Pues lo que se sospechaba, el enemigo silencioso invadió tus órganos en muy poco tiempo. Cuando vine hace tres meses no estabas así...
Tengo una mezcla de incredulidad, de impotencia, tristeza... esto es una pesadilla. Nunca me imagine que viviríamos una situación así y menos tan intempestiva. Ya te resignaste y eso me asusta, pero por otro lado percibo la realidad y no me queda más que aceptarla. Sólo deseo de todo corazón que no sufras dolor.
A veces pienso que vivo una vida paralela, de alguien que se empecina en darme una lección. Apenas llegué para ver que era lo que pasaba, una semana más tarde nos dan el horrible diagnóstico y para colmo me despiden vía telefónica del trabajo (ésto último la mínima de mis preocupaciones) pero todo se juntó y me siento como una bomba atómica a punto de detonar.
No quiero pensar en mañana, quiero estar contigo todo el tiempo. A veces maldigo la hora en que me fui del país... haberte dejado sola. Sé que me dices que no sienta culpa por algo que no tiene sentido, que no tiene caso. Nada tiene caso más que poder verte sonreír una vez más, verte caminar y respirar.
Te miro mientras duermes, tus bellos y enormes ojos... a pesar de esta situación eres mi ejemplo... tienes una infinita paz. Quisiera tomarte en mis brazos y arrullarte como tu lo hacías cuando yo era pequeña. Acariciar tus mejillas y decirte que todo va a estar bien. Mi dulce mamita.
¿Ya qué tiene sentido?
Lapsus brutus, anécdotas, sueños, recuerdos, pensamientos, cuentos, exabruptos...
sábado, agosto 28, 2010
martes, agosto 24, 2010
No puedo más...
No, no es la canción de Caló.
Me duele el corazón de tener el llanto atravesado y no poder llorar. No quiero llorar enfrente de tí, por que no quiero que entres en pánico. Pánico de saber lo que todavía no sabemos, para qué adelantarnos. Sí, tengo miedo y mucho. No me imagino mi vida sin tí pero lo que más me da miedo es que sufras más de lo que ya has sufrido.
Te veo ahora tan delgada, tan frágil... duermes sentada o de rodillas porque ya no te hallas. Tus mejillas caidas y vacías, tus bellos ojos grandes, aún más grandes. Tus brazos caen como hilachos a tus costados.
Trato de dormir pero no puedo, te observo al pie de la cama de rodillas en aquella colchoneta, reposando tu cabeza sobre tus brazos recargados sobre el colchón de la cama. Me duele, por que no puedo hacer nada, ni hierbas chinas, ni copitas de succión, ni acupuntura, ni reposo. Ni modo, intentamos todas las alternativas que deseabas y teníamos que finalizar con lo occidental.
Pido que los médicos tengan la sabiduría para darte un buen diagnóstico y que elijan el tratamiento adecuado. Estás muy jóven aún, tanto que ver, que vivir, que viajar. Aún no hacemos ese viaje a Grecia... pídele a tu cuerpo paciencia... paciencia para aguantar, fortalecerse y sanar. Por una vez en esta vida pido un milagro y éste... que te cures pronto mamá...
Me duele el corazón de tener el llanto atravesado y no poder llorar. No quiero llorar enfrente de tí, por que no quiero que entres en pánico. Pánico de saber lo que todavía no sabemos, para qué adelantarnos. Sí, tengo miedo y mucho. No me imagino mi vida sin tí pero lo que más me da miedo es que sufras más de lo que ya has sufrido.
Te veo ahora tan delgada, tan frágil... duermes sentada o de rodillas porque ya no te hallas. Tus mejillas caidas y vacías, tus bellos ojos grandes, aún más grandes. Tus brazos caen como hilachos a tus costados.
Trato de dormir pero no puedo, te observo al pie de la cama de rodillas en aquella colchoneta, reposando tu cabeza sobre tus brazos recargados sobre el colchón de la cama. Me duele, por que no puedo hacer nada, ni hierbas chinas, ni copitas de succión, ni acupuntura, ni reposo. Ni modo, intentamos todas las alternativas que deseabas y teníamos que finalizar con lo occidental.
Pido que los médicos tengan la sabiduría para darte un buen diagnóstico y que elijan el tratamiento adecuado. Estás muy jóven aún, tanto que ver, que vivir, que viajar. Aún no hacemos ese viaje a Grecia... pídele a tu cuerpo paciencia... paciencia para aguantar, fortalecerse y sanar. Por una vez en esta vida pido un milagro y éste... que te cures pronto mamá...
domingo, agosto 08, 2010
jueves, julio 29, 2010
Viva el presente
Y... paso a dejar una pequeña huella...
Conduzco el auto hacia el trabajo, escucho música. No compulsivamente como acostumbraba cambiar piezas cada 3 o 4 segundos, las dejo fluir y con ellas mi mente sin pensar.
Aunque me transportan a lugares y épocas añejas, con gusto me doy cuenta de que ya no añoro el pasado. Me gustan las canciones por lo que son y no por lo que representaban para mí... y aunque sí recuerdo situaciones, personas y vivencias, sólo sonrío y continúo apretando el acelerador.
Creo que me he curado del pesado pasado... a continuar viviendo el presente!
No prometo nada pero tal vez vuelva a venir a danzar en algunos días...
miércoles, julio 14, 2010
Sonrisas
Hoy fue uno de ésos días en los que sin pensar o sin querer me la pasé sonriendo... a veces con el recuerdo de alguna situación chistosa, de gente con la que he convivido que me ha hecho reír, no sé...
Me dirigía hacia el Soho Sushi a la hora del "lunch" cuando mientras caminaba por los pasillos de aquél mall que recorro todos los días para llegar a la oficina, en forma aleatoria mientras sonreía casi riendo, mi mirada se cruzó con la de algún señor que iba pasando. Su reacción fue curiosa. Tal pareciese que fuera yo la coqueta del siglo 22 tirándole la ropa interior. Aceleró el paso, miró al piso, etc. Ha de saber señor, que cuando Nefer quiere tirar el "calzoncín", no se anda con pequeñeces y se quita toda la ropa, así que no se emocione, que no... sonreía a mis recuerdos, no a Usted.
De regreso del sushi, en el ascensor me topé con algún otro desconocido... y curiosamente, la misma reacción. O todos los hombres en esta ciudad se creen muy galanes o son muy neuróticos, o de plano tengo que dejar de sonreír.
Me dirigía hacia el Soho Sushi a la hora del "lunch" cuando mientras caminaba por los pasillos de aquél mall que recorro todos los días para llegar a la oficina, en forma aleatoria mientras sonreía casi riendo, mi mirada se cruzó con la de algún señor que iba pasando. Su reacción fue curiosa. Tal pareciese que fuera yo la coqueta del siglo 22 tirándole la ropa interior. Aceleró el paso, miró al piso, etc. Ha de saber señor, que cuando Nefer quiere tirar el "calzoncín", no se anda con pequeñeces y se quita toda la ropa, así que no se emocione, que no... sonreía a mis recuerdos, no a Usted.
De regreso del sushi, en el ascensor me topé con algún otro desconocido... y curiosamente, la misma reacción. O todos los hombres en esta ciudad se creen muy galanes o son muy neuróticos, o de plano tengo que dejar de sonreír.
jueves, julio 08, 2010
martes, julio 06, 2010
Diosa...
Me acerco al espejo... pienso en todos los kilos que tengo que bajar. No me había entrado la conciencia de ello hasta que me ví ayer en aquél salón, con el gigantesco espejo, entre mujeres y jóvenes tomando aquella clase de "Rythm & Motion". Entre aquella muchedumbre de cuerpos ejercitados, a pesar de que otras personas no tan ejercitadas estaban a mi alrededor, me sentí como aquellas antiguas estatuillas de barro representando a la Diosa de la fertilidad.
Decidí no pensar en ello y avocarme a la clase, que la verdad me agradó mucho. Saliendo de allí, decidí que volveré al fin a mi rutina de ejercicios y que seré la nueva Nefer. La mejorada.
Siempre me había gustado aparecer en fotografías, con amigos, frente a monumentos, plasmando recuerdos en pixeles de aquellos lugares que visito. Hoy, rehuyo a las cámaras. No porque piense que me robarán en alma, sino por la vergüenza de haber llegado a lo que he llegado. Nunca había estado de semejantes proporciones. Podría echarle la culpa a aquél tratamiento hormonal, que no dudo haya contribuído... pero debo aceptar que he descuidado mi alimentación. En fin.
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