Estando en el avion a punto de despegar, observo a la azafata. Me pregunto si es feliz haciendo exactamente-lo-mismo (en tono cantadito) cada vez que se sube a un avion.
Lidiar con pasajeros necios y otros no tanto, ninios llorando, tipos en el celular, preguntando a las personas que se sientan en las salidas de emergencia si son aptas y saludables para abrir la puerta en caso de desastre, etc. etc. etc.
Pone su grabadora y comienza su rutina de ejercicios de brazos acostumbrada, mientras nadie la pela. Al ver la carencia de atencion hacia su parte, decidi poner atencion a lo que decia y hacia, a pesar de que la rutinita la se de memoria. Tal vez mi sonrisa al tiempo que observa a la unica persona que le pone atencion, tal vez la haga sentir mejor por hoy.
De una cosa estoy segura, me daria suma flojera estar en su lugar.
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