Anoche después de apagar la compu, mi mente estaba tan activa, que no pude pegar ojo. Fue hasta seguramente pasada la media noche, que los brazos de Morfeo me envolvieron en su calor.
El faraón tuvo que irse a las 4.30 de la madrugada, ya que ésta vez le tocó a él hacer el recorrido de dos horas al trabajo, pues pasamos el fin de semana en el diminuto departamento.
Aproximadamente dos horas más tarde, rendida en la nada un hecho me despertó y me hizo saltar como resortera y casi tragar de vuelta el corazón.
Mientras plácidamente estaba perdida en alguna vida paralela (a veces pienso que la realidad está en el sueño y que lo que vivo en la realidad es un sueño) el susurro de tu voz se hizo presente. Sentí tu aliento y en un tono imponente y con un toque impaciente te escuché decir mi nombre, como si me quisieras despertar, hacer llamar mi atención.
Lo lograste papá, casi se me salió el alma y desperté atarantada con el corazón en la garganta. La próxima vez, si me quieres comunicar algo... avísame primero. Hace dieciocho años que no escuchaba tu voz .
Y desafortunadamente no estaba soñando, sólamente descansando del desvelón.
***
Y bueno, contenta porque me acabo de conectar hace un rato al salón virtual para ver qué pasó siempre con el proyecto de la semana anterior. Para mi sorpresa, me fue mucho mejor de lo que yo esperaba, no tan mal después de un retraso de 2 semanas.
Esto me está gustando cada vez más... 9.5 de 10. (Sin intención de dar el farolazo, pero me hizo sonreir, después de mucho tiempo sin ejercitar los músculos faciales).
Lapsus brutus, anécdotas, sueños, recuerdos, pensamientos, cuentos, exabruptos...
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martes, febrero 06, 2007
lunes, febrero 06, 2006
Duende
Como todos los lunes, me desperté a las cuatro y pico de la mañana para recorrer dos horas de camino, llegar a echarme un regaderazo y venir a la oficina. Llegué al depto a las casi 6.30am y decidí echarme una "pestañita" de 45 minutos.
Estaba en el octavo velo de morfeo, acostada de lado cuando sentí que alguien deliberadamente me picoteaba la nalga izquierda. Esa sensación me despertó inmediatamente y para mi sorpresa, no había nadie ahí, pues mamá estaba en la otra habitación echándose a su vez la pestañita.
Después de recorrer la habitación con la vista, decidí hundirme en el colchon y seguir durmiendo, hasta que a las 7.15 sonó la alarma que recorrí de nuevo hasta las 7.30am.
Luego, entré a la regadera y para variar... siguiendo con mi ritual mañanero, tengo acomodadas las botellas de diversos tipos de "champú" y otros potingues alineados. Pues en un par de ocasiones, de la nada salieron volando.
Me pregunto si alguien o algo intentó llamar mi atención, pues lo del picoteo de posadera fue aproximadamente a las 7 am... hora en la que normalmente me meto a bañar para no llegar tarde a trabajar.
Sea lo que (o quien) sea... espero que valga la redundancia, sea mi ángel de la guarda y no un espíritu chocarrero.
Estaba en el octavo velo de morfeo, acostada de lado cuando sentí que alguien deliberadamente me picoteaba la nalga izquierda. Esa sensación me despertó inmediatamente y para mi sorpresa, no había nadie ahí, pues mamá estaba en la otra habitación echándose a su vez la pestañita.
Después de recorrer la habitación con la vista, decidí hundirme en el colchon y seguir durmiendo, hasta que a las 7.15 sonó la alarma que recorrí de nuevo hasta las 7.30am.
Luego, entré a la regadera y para variar... siguiendo con mi ritual mañanero, tengo acomodadas las botellas de diversos tipos de "champú" y otros potingues alineados. Pues en un par de ocasiones, de la nada salieron volando.
Me pregunto si alguien o algo intentó llamar mi atención, pues lo del picoteo de posadera fue aproximadamente a las 7 am... hora en la que normalmente me meto a bañar para no llegar tarde a trabajar.
Sea lo que (o quien) sea... espero que valga la redundancia, sea mi ángel de la guarda y no un espíritu chocarrero.
martes, agosto 09, 2005
¿Se te "subió el muerto"?
Después de dar muchas vueltas en la cama, por fín me acomodo y trato de relajarme. Comienzo a sentir ese relajamiento rico. De repente, algo sucede...
Comienza con un sonido medio extraño en mis oídos, seguido de un enorme peso en el pecho que no me deja respirar. Mi respiración se hace más difícil, siento el impulso de moverme y no puedo, grito, pero mi voz no sale.
Siempre que ésto me había sucedido (desde que murió mi abuelo), se lo atribuí a algún espíritu chocarrero que andaba vagabundeando por esta dimensión.
Cuando falleció mi papá, tuve los mismos síntomas y cuando logré voltearme de lado y abrí los ojos, lo ví allí sentado en la cama, mirándome en silencio.
En otra ocasión, bajo las mismas circunstancias, me logré levantar para ir a tomar agua y cuando me siento, volteo a ver la hora y me quedo helada al verme ahí acostada... acto casi inmediato, me vuelvo a recostar sobre mi misma con temor a los famosos viajes astrales.
A últimas fechas, tras el desesperante episodio de no poder mover un dedo, veo a un chango semi humano moviéndose en cámara rápida tratándo de intimidarme.
Luego que había logrado moverme, se me había hecho muy difícil volver a tratar de dormir, pues me entraba el pánico de que algo espantoso fuera a ocurrime... nunca creí en demonios ni cosas por el estilo, pero era tan desagradable aquella sensación, que a veces pensaba que era poseída por algún ente.
Habían ocasiones en las que verdaderamente me daba miedo dormir. Algunas personas me decían que gritara groserías, que a lo mejor el ente era algún espíritu, y al decir groserías se irían; en otras, que rezara el padre nuestro (si ni a misa voy, rezando el padre nuestro me hacía sentir un tanto ridícula).
No fue hasta que un día me decidí a investigar qué demonios sucede conmigo:
... pues resulta que es un estado natural de nuestro organismo en el que se paraliza el cuerpo como mecanismo de defensa para que no nos hagamos daño mientras soñamos. No es ningún problema a menos de que en medio de este proceso uno se despierta y es consciente de que no se puede uno mover. Está clasificado como un desórden del sueño llamado (valga la redundancia) Parálisis del sueño.
Se caracteriza por la imposibilidad de moverse, alucinaciones, sentir presión, como si alguien se hubiera sentado sobre tí o te estuviera deteniendo de alguna manera con cierta presión, así como sensaciones de estar fuera del cuerpo o sentirse desconectado del mismo.
Es un proceso en el que se liberan ciertas hormonas que contribuyen a la parálisis del organismo en reposo. Cuando existe un desequilibrio en estas hormonas, se dan estos episodios.
Qué altera a esas hormonas... el estrés y ansiedad, dormir boca arriba, la pubertad, entre otras situaciones.
Recomiendan además de hacerse un estudio del sueño, evitar el insomnio, aliviar el estrés, saberse acompañado y relajarse.
Se ha demostrado científicamente que las personas que alegan haber sido secuestradas por extraterrestres, se han encontrado en estos trances, con presencia de alucinaciones.
Así a casi un año del último episodio, por lo menos ya puedo estar tranquila, porque pienso que es un proceso natural e ignoro las sensaciones hasta que desaparecen.
Comienza con un sonido medio extraño en mis oídos, seguido de un enorme peso en el pecho que no me deja respirar. Mi respiración se hace más difícil, siento el impulso de moverme y no puedo, grito, pero mi voz no sale.
Siempre que ésto me había sucedido (desde que murió mi abuelo), se lo atribuí a algún espíritu chocarrero que andaba vagabundeando por esta dimensión.
Cuando falleció mi papá, tuve los mismos síntomas y cuando logré voltearme de lado y abrí los ojos, lo ví allí sentado en la cama, mirándome en silencio.
En otra ocasión, bajo las mismas circunstancias, me logré levantar para ir a tomar agua y cuando me siento, volteo a ver la hora y me quedo helada al verme ahí acostada... acto casi inmediato, me vuelvo a recostar sobre mi misma con temor a los famosos viajes astrales.
A últimas fechas, tras el desesperante episodio de no poder mover un dedo, veo a un chango semi humano moviéndose en cámara rápida tratándo de intimidarme.
Luego que había logrado moverme, se me había hecho muy difícil volver a tratar de dormir, pues me entraba el pánico de que algo espantoso fuera a ocurrime... nunca creí en demonios ni cosas por el estilo, pero era tan desagradable aquella sensación, que a veces pensaba que era poseída por algún ente.
Habían ocasiones en las que verdaderamente me daba miedo dormir. Algunas personas me decían que gritara groserías, que a lo mejor el ente era algún espíritu, y al decir groserías se irían; en otras, que rezara el padre nuestro (si ni a misa voy, rezando el padre nuestro me hacía sentir un tanto ridícula).
No fue hasta que un día me decidí a investigar qué demonios sucede conmigo:
... pues resulta que es un estado natural de nuestro organismo en el que se paraliza el cuerpo como mecanismo de defensa para que no nos hagamos daño mientras soñamos. No es ningún problema a menos de que en medio de este proceso uno se despierta y es consciente de que no se puede uno mover. Está clasificado como un desórden del sueño llamado (valga la redundancia) Parálisis del sueño.
Se caracteriza por la imposibilidad de moverse, alucinaciones, sentir presión, como si alguien se hubiera sentado sobre tí o te estuviera deteniendo de alguna manera con cierta presión, así como sensaciones de estar fuera del cuerpo o sentirse desconectado del mismo.
Es un proceso en el que se liberan ciertas hormonas que contribuyen a la parálisis del organismo en reposo. Cuando existe un desequilibrio en estas hormonas, se dan estos episodios.
Qué altera a esas hormonas... el estrés y ansiedad, dormir boca arriba, la pubertad, entre otras situaciones.
Recomiendan además de hacerse un estudio del sueño, evitar el insomnio, aliviar el estrés, saberse acompañado y relajarse.
Se ha demostrado científicamente que las personas que alegan haber sido secuestradas por extraterrestres, se han encontrado en estos trances, con presencia de alucinaciones.
Así a casi un año del último episodio, por lo menos ya puedo estar tranquila, porque pienso que es un proceso natural e ignoro las sensaciones hasta que desaparecen.
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