No sé si sea la etapa de la vida que estoy viviendo o la edad, que en realidad estoy pasados los "tes", gateando en los "tas"... pero el peso de los "tas" me tiene agotada.
A pesar de que estas vacaciones me han servido para al menos salir de la tan viciada rutina, sigo como aletargada, mis pensamientos estancados, ya no digamos las acciones.
Aquella certificación que tengo enpolvada en el olvido y la tiricia de si quiera pensar en retomar.
El karma hasta ahora en investigación continua, con la ausencia del poder divino de la creación de la vida misma, me ha tenido pensativa y curiosa a la vez. ¿Qué habré hecho que mis acciones hayan afectado en tan enorme magnitud?, tal vez porque lo decreté en los "tes" y estoy viviendo el resultado de mi propia maldición.
A la vez, la visita de mamá está moviendo cimientos... recuerdos de sueños y aspiraciones, que en el camino se han perdido, ilusiones, acciones inconclusas, frustraciones y una enorme curiosidad de lo que me depara el destino.
Tal vez sea el famoso ciclo de los 7 años, que si es así, espero que el año concluya rápidamente, para empezar con un cuaderno nuevo. Una página limpiecita, en la que pueda empezar de cero. Ser una mejor persona, mejor profesional, mejor amiga, mejor mentora (ya no de madres, porque este año ya fue suficiente), aportadora a la comunidad de algo porque estoy segura de que estoy por algo en este lugar. No sé todavía cuál sea mi misión, pero quiero encontrarla, sin que sigan pasando las veladas, los amaneceres deambulando como zombie en este universo.
Retomar el camino a la liberación del sufrimiento, que también lo dejé por ahí... y del cuál mi experimento ha quedado en "stand by".
Y bueno, se me está borrando la rayita, así que ya me voy a "dormir", que en realidad se me volvió a ir el sueño y tendré que contar regresivamente a las ovejitas. No sé por qué número empezar... 1000, 999, 998,...
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