Sábado 27 de agosto del 2011. Aproximadamente once y treinta y tantos de la noche.
El faraón durmiendo en la otra habitación. Yo, clavadísima leyendo sobre el Dhammapada en línea. Como siempre últimamente ya se me hizo la costumbre de tener la laptop encendida hasta que me da sueño. Ví la hora, 11:34pm. Pienso en lo mal habituada por no dormir a mis horas. Continúo con la lectura recostada de lado en "cucharita" o más bien en posición fetal, al filo de la cama con la laptop en mis manos apoyada de lado sobre mis piernas.
Mi lectura de suma concentración me llevó a una especie de trance. Un trance en el que me perdí. El tiempo no existe. En la obscuridad, mi mente penetró en la nada. Mis sentidos completamente alertas pero sin pensamiento, sin sabores, ni olores, sin sonidos, sin sensaciones. Mis músculos seguramente se relajaron completamente y en aquél instante, sentí que la laptop se deslizaba por entre mis dedos, tuve la reacción de asirme a ella, pues conscientemente sabía que caería al piso.
Al momento de tener contacto con la laptop, regresé del trance y en ése instante, sin pensar... llegó una tonelada de información.
Yo no era yo. El YO no existe. Simplemente soy. Soy uno con el todo y paradógicamente, todo es nada. La nada es un vacío y en ese vacío de conceptos llegó la confirmación. Pasado, presente y futuro, todo en este instante.
Comprendí mi misión en esta vida, comprendí la asociación de experiencias pasadas. El por qué conocí a la gente que ha cruzado mi camino, el por qué papá murió, por qué me relacioné con ciertas personas. Todas y cada una de ellas, derivarían en un sendero. Mamá preparó el camino con su muerte, todo "tenía" que suceder así.
Al faraón tenía que conocerlo, como a todas las personas con las que me relacioné en el pasado, él era una pieza clave en este rompe-cabezas. Todo para éste despertar. Mi misión no incluye el tener hijos, porque madre ya lo fui. Comprendí que mamá no se fue, simplemente trascendió y está en "casa", donde me encontré en esa fracción de segundos, en el TODO. No hay nacimiento, así que no hay muerte. Es sólo éste instante.
Sentí una enorme felicidad, una paz infinita y un amor elevado a la "N-ésima" potencia. Veo el reloj. 11:35PM. Todo éso sucedió justo cuando cambió del 4 al 5. El faraón despertó para hacer una escala técnica.
Nefer: "Faraón! me iluminé!"
Faraón: "si?, qué paso?"
Nefer: "Soy todo... y soy nada" - en el tono en el que mamá nos había explicado satisfecha y extremadamente feliz aquélla realización
Faraón: " buenas noches"
Nefer: "no hay nacimiento!!! no hay muerte!!!"
Faraón: "buenas noches" (seguramente pensaba que sólo repetía lo que escuchamos constantemente durante los retiros) y continuó caminando de regreso a aquella otra habitación.
Salté de la cama y caminé hacia la otra habitación
Nefer: "que te digo que alcancé la iluminación!!" - exhaltada y firme
Faraón: "dime!" - ya a estas alturas, el faraón se dio cuenta de que no era broma
Le comenté todo lo que arriba menciono (que no es ni la tercera parte de todo lo que me llegó en ese lapso después del trance). Era tanta mi emoción de la comprensión absoluta de todo, que comencé a llorar descontroladamente.
Nefer: "comprendí todo!, no tenía que ser madre... te tenía que conocer a ti, mamá tenía que trascender... todo!!! lo comprendí todo!!! el por qué estoy aquí!!! y... y... ahora qué hago con todo ésto????"
Faraón: "tranquila, respira profundo" - pensó que lloraba de tristeza y me abrazaba fuertemente. Su corazón parecía un conejo. Brincaba fuertemente bajo esa piel.
Nefer: "NOOOO, si no estoy triste, estoy FELIZ!!!!! no tienes idea de la cantidad de AMOR que siento en éste momento, SOY FELIZ, mamá tenía razón!!!!! NADA IMPORTA!!! todo va a estar bien!!!!
Faraón: "luego le llamas a Sunim"
Nefer: "vamos a dormir"
Nos encaminamos a aquella habitación. Como es la costumbre, el faraón recostado del lado derecho... y yo detrás de él. Lo abracé fuertemente. Era como abrazarme a mi misma. Como abrazar a mamá... Como abrazar a toda la humanidad. Tenía sensaciones extrañas en los oídos y la pelvis (no sé qué significado tenga ésto). Era tanto el amor... un amor que salía de dentro de mí como un río interminable y lo inundaba todo. Mi ser era un torrente de amor y felicidad.
Esto... todo duró por varias horas. La sensación de infinita paz, infinito amor e infinita felicidad. Fue entonces cuando comprendí el nombre que Sunim me dio en mi primera toma de preceptos. El nombre budista, significa "alegría y felicidad del Dharma". Comprendí el nombre que Sunim había dado a mamá, cuyo significado era "100%".
Kasina = 100%. Sí, mamá alcanzó la iluminación antes de ir de regreso a "casa".
Ése sábado, estuve brevemente "en casa" por menos de un minuto.
Las explicaciones aquí descritas son insuficientes para presentar lo que significa el llegar a la iluminación. Por que en la iluminación, no hay conceptos... sólo la certeza de saber que soy todo. Somos todo.
¿Lo cotidiano y mundano? sólo una ilusión, una construcción de la mente.
3 comentarios:
ay nefer! que bonito, que emoción... que pocas palabras tengo... pero me da mucha alegria que hayas experimentado eso. ojalá a todos nos tocara algún día :)
un abrazo!
gracias Nor, fue maravilloso, recordé el brillo de aquellos ojotes de mamá... su felicidad, su emoción... ahora lo comprendo todo... :) te llegará y ojalá que pronto, porque en el camino estás :D
:)
Publicar un comentario