Pues contenta porque es viernes, esta semana estuvo de flojera, porque por la mala planeación del guajo, en lugar de seguir en Mexicali para concluir con nuestra chamba, se le ocurrió poner semanas salteadas, alternando entre oficina y viaje. Así que pues esta semana fue imposible hacer gran cosa, ya que la información física que necesitaba para concluir con algunas cosas, no la podía sacar de la ofna. de Mexicali por políticas de la empresa.
En fin... contenta también porque contacté con la futura asociación de ex alumnos de mi universidad y para mi sorpresa, me llamó al celular un amigo de otra carrera, de la misma generación que vive cerca de donde viviremos próximamente. Tiene el mismo apellido que yo y solíamos llamarnos el uno al otro "primos", a pesar de que no hay lazos sanguíneos.
Antes, me consideraba una persona más o menos social o sociable... éstos cinco años en el cinturón de la biblia me orillaron a convertirme en una ostrita, pues no se puede confiar en lo absoluto en las personas por estos rumbos, ya que al conocer el verdadero origen de la Nefer y su ideología (suelo ser muy directa), surgían las puñaladas por la espalda y las discriminaciones. Ahora, creo que ya es tiempo volver a mi yo, sin importar si uno es deslavadón, güero, moreno, amarillo, rojo, café, negro, morado, mexicano, hispano, latino, africano, etc. Sería más sencillo si a uno lo trataran como un simple terrícola.
No sé qué me espere en aquél estado norteño del país del Arbustillo, pero me siento entusiasmada por el cambio. No he buscado trabajo por allá, porque quiero darme un tiempo, un descanso de tanto viaje, tanto ir y venir, disfrutar un poco la vida hogareña al menos por un mes sabático una vez que nos hayamos mudado.
Ya después de poner mis ideas en órden, después tomaré decisiones con calma en cuanto a lo profesional. Mientras :))))) he estado empacando las cosas del departamento para llevármelas a casa.
Estoy para variar y no perder la costumbre, escuchando música "brincolina", como diría mi hermano. De hecho, me decía por mi nombre seguido de "brincolina" haciéndo rima. No a toda la gente le gusta el tipo de música que escucho. En realidad, a veces ni siquiera pongo atención a la letra de las canciones... si el ritmo de la música y los arreglos me suenan bien, los añado a mi repertorio para bailotear y hacer ejercicio y luego cuando me doy cuenta de lo que dice la letra, a veces me sorprendo jeje.
Así que entre lo brincolino, varía desde las pussycat dolls, eurythmics, heart, katrina & the waves, the bangles, belinda carlisle, whitney houston, phil collins, música de marruecos, cher, the pointed sisters (en especial I'm so excited, una de mis favoritas), I know, I know, I know, I know, I know, I want you!!!... ricky springfield, pseudo echo, mr. mister, starship, taylor dayne, exposé, sabelle (electrónica), brownstone, coco lee, earth wind and fire, sandra bernhard, groove theory, y bueno, me podría pasar todo el día escribiendo jajajaja... pero bueno... y claro los de rigor en español mecano, bosé, aleks syntek, miguel mateos, ciao, fobia, kerigma, alaska, shakira, dj natasha, olé olé, aterciopelados, maná, etc, etc, etc... y bueno, he querido actualizarme, porque como que vivir en el pasado a veces aburre, así que me he propuesto escuchar la radio de música actual... ya comenzaré a hacer algún repertorio de lo nuevo brincolino.
Lo que me da una enorme pena es que una de mis canciones favoritas de Bosé, la haya echado a perder la Paulina Rubio que es de mi total desagrado, en fin... (sin comentarios).
Lapsus brutus, anécdotas, sueños, recuerdos, pensamientos, cuentos, exabruptos...
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viernes, junio 22, 2007
jueves, septiembre 01, 2005
Telepatías espontáneas...
Mientras como a la hora del "lunch", mi mente divaga y de la nada apareces de nuevo... luego recuerdo cómo te conocí. Fingiste ser un amigo mío mientras según yo chateaba con él. Te presentaste y desde entonces empezó la amistad.
No imaginaba cómo serías, ni me importaba, era más la novedad de comunicarse por computadora (como aquél programa de "los chicos computarizados", que pasaban en el canal cinco ya hace muchísimos años), que saber quién estaría de aquél lado.
Nos conocimos a los pocos meses en persona. Siempre que veía las películas de "Nikko", te relacioné con él. Esos bellos ojos rasgadillos, bronceado... Siempre me ponías nerviosa, hasta tartamudeaba al hablar contigo. Cometía estupideces, se me caían las cosas, cuando salíamos a echarnos el cafecito, lo derramaba descuidadamente de los nervios.
Pensaba en tí y sonaba el teléfono, sí... eras tú. Eras un magneto, si me estaba bañando, pensaba en tí y sonaba el teléfono. Si hubiera sido cualquier otra persona, te habría hecho esperar o mandarte decir que llamaras más tarde. Pero eras tú. Enjabonada y con la toalla enrollada, salía a contestar.
Meses pasaban sin saber el uno del otro, era como un juego de niños... adolescentes jugando al misterio, saber pero no mostrar la atracción del uno por el otro...
Cada verano esperaba con ansia tu llamada. Curiosamente cuando esperaba tu llamada, no pasaba nada. Sólo bastaba con que surgieras en mi mente de la nada y en ése preciso momento llamabas por teléfono.
Pasaron seis largos años, sin tener noticias tuyas... seguí mi camino y tú el tuyo. Hasta que azares del destino hicieron que un desconocido en una fiesta en la que llegó de colado, conociera a uno de tus amigos. Me contactaste después de tantos años, acordamos reunirnos.
Nos volvimos a ver, nos dijimos muchos secretos, nos besamos. Nuestro primer beso en ocho años de conocernos. Fue un beso tierno, a la vez apasionado, misterioso. Sentí que el universo se sincronizaba, los planetas se alineaban, y ahí estábamos, tú y yo, en medio del bullicio de aquél lugar.
Pasaron los días, salimos como en los viejos tiempos, pero ya no como niños, sino jóvenes jugando a ser adultos. Nos tomamos las manos, nos miramos a los ojos, seguimos recordando viejos tiempos.
Te idealicé por tanto tiempo... me seguías diciendo "tu ingenuidad me encanta", a lo que como siempre respondía con un gesto de timidez, mientras me ruborizaba.
Nos despedimos y pasaron los meses, regresaste a aquella ciudad, donde ya tu corazón había sido preso por otro amor...
Seguía con mi vida, enfrascada en el trabajo, saliendo con los amigos, aturdiéndome con la música, bailando, soñando.
Un día de diciembre, mientras bailaba sola con la música a todo volúmen, disfrutando de varias canciones... surgiste de nuevo de la nada... me emocionó demasiado la idea, tanto, que sonó el teléfono... sí... eras tú... ésta vez como en el final de una jornada taurina... después de una buena faena, me diste la estocada.
Han pasado otros seis años... tú en lo tuyo, yo en lo mío... te casaste aquél diciembre, y yo un rato después...
Sigo comiendo, miro a mi alrededor, pienso... recuerdo... con el bullicio del lugar aunque desconocido pero familiar, recuerdo aquél último encuentro... volteo al escuchar una voz... y ahí está Nikko, pero en esta ocasión, un vil desconocido, en la mesa de enfrente... podría ser tu clón. No cabe duda que la mente crea al mundo. Tal vez estés pensando en mí o recordando... la única diferencia es que ésta vez, no sonará el teléfono.
No imaginaba cómo serías, ni me importaba, era más la novedad de comunicarse por computadora (como aquél programa de "los chicos computarizados", que pasaban en el canal cinco ya hace muchísimos años), que saber quién estaría de aquél lado.
Nos conocimos a los pocos meses en persona. Siempre que veía las películas de "Nikko", te relacioné con él. Esos bellos ojos rasgadillos, bronceado... Siempre me ponías nerviosa, hasta tartamudeaba al hablar contigo. Cometía estupideces, se me caían las cosas, cuando salíamos a echarnos el cafecito, lo derramaba descuidadamente de los nervios.
Pensaba en tí y sonaba el teléfono, sí... eras tú. Eras un magneto, si me estaba bañando, pensaba en tí y sonaba el teléfono. Si hubiera sido cualquier otra persona, te habría hecho esperar o mandarte decir que llamaras más tarde. Pero eras tú. Enjabonada y con la toalla enrollada, salía a contestar.
Meses pasaban sin saber el uno del otro, era como un juego de niños... adolescentes jugando al misterio, saber pero no mostrar la atracción del uno por el otro...
Cada verano esperaba con ansia tu llamada. Curiosamente cuando esperaba tu llamada, no pasaba nada. Sólo bastaba con que surgieras en mi mente de la nada y en ése preciso momento llamabas por teléfono.
Pasaron seis largos años, sin tener noticias tuyas... seguí mi camino y tú el tuyo. Hasta que azares del destino hicieron que un desconocido en una fiesta en la que llegó de colado, conociera a uno de tus amigos. Me contactaste después de tantos años, acordamos reunirnos.
Nos volvimos a ver, nos dijimos muchos secretos, nos besamos. Nuestro primer beso en ocho años de conocernos. Fue un beso tierno, a la vez apasionado, misterioso. Sentí que el universo se sincronizaba, los planetas se alineaban, y ahí estábamos, tú y yo, en medio del bullicio de aquél lugar.
Pasaron los días, salimos como en los viejos tiempos, pero ya no como niños, sino jóvenes jugando a ser adultos. Nos tomamos las manos, nos miramos a los ojos, seguimos recordando viejos tiempos.
Te idealicé por tanto tiempo... me seguías diciendo "tu ingenuidad me encanta", a lo que como siempre respondía con un gesto de timidez, mientras me ruborizaba.
Nos despedimos y pasaron los meses, regresaste a aquella ciudad, donde ya tu corazón había sido preso por otro amor...
Seguía con mi vida, enfrascada en el trabajo, saliendo con los amigos, aturdiéndome con la música, bailando, soñando.
Un día de diciembre, mientras bailaba sola con la música a todo volúmen, disfrutando de varias canciones... surgiste de nuevo de la nada... me emocionó demasiado la idea, tanto, que sonó el teléfono... sí... eras tú... ésta vez como en el final de una jornada taurina... después de una buena faena, me diste la estocada.
Han pasado otros seis años... tú en lo tuyo, yo en lo mío... te casaste aquél diciembre, y yo un rato después...
Sigo comiendo, miro a mi alrededor, pienso... recuerdo... con el bullicio del lugar aunque desconocido pero familiar, recuerdo aquél último encuentro... volteo al escuchar una voz... y ahí está Nikko, pero en esta ocasión, un vil desconocido, en la mesa de enfrente... podría ser tu clón. No cabe duda que la mente crea al mundo. Tal vez estés pensando en mí o recordando... la única diferencia es que ésta vez, no sonará el teléfono.
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