Cuando ando inquieta o deprimida, me da por ir de compras. Aunque ésta vez fue porque necesitaba una nueva plancha, pues hace unas cuantas semanas la tiré accidentalmente y se le salió el agua por todas partes... aproveché para comprarme un jueguillo de bisutería para levantarme el ánimo, y alguno que otro "chuculuco" útil para acomodar cachivaches.
El caso es que cuando llego, me pregunto "y para qué?"... me entra culpa y una sarta de sentimientos encontrados y luego me digo, trabajo como burro para de vez en cuando darme mis gustos. Pero bueno...
Me dí un "descanso" de tres días y no he tocado material alguno de la maestría, después de una fuerte frustración conmigo misma durante el exámen. Tengo que hallar la forma de leer rápido, porque con ése "pequeño" detalle, no terminé. Aún no recibo los resultados, sólo espero librarla.
En fin...
1 comentario:
mmm tengo el mismo problema, y lo peor es que fue una costumbre adquirida.
Un dia dije: si los demás compran para sentirse bien, porque yo no? (además me lo merezco!)
Y que se me queda la costumbre...
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