Estaba en una oficina. Parecía uno de mis trabajos del pasado, en el que estaba yo rodeada de compañeros del sexo opuesto. Me preguntaban acerca de mamá. En ese momento, mamá entraba, no había emoción en su rostro. Caminando en silencio se sentaba en una silla junto a la mesa.
Había vuelto, se notaba algo pálida y sin reacción emotiva. Yo le pasaba sus joyas, que ella iba clasificando y acomodando en charolitas de metacrilato. Estaba callada (muy raro en ella).
"¿Cómo te sientes mami?" -pregunté-, ella, perdía la mirada en el infinito. "má... te quería preguntar...", "sí hija, dime"... "¿qué sentiste?" -ella incrédula se volvía hacia mi-, "¿sí, qué sentiste al momento de morir?". Con la mirada de nuevo perdida, sólo contestó "no quiero hablar de eso". "Tienes razón má, ya estás de regreso y eso es lo que importa".
Momentos más tarde, dos de mis compañeros me interrogaban... "Nefer, ¿así que te vas de vuelta a casa?"... "sí, me regreso a España".
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