que mi vida nunca sería igual.

Así pasó la carrera hasta que tuve mi primer empleo... lo recuerdo bien, noveno semestre y la primera dama -a quien cariñosamente sigo llamando mamá-, se aventó una letanía del por qué ya no me sería permitido utilizar el auto.

"Aprenderás a valorar lo que se te ha dado, así que de ahora en adelante, ya que tienes tu trabajito, ahorra y cómprate tu cochecito".

Así de sádico fue aquél momento, pues cual niña con juguete y dulce en la boca, me fue arrebatado aquello.

Comencé a tomar camiones, metro, largas caminatas. Si había pachanga, no importaba, ellos sabrían que yo estaría ahí. Sólo decían lugar, y ahí llegaba. Alguien me "admiraba" por moverme "tan solita y fácilmente" en aquella enorme ciudad.

Después llegó el tan esperado momento, después de 4 años de arduo trabajo, aquél fruto llegó. Comenzó de nuevo la emoción del auto y en poco tiempo se hizo rutina. No caminaba como antes, no disfrutaba de los ratos de observación, de la lectura a bordo del viejo ruta cien, cuando iba por la 100 metros. Tenía que ir “concentrada” al volante, previniendo que algún orangután se fuera a estrellar en mi bella “ranita” como le decía Overkill.

Años después… heme aquí, en el país del Arbusto Matón, donde el no tener un auto es como no tener zapatos. Más en este pueblucho, en el que sólo existen un par de taxis y algo parecido a la “pecera” pero para los de la tercera edad. Sigo sin caminar mucho, porque además, no hay aceras, sigo añorando la observación de la verdadera naturaleza, la espontaneidad urbana, el “esmog”...

Luego por mi mente pasó la idea de que si tuviera el poder, cambiaría el horario establecido, dejando las mañanas para descanso y las tardes para el trabajo, así ambos niños y padres, podrían disfrutar del bello azul del día e ir a descansar después del trabajo.

Así, que hablando de mariposas borrachas… NO VENGO AL CASO.

lunes, enero 30, 2006

Aquél Lunes...

Era Jueves y estaba estudiando aquella materia que tanto me costaba trabajo. Quería sacar una buena calificación, ya que el nuevo sistema implicaba sólo ir a asesorías, mientras que uno se fletaba estudiando para cada semana presentar un examen y la calificación aprobatoria era 9. Siempre me preocupé de sacar buenas notas, pues no quise defraudarte.

Así que estaba en el estudio cuando regresaste de la oficina para comer. Me dijiste que no te sentías bien y que no sabías si regresar a trabajar o no. Preocupada te vi muy pálido y te aconsejé que no fueras a la oficina, que mejor te quedaras... era mejor que te recuperaras.

Por primera vez desde que nací, consideraste mi opinión... ya que siempre habías dicho que “los niños no opinan”. Me sentí tomada en cuenta, continué estudiando y te sentaste en el sillón café. “Hija” me dijiste en un tono cálido y cansado... “deja de estudiar un momento, quiero hablar contigo... siéntate aquí junto a mí”.

Me diste explicación de todo aquello que me parecía absurdo... de tu negativa a los permisos, de tu rigidez y disciplina, de tus obsesiones.
Por primera vez me hablaste de la vida, de tus preocupaciones con nosotros, de lo que viviste cuando joven, del porqué de tus reacciones...

Fue entonces cuando sentí un extraño temor. Nunca antes te habías quejado de algún padecimiento de salud, te vi cansado, preocupado y hablando de tus sentimientos. Eso me aterró, pero mi cerebro no procesaba para sacar conclusiones aún.
Me pediste que viera por mi madre y mis hermanos... a pesar de que no era la mayor, por alguna razón siempre fui de tu confianza, aunque a veces no lo decías.

Terminó la charla y me pediste que te llevara a la farmacia, pues no te hallabas y no sabías que tenías. Yo apenas y sabía conducir, así que nerviosa tomé las llaves que me extendiste y nos dirigimos al auto. Logré avanzar sin problemas y llegamos a la farmacia, no recuerdo qué quisiste que te comprara, pero lo compramos y regresamos a casa, donde te volviste a sentar en el sillón mientras yo continuaba estudiando.

Cayó la noche, tú y mamá nos pidieron a la peque y a mí cambiarnos de habitación, y cuando nos íbamos hacia tu cuarto, me llamaste... “Nefer, ven...”. Mamá estaba contigo sentada junto a ti, me acerqué y me extendiste los brazos... “te quiero mucho hija”. Fue la primera vez que mostrabas abiertamente tus sentimientos. Te abracé y te besé en la mejilla... y tímidamente te dije “yo también”.

Nunca me imaginé que ese sería nuestro último abrazo y último beso. Durante la madrugada te pusiste mal, correteos en la oscuridad, discando el teléfono para llamar aquella ambulancia que nunca llegó. Mamá, overkill y yo, te cargamos como pudimos y ella nerviosa pero apresurada te llevó al hospital. Ahí nos quedamos los tres, asustados, llorando.

Ese fin de semana estuviste internado, estuvimos a tu lado, tratamos de encontrar donadores, el sábado caíste en terapia intensiva y domingo saliste, el lunes te darían de alta.

El lunes fue un día extraño... en la universidad todo transcurrió con normalidad y me sentía feliz de que regresarías a casa. Esperaba con ansia, subí las escaleras en brinquitos hasta llegar hasta tu cuarto, donde la peque y yo veíamos la televisión. A eso de las 7pm, comencé a sentirme muy mal, me faltaba el aire, me dolía el pecho. La peque sugirió que me recostara, que se me pasaría. En ese momento sonó el teléfono, era mamá y en aquella confusión no captaba que a esa hora, nos habías dejado.

Precisamente hoy lunes hace diecisiete años, recibimos esa terrible noticia. Te lloré mucho, por algún tiempo. Algunos años evadí tu recuerdo, cuando me cayó como aguacero y me invadió la depresión. Desde ése lunes, inconscientemente me comporto de una manera extraña, días antes y días después de ese terrible aniversario. No sabía que me tenía tan inquieta, sino hasta que abrí mi agenda y vi que hoy era 30 de Enero y además Lunes.

Cómo ha pasado el tiempo... pero creo que ya es tiempo de dejarte ir.

jueves, septiembre 01, 2005

Telepatías espontáneas...

Mientras como a la hora del "lunch", mi mente divaga y de la nada apareces de nuevo... luego recuerdo cómo te conocí. Fingiste ser un amigo mío mientras según yo chateaba con él. Te presentaste y desde entonces empezó la amistad.

No imaginaba cómo serías, ni me importaba, era más la novedad de comunicarse por computadora (como aquél programa de "los chicos computarizados", que pasaban en el canal cinco ya hace muchísimos años), que saber quién estaría de aquél lado.
Nos conocimos a los pocos meses en persona. Siempre que veía las películas de "Nikko", te relacioné con él. Esos bellos ojos rasgadillos, bronceado... Siempre me ponías nerviosa, hasta tartamudeaba al hablar contigo. Cometía estupideces, se me caían las cosas, cuando salíamos a echarnos el cafecito, lo derramaba descuidadamente de los nervios.

Pensaba en tí y sonaba el teléfono, sí... eras tú. Eras un magneto, si me estaba bañando, pensaba en tí y sonaba el teléfono. Si hubiera sido cualquier otra persona, te habría hecho esperar o mandarte decir que llamaras más tarde. Pero eras tú. Enjabonada y con la toalla enrollada, salía a contestar.

Meses pasaban sin saber el uno del otro, era como un juego de niños... adolescentes jugando al misterio, saber pero no mostrar la atracción del uno por el otro...
Cada verano esperaba con ansia tu llamada. Curiosamente cuando esperaba tu llamada, no pasaba nada. Sólo bastaba con que surgieras en mi mente de la nada y en ése preciso momento llamabas por teléfono.

Pasaron seis largos años, sin tener noticias tuyas... seguí mi camino y tú el tuyo. Hasta que azares del destino hicieron que un desconocido en una fiesta en la que llegó de colado, conociera a uno de tus amigos. Me contactaste después de tantos años, acordamos reunirnos.
Nos volvimos a ver, nos dijimos muchos secretos, nos besamos. Nuestro primer beso en ocho años de conocernos. Fue un beso tierno, a la vez apasionado, misterioso. Sentí que el universo se sincronizaba, los planetas se alineaban, y ahí estábamos, tú y yo, en medio del bullicio de aquél lugar.

Pasaron los días, salimos como en los viejos tiempos, pero ya no como niños, sino jóvenes jugando a ser adultos. Nos tomamos las manos, nos miramos a los ojos, seguimos recordando viejos tiempos.

Te idealicé por tanto tiempo... me seguías diciendo "tu ingenuidad me encanta", a lo que como siempre respondía con un gesto de timidez, mientras me ruborizaba.
Nos despedimos y pasaron los meses, regresaste a aquella ciudad, donde ya tu corazón había sido preso por otro amor...
Seguía con mi vida, enfrascada en el trabajo, saliendo con los amigos, aturdiéndome con la música, bailando, soñando.

Un día de diciembre, mientras bailaba sola con la música a todo volúmen, disfrutando de varias canciones... surgiste de nuevo de la nada... me emocionó demasiado la idea, tanto, que sonó el teléfono... sí... eras tú... ésta vez como en el final de una jornada taurina... después de una buena faena, me diste la estocada.
Han pasado otros seis años... tú en lo tuyo, yo en lo mío... te casaste aquél diciembre, y yo un rato después...

Sigo comiendo, miro a mi alrededor, pienso... recuerdo... con el bullicio del lugar aunque desconocido pero familiar, recuerdo aquél último encuentro... volteo al escuchar una voz... y ahí está Nikko, pero en esta ocasión, un vil desconocido, en la mesa de enfrente... podría ser tu clón. No cabe duda que la mente crea al mundo. Tal vez estés pensando en mí o recordando... la única diferencia es que ésta vez, no sonará el teléfono.

martes, agosto 30, 2005

Ni al caso...

Hermoso... cielo californiano, que me recuerda al DFño, aunque sin tanta contaminación. Aún recuerdo esos días en que trabajaba cerca de la casa y me iba con mama, la peque y overkill a comer, tranquilamente en el jardín de atrás...

En España era la "Mejicana", en México la "gachupina"... aquí soy la hispana o latina. No sé a qué viene esto al caso, pero fue el resultado de una cadena de pensamientos que se generó al llegar al restaurante "mexicano", que como siempre, para mí es una descepción.

Chimichanga, un término que en mi vida, había escuchado antes de mudarme a este lado. Me pregunto si los meseros mexicanos realmente comen esa comida. Tal vez porque no tengan otra opción.

Mientras esperaba por mis enchiladas suizas, comencé a pensar en cómo los gringos definitivamente irrumpen y destrozan lo poco que queda de cultura de otros lugares en su país. ¿Por qué no respetar lo tradicional?... o si definen la comida Tex-Mex como tal, pues póngan su restaurante en esa categoría. No lo clasifiquen como mexicana, porque PARA NADA, es un insulto a la comida mexicana. La comida italiana, para nada se parece a la que comí en Milán, Roma o Venecia. Lo mismo pasa con los restaurantes españoles, en donde sirven quesadillas "mexicanas"... o clasifican la comida ecuatoriana como española... No saben diferenciar. Celebran el 5 de mayo como la independencia de ¡¡¡¡¡¡¡¡ México !!!!!!!! cómo es que no leen o se informan que es en septiembre... claro, como para ellos su país es el "#1", el resto les vale, a excepción de aquellos países que les puedan dar algo a cambio, como el petróleo de los árabes e iraquíes entre otros...

Terminamos de comer y me subo al coche con el gordo. Definitivamente al igual que el de las macitas, no tenemos nada en común. Es frustrante totalmente, el convivir con gente con una mentalidad de mosquito, que son cerrados, como piedras, que no saben escuchar, a menos que sea de "deportes" o su música "country"... que detesto.

Cada vez más pienso en las razones que me hicieron irme de México, y trato de permanecer neutral. No sé a éstas alturas qué es peor. Si la inseguridad y poco futuro del país, o pensar que tendré que vivir en un lugar como almejita, porque o me linchan por "hispana" o por estar abierta a otras cosas que no sean la biblia de los cristianos, la política de los republicanos, las papas "de la libertad" con catsup, ejercicios o prácticas de relajación que "son del demonio".

A punto de mudarme a Canadá, cuando el Faraón se cruzó en mi camino, y decidí que él era la persona con la que podría compartir el resto de mi vida. Pensé que la mayoría o al menos una gran cantidad de personas en su país serían como él, de mente abierta, interés por lo nuevo. Mala señal cuándo me vine con todos mis cachivaches y que el mismísimo Faraón me dijera que en el "cinturón de la biblia", era mejor no mencionar que era mexicana, y mucho menos, que practicaba la meditación y yoga.

¿Dónde está el país del primer mundo que siempre me pintaron?, ¿el de "La Libertad" de expresión, de credo, etc.? prefiero vivir en Europa, con la riqueza de culturas y valores.

México, me sigues doliendo. Teniendo posibilidades de tantas cosas y que no se logre avanzar con nada. Muy triste.