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domingo, julio 24, 2011

Lo bueno de lo malo

Me refiero a la secuencia de eventos que suceden después de una tragedia. Indiscutiblemente todo es para mejorar.

Hace dos años, el faraón me regaló un par de libros de QiGong en mi cumpleaños. Por alguna razón, no me dio interés alguno (ni los abrí) y los arrumbé en algún lugar. En aquél momento me pareció algo absurdo.

Mamá enfermó y murió. Regresando a casa, me sumergí en la danza y el día que lastimé mi tobillo no tuve más remedio que adaptarme a las circunstancias: me dediqué a leer. No sólo en "la interné", sino que me rodeé de todos aquellos libros que tenía en casa para prevenir enfermedades. Entre ellos, se encontraba uno de esos libros que el faraón me había regalado: "Women's Qigong for Health and Longevity". Lo leí completo y me dí de topes cuando en una de sus secciones hablaba sobre ejercicios para prevenir o tratar el cáncer de ovario/seno.

Al concluir, había una dirección de internet. Busqué aquella página y encontré que había cursos. Al seguir las ligas a esas páginas, di con el retiro que tomé. El resto es historia.

Es curioso todo lo bueno que puede salir de una mala situación y curiosamente, es una frase que había en una de las paredes de aquél lugar -decía algo así como "after a tragedy, I can't wait to see what good comes out of this"

viernes, noviembre 26, 2010

Enseñanzas...

En la vida, siempre hay primeras veces. Lo que nunca imaginé que experimentaría o viviría, me ha sucedido.
A veces tiene uno la boca muy grande. De haber sabido el poder de las palabras, me habría callado algunas cosas desde pequeña.

La primera insensatez que llegué a decir en repetidas ocasiones es que yo no quería tener hijos. -Concedido.
La segunda estupidez que dije, que no quería vivir más de 40 años. -Estoy a tiempo para enmendar esta barbaridad.
La constante que dije durante mucho tiempo, que no valía la pena vivir. -Al igual que la segunda, a tiempo de no retar al destino.

Mamá en ocasiones durante nuestra corta vida también decía similares tonterías.
Cuando las situaciones se ponían difíciles y en repetidas ocasiones, una de las cosas que decía era que así reptara, no necesitaría de la ayuda de nadie. Como latigazo, el destino le dio muy duro. Ahora, tan débil que literalmente tiene que reptar, nos necesita más que nunca.

Hace muchos años, cuando era yo una puberta, mi tía yeyé me contaba sobre la metafísica. Sobre los decretos y esas cosas. Años más tarde, leí y vi el "Secreto". En fin, tantos avisos, a veces la novedad me animaba... pero al final... hice caso omiso.

Tras vivir la enfermedad de mamá, ahora me queda clarísimo que hay que tener cuidado con lo que uno piensa y aún más cauteloso con lo que uno dice en voz alta. También extremadamente consciente de lo que a uno le tiene miedo, porque seguramente eso sucederá.

En mi caso, a veces hablo por hablar... sobre todo cuando me dejo llevar por la ira y la estupidez. He dicho muchas cosas sin sentido, pero con la fuerza de la ira se ha logrado materializar. Tal vez las cosas no se dan en el momento, pero más tarde suceden.

No me queda más que perdonar mis estupideces, perdonarme a mi misma y pido perdón a cualquier persona que consciente o inconscientemente le haya hecho daño por mi insensata verborrea.