Me encontraba rodeada de gente, conocida y desconocida, todos y cada uno, cuando intercambiaban palabras conmigo, me decían que dejara atrás la muerte de mamá y que ya era tiempo de hacer mis cosas. Yo irritada, les decía que qué les importaba, que me dejaran en paz.
Desperté de mal humor y recordando que ayer, se me ocurrió la atrocidad de comer un chocolate con 18gr de azúcar (me estaba dando una baja y estaba en Wal*Mart, se me hizo fácil "total, lo voy a quemar en la clase de baile"). Consecuencias: un mal humor de perros, cansancio extremo, extrañamente, no estoy triste. Ya es ganancia.
Recuerden... el azúcar mata.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario