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viernes, enero 02, 2015

2015

Recuerdo cuando la Peque y yo fantaseábamos sobre el futuro. El año 2000 se nos hacía muy lejano, infinito.

Hoy, a dos días de haber comenzado el año, sigo incrédula sobre la cantidad de años que han pasado.

Tuve una pesadilla que me despertó:

Como consultora de una empresa, comenzaba el proyecto. Visitaba aquellas oficinas para recibir instrucciones sobre el proyecto, cuando regresaba al hotel para comer y descansar. Camino al restaurante, en la entrada vendían libros. Compraba uno relacionado a asesinos seriales y técnicas para interrogarlos.

Al día siguiente, tenía reunión con la persona que me había contratado, junto con algunos directivos y yo pensaba que arrancaríamos con el proyecto. En lugar de eso, me cuestionaban en dónde me encontraba a tales horas, y cuando les comentaba que estuve en el hotel, me decían que habían contratado a un investigador privado que me había seguido y me enseñaban un vídeo grabado en el que yo aparecía comprando el libro que ellos llamaban de "nota roja". Yo enfurecida por la falta de confianza e invasión de privacidad les comentaba que el libro me ayudaría con las técnicas de entrevistas para solicitar información, utilizando las técnicas y claves psicológicas utilizadas originalmente en asesinos seriales. Enfurecida, le decía a la persona que me había contratado, que de una vez me indicara y que si no quería que los apoyara en el proyecto, en ese mismo momento podrían buscar a otra persona. Salí de la oficina y me fui al hotel.

En el hotel, mamá que se sentía presente pero no la veía, me indicaba telepáticamente que nunca tomara decisiones bajo un estado de ánimo. Así que después de un rato de tener otras breves experiencias en el sueño que no recuerdo, llamaba por la tarde a la Sra. para preguntarle si había tomado su decisión. Había decidido que continuara con el proyecto.

Desperté bañada en sudor.

Pensaba en todo aquello que me agobia sobre trabajar remotamente: la falta de convivencia humana, esa interacción en persona que facilita la comunicación, en los pendientes que tengo, en la incertidumbre del futuro a mediano plazo.

En ese instante, sonó la notificación en mi iPad: dos nuevos correos electrónicos de Marcus.
Marcus es algo así como un gurú de Qi Gong al que me subscribí hace un par de años.
En su primer correo hablaba de cómo se abrumaba entre Navidad y Año Nuevo. Mencionó una frase de Lao Tzu:
Si estás deprimido, estás estancado en el pasado
Si estás ansioso, estás estancado en el futuro
La solución es estar en el presente

Inmediatamente me di cuenta de que llegó en el momento preciso a la hora oportuna.

Luego, el segundo correo en el que preguntaba a qué grupo pertenecía yo:

Grupo 1: Aquellos que activa y de forma regular hacen pequeños cambios para mejorar su modo de vida
Grupo 2: Aquellos que regularmente "queman la vela por los dos extremos", posponen el lidiar con problemas para otro día, comen lo que es lo más conveniente y crecen más sedentarios.

Me quedé pensando por algunos momentos y me pregunté si existiría un grupo entre el uno y el dos.
Siendo honesta, este año pasado sólo me dejé llevar por el estrés del trabajo y mi escape fue mi maravillosa clase de baile.

Lo que descuidé enormemente, fue la salud, la buena alimentación, la meditación/espiritualidad. Fui indulgente en todos los aspectos, pero no me dí el tiempo para verdaderamente crecer, nutrirme física y espiritualmente.

Así que como no hice lista de propósitos antes del 1o. de enero, empezaré a hacer una lista de decretos, un plan detallado de cómo hacer lo que verdaderamente me gusta y visualizarme con mucha salud, y definitivamente seguir creciendo como persona.

jueves, enero 01, 2015

Un Año Más


El título de esta entrada sonó como a reproche. Pero en realidad es sólo una oración para indicar sólo un imaginario lapso de tiempo que los humanos nos inventamos para re inventarnos.

A diferencia de los años nuevos a lo largo de mi vida, éste lo pasé sólo en compañía del Faraón. No fui a mi tierra natal, ni vi a mi familia sanguínea.

Decidí no pasar ni Navidad ni Año Nuevo fuera de mi casa. Terminé un año exhausta, malnutrida y un tanto ansiosa.

Tuve mi chequeo anual días antes de concluir el 2014:

De todos los estudios sanguíneos, sólo un ligero gran problema:
Anemia (si claro, ya la he tenido antes) debido a bajos niveles de hierro. La diferencia esta vez es que mi hemoglobina permaneció estable, 9 de 12, o sea por debajo del límite inferior, pero el hierro de 49 bajó estrepitosamente a 15.

Recibí el año en cama, con un abrazo del Faraón y sintiendo que mi cerebro sería desconectado. Algo así como una escena de The Matrix, donde algunos miembros de la tripulación son desconectados de sus cerebros sin consentimiento alguno.

Después de caer en un sueño accidentado con el uso de melatonina, a eso de las 2 de la mañana, desperté a las 7.30, sintiendo que era un fantasma. Decidí dormir una hora más, para luego forzarme a salir de la cama, comer un desayuno grande con dosis de vitaminas (taurina, hierro, complejo B, C) antes de prepararme física y mentalmente para la fiesta de fin de año de mi clase de baile.

La clase consta de 10 canciones con 10 diferentes coreografías, más sección de abdominales, etc. Esta clase sería de 14 canciones, o sea 14 coreografías. Si a 10, he estado haciendo 8 porque mi cuerpo no me da para más, hoy hice 12 de las 14 y salí extremadamente mareada. Tuvimos una pequeña reunión en el lobby del ballet de Cincinnati. Hicieron brindis, para el que lo hice con jugo de naranja y de ahí sólo los amigos cercanos nos fuimos a comer a Mazunte. Restaurante de comida mexicana, que se le acerca mucho a lo tradicional.

Después de comer, sentí que mi cerebro no funcionaba. Mis amigos platicaban y yo no entendía nada de lo que decían. Como si de repente se hubiesen puesto de acuerdo para hablar en extraterrestre.

Le pedí al Apio que si por alguna razón no lograba llevarlo de regreso a su casa, que por favor el manejara (nos turnamos para manejar) y como zombie lo llevé hasta su casa y como pude llegué a la mia.

El Faraón bromeaba en que si quería ser cremada. Le dí instrucciones precisas excepto el lugar donde esparciría mis cenizas.

Tomé un baño y me fui directo a la cama. Eran como las 6 de la tarde. Desperté a las 10 sintiendo que mi cerebro no era mío.

Recibí una foto que me alarmó sobre el estado de salud del Overkill.


sábado, noviembre 22, 2014

Heroina

Hastiada de la monotonía, comía con un par de amigos. Uno de ellos empresario. Le comentaba que sería ideal trabajar en IBM. El asentía y comentaba que era una de las mejores empresas para trabajar, sin embargo, el pediría trabajo de medio tiempo, para poderle dedicar el resto a su propia compañía en línea.

Caminaba de regreso mientras analizaba lo tediosa que se había convertido mi cotidianidad. En casa, que más bien parecía una de las vecindades del corazón de la ciudad de México, le pedía al Faraón que me acompañara en una larga caminata.

Caminábamos entre las calles y me detenía en algún callejón, y sin saber me acercaba a aquel grupo de "comerciantes".

Señito, aceptamos tarjeta de crédito. Asiento con un ademan y me hace mi preparación. Me piden mi número de celular y pago con la tarjeta. El Faraón y yo caminamos de regreso.

En completa apatía llego a mi habitación. Me le quedo viendo a la bolsa de plástico, con su interior intacto. Un pedazo de aluminio manchado, escurrido y un poco quemado, y un polvo entre cristalizado y líquido. Heroína.

En ese momento como si despertara de un sueño, le digo al Faraón. Pero qué es esto?!, él tranquilamente responde "Heroína". Y continúa la conversación tornándose un tanto alarmante:

Nefer: pero esto es totalmente ilegal!
Faraón: pena federal y larga sentencia por posesión
Nefer: pero y yo para que quiero esto?! para que lo compre!
Faraón: y tienen tu número de celular
Nefer: me tengo que deshacer de esto!
Faraón: y pagaste con tarjeta de crédito, tienen todos tus datos

Comienzo a sudar, ideando la manera de deshacerme de aquél "paquete". Mientras vocifero histérica, pienso en como limpiar la bolsa con alcohol para deshacerme de mis huellas digitales, utilizar guantes, tirar el paquete junto con mi celular y tarjeta de crédito en algún valdío y reportar los objetos robados.

Despierto empapada de sudor y angustiada por tratar de deshacerme de aquel tormento, cuando me doy cuenta de que fue solo un sueño.

martes, septiembre 09, 2014

12

12 - par
1+2 - impar
1 soltera empedernida y exigente
+
1 soltero solitario y compasivo
=
2 solteros, que como imanes con polos opuestos se unieron: 2002

2014-2002=12

12 años...

sábado, agosto 30, 2014

Estudiante Ausente

Estaba en la universidad. Sabía que tenía clase y que probablemente ya había suspendido por ausencias. Sin embargo me la pasaba en los pasillos, jardineras, etc. Llegaste buscándome. Ambos nos mirábamos a los ojos, esa flama en la mirada, esa química tan distintiva.

Mi corazón se detenía. Mis labios se estremecían, mi respiración cortada... te presentaba a Colorina. Llegaba M2. Le cantabas una canción de música country, pidiédole perdón por que siendo tu mejor amigo, yo era tu amante. Sin embargo, el no decía nada. Tú y yo intercambiábamos miradas de complicidad, deseo e inmenso cariño. Nos besábamos y detenidamente observábamos lo más profundo de nuestros ojos.

Desperté con falta de aire, no de cansancio... de deseo.

domingo, agosto 10, 2014

Sabático hogareño

Mi rutina consistía en meditar por las mañanas, trabajar mis ocho horas, ir a clase de baile 3 o 4 veces por semana, regresar a casa, hacer que-haceres domésticos y lo básico, comer, dormir, atender a los llamados de la naturaleza y necesidades del cuerpo humano.

Hace un año y 3 años después de descubrir esta clase de baile, comenzó esta aventura:

La instructora HB ofreció junto con otra maestra cursos de verano. Estos cursos consistían en técnica de baile para grupos principiantes y avanzados.

La clase se ofrecía poco después de la clase regular. Por lo que a alguien se le ocurrió reunirse después de clase para echar el cafecito y/o comer algo. Normalmente yo sólo tomaba la clase, me cambiaba y regresaba a casa. La rutina era pasar a hacer las compras de la despensa y tal vez rentar una película, para que el faraón y yo mientras cocinábamos o limpiábamos, disfrutáramos de la película. Los domingos meditábamos juntos y me depositaba en la clase de baile mientras el pasaba a la oficina a terminar pendientes y pasaba por mi para regresar juntos a casa y continuar con labores domésticas.

Además de las clases, existen eventos a los que nos invitan a participar como parte de un flash mob, en el que irrumpimos en el precinto y comenzamos a bailar sorpresivamente.

Participantes de clase del grupo original al que luego denominamos el "latin quarter", que se tradujera burdamente a "barrio latino". Este grupo consistía sólo de personas con lengua materna de origen hispano, de diversos planos, ambientes países, culturas, costumbres. Poco a poco y por adición, un par de chicas bailaban en nuestro grupito.

Del grupo latino, que describiré en otro escrito, a la "gusanito" se le ocurrió auto invitarnos a aquellas reuniones y conocer gente nueva. Los resultados impensables... nuestro LQ comenzó a crecer y se nos ha hecho la costumbre no sólo atender a clases más seguido, sino una constante adicción a salir a cenar o comer después de clase.

Al principio, iba yo algunas veces, respetaba mis horas de masaje, mis actividades y rutinas. Después sucedió Colorina Rojas. Sí, la dulce, espontánea y divertida pelirroja que nos habituó a desbaratar nuestras rutinas pre establecidas, por lo que nos convertimos en inseparables.

Siendo así, siento como si me hubiese tomado un sabático de la vida y del mundo hogareño y profesional en el que me había sumergido, una aburrida rutina... para transformarse en otra rutina indulgente y divertida.