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domingo, junio 21, 2009

Potingues

Lo malo de tomar ciertos medicamentos, es el hecho de que los posibles efectos secundarios se manifiesten. En mi caso, tomando progesterona sintética a parte de incomodidades íntimas, me saca manchas en la piel. Así que tuve que darme el tiempo de buscar algún producto que reduzca o elimine las manchas que me ha ocasionado esta condenada pastilla diaria.

Encontré con Clinique el tratamiento perfecto. Lo único malo es que tendré que utilizar bloqueador solar todo el tiempo.
Así que ya llevo como 4 meses con estos productos (después de haber buscado otros orgánicos y de fuentes naturales, para sólo dárme contra la pared) y después del famoso 3 pasos, hay una crema que se llama "even better", que con el tiempo disuelve la pigmentación de las manchas y nivela el tono de la piel.

Es curioso, porque en mi caso amanezco como con una mancha roja en la cara, como si me hubiese recargado en esa parte, pero no... en pocas horas, se transforma en tono café. Así comenzó mi primera mancha cuando el que vive conmigo me dijo "se te marcó la almohada en la frente"... cuando me acerqué al espejo, no era recargón, era sólo coloración... no le dí importancia y a los pocos días, tenía una ligera mancha café en la frente, como si me hubiese puesto un tono más oscuro del tono de maquillaje que uso de vez en cuando.

Ahora, sacaron un nuevo maquillaje de la misma línea que contiene vitamina C y antioxidantes. Ayer me lo pusieron de muestra y se sintió bien, aunque la tía se emocionó y me puso plastas que, saliendo de la tienda quité con un pañuelo desechable y noté que mi piel se veía y sentía bien. No tenían mi tono a la venta, sólo el de muestra.
Así que a lo mejor me animo y lo compro en línea.

Me la he pasado viviendo más que escribiendo, y éste, es un regreso medio frívolo... nada nuevo que contar aún, la inspiración sigue de vacaciones, el jardín sigue furiosamente infestado de hierbas, que furiosamente sigo arrancando, sólo me falta pintar la cochera para que ya quede todo listo.

Tengo hambre, ayer me mandé comprando fruta en una de esas tiendas a granel y tengo el refri atiborrado de tropicalidades... voy a preparar algo para manducar. Mientras, que tengas buen fin de semana estimado lector. No prometo nada, puesto que como decía Chuy "sin hormonas, no somos nada..."

Si... al contener la sobreproducción hormonal, mi estado de ánimo sigue plano, a veces un tanto tranquilo y hasta a veces de la nada sonrío o me río.

viernes, junio 12, 2009

... sigo sin...

letras... en realidad no es que esté falta de inspiración, tengo
muchas ocurrencias, ideas locas como de costumbre, pero no las ganas o
tiempo de postearlas...

Hoy precisamente que tengo un breve tiempo de hacerlo, me doy cuenta
de que lo que iba a postear ya se me olvidó y que en el momento en que
lo estaba analizando y pensando arrumacadamente como siempre en mi
cerebro laberintoso, me pareció un excelente relato y precisamente
cuando me dí a la tarea de hacerlo, esto es, ahora... sucedió: se
esfumó.

Así que con la esfumada y la fumada (fumadas las ideas que traía en la
cresta), me quedo como tonta... viendo el teclado, viendo la pantalla
y de reojo veo aquélla berenjena que me acabo de terminar, rellena de
carne molida y verduras... un rico platillo para llevar que encontré
en un restaurancillo griego en el corazón de la ciudad. No sé si lo
había mencionado, pero la berenjena en cualquier modalidad, es uno de
mis platillos favoritos.

He soñado mucho últimamente, pero me acuerdo de poco en cuanto
despierto. Hace un par de noches soñé que estaba con mi hermana y
amigos desconocidos como en una competencia... que en lugar de
competencia se convertía en supervivencia. Mamá apareció en el sueño y
nos motivaba a cruzar aquella fracción de océano para llegar a un
pequeño muelle... después de caminar por laberintos, pasé por un
cuarto en el que tres chamacos como de 14 años se inyectaban algún
tipo de droga. Al momento en que el líquido pasaba por sus venas, sus
caras se iban derritiendo como si fueran de chocolate.

Camino hacia el océano y el agua me llega a la cintura, mi hermana y
yo nos dirigimos a un pequeño muelle, aunque el oleaje es tranquilo,
siento algún tipo de inquietud. Despierto y me pregunto en voz alta
"¿y dónde están?"

Quién sabe a quién estaría yo buscando.

jueves, junio 04, 2009

Ceguera

Mientras la economía norteamericana se mantiene a pique, la empresa comienza a sufrir las consecuencias de una ceguera absoluta. Tras pensar que porque el giro está relacionado con la salud, que siempre
habría enfermos y por ende, siempre habría negocio. Firmaron un jugoso contrato de arrendamiento para continuar utilizando la torre más alta de la ciudad, remodelaron el piso en el que se encuentra la fundadora,
con lujosos acabados, alfombras, cocinas, baños con regadera, muebles etc. Todo ésto a vísperas de la crisis... no es más que un severo caso de ceguera.


Se nos pidió a inicio de año, dada la situación económica, que pensáramos en formas para ahorrarle a la empresa gastos.Yo me decía que dejaran de pagar una renta estratosférica, mudarse a un edificio a
las afueras de la ciudad, en donde los gastos generales no fueran desorbitados. En este edificio, aunque histórico y bien ubicado en el corazón de la ciudad, el sistema de aire acondicionado y calefacción
deja mucho que desear. Los ascensores siguen teniendo problemas y siempre hay el riesgo de quedarse atascado entre pisos. En invierno, al mantenerse la oficina a elevadas temperaturas para "aclimatar el
ambiente", todos parecen adormilados o de mal humor. En verano, es un congelador, siendo el factor temperatura una variable en la productividad. Mudándose a un edificio eficiente, no tendríamos este
problema. Pagaríamos menos y tendríamos estacionamiento. Aquí, tenemos que pagar el estacionamiento del centro comercial, cuyo precio es desorbitado o tomar el autobús.


Imposible proponerlo, pues renovaron contrato de arrendamiento por una década y continuaron hasta concluir con la remodelación de aquél piso.
Ahora, sí, un bello quinto piso, mientras que la guadaña patina sobre los pasillos de la organización. Ayer nos informaron, que a nivel global, harán recorte porcentual del diez en salario, que funcionará de la siguiente manera: 10 a 12 días no trabajaré... así que además de mis 3 semanas de vacaciones pagadas, tendré otras dos sin sueldo. Al saber la noticia, no me sorprendió y tampoco me afectó. Ya me había afectado, cuando después de un arduo año de trabajo, nos indicaron que congelarían sueldos, promociones y contrataciones. Así que no tuve incremento de sueldo, ni promoción. Y ahora, lo tomé como un alivio... puesto que aún tengo chamba y además... extra vacaciones.


Sí, muchos dirán... "pero no pagadas"... a estas alturas, son de las cosas que no me importan. La situación es temporal y no puedo ir en contra de lo que no puedo cambiar. Hace ya algunos meses, que aprendí a fluir con la corriente. Tantos años de ir en contra, sólo ocasionando problemas de salud. Ayer precisamente un compañero me preguntaba que como le hacía para estar "tan felíz"... no es que esté tan felíz... simplemente estoy tranquila, no puedo darme el lujo de enojarme y enfermarme, además... dinero va y viene. Con la salud, no se juega y sin salud, no hay nada. Así que no queda más que tener un entusiasmo en el micromundo personal, un plan con meta en mente pensando que nada es permanente y a seguir...


Escribo esto mientras le doy cucharadas a un yogurt muy artificial sabor a fresa, con un estado de ánimo aceptable aunque cansada... hace días que me levanto deseando haber dormido más. Y aquí la dejo porque
tengo que continuar con mis labores.

martes, junio 02, 2009

Conciencia

No dejo de pensar en que lo que sucedió con aquél avión francés
procedente de Brasil, le podría pasar a cualquiera. Sobre todo uno
como viajero frecuente, aunque no tan frecuente como otr@s amig@s, el
viernes que venía de regreso de "las carolinas", me tocó un vuelo
bastante desagradable.
Había tormenta que viajaba de oeste a este (es
época de tornados y tormentas eléctricas) y la turbulencia ésta vez me
sacó de mi lectura y no pude evitar entrar en estado de alerta. Traté
de relajarme respirando profundo y tratando de meditar. No me fue
posible, ví las caras de mis compañeros de vuelo... la chica junto a
mi cerró su libro, cerró los ojos y comenzó a rezar.
Yo veía por la ventana aquellas nubes algodonadas y obscuras, pensando
y no queriendo pensar en lo que podría ocurrir estando a esas alturas.

Nunca he tenido miedo a volar y por primera vez, tuve conciencia de
ése pánico que mi pobre madre siente sólo de pensar en subirse a un
avión. Conciencia de que no hay nada bajo tus pies, sólo un pequeño
piso que como tú, está lejos, muy lejos del verdadero suelo.

Pensé en mis sobrinos y en mis padres, mis hermanos. Luego en mi
abuelita y traté de relajarme. Comencé a respirar profundo y en lugar
de reaccionar a aquellas burbujas de aire, traté de fluir con ellas,
una danza que con mi respiración logró desvanecer lo desagradable.
Aterrizamos antes de lo programado y tranquilamente.

No puedo imaginar el terror que la gente de aquél vuelo ha de haber
vivido, ni dejo de pensar en esos pequeños niños y aquél bebé. Ni dejo
de pensar que esto le pudo haber pasado a cualquiera, a mis amigos
viajeros, a algún familiar o conocido. Espero que el más viajero que
conozco se encuentre bien.

No me queda más que guardar silencio y apreciar que no, no era mi hora.

sábado, mayo 23, 2009

Mucho Looooove

No, no estoy enamorada, es solo un sentido de bienestar que viene de lo mas profundo de mi ser. Todo comenzo con una maniana de ejercicio ligero y meditacion... seguida de una sesion de acupuntura para librarme de algunos males.

Solo puedo decir que siento como una sobredosis de amor universal... creo que hasta podria besar a mi suegra!

(no, no tanto jajajaja)

sábado, mayo 02, 2009

Rumbo a la niñez...

Había esperado ir hacia aquella ciudad gélida... tanto escuché hablar de Cleveland desde que tengo uso de razón, que ahora nadie me lo va a platicar.

Estuve en ese lugar durante 2 años, de los cuales sólo recuerdo dos cosas:

1. Caerme sobre el brazo cargando una almohada, caída que terminó en el hospital con brazo derecho enyesado. Desde aquellos años, soy adicta a los masajes. Papá solía recostarme en su regazo sobre una almohada mientras mamá y papá veían tele y me daba masaje en la espalda. He ahí el porqué del "accidente":

papá: "Nefer, trae tu almohada y te apapacho"

La Nefer con su paso pequeño pero veloz corrió en aquél largo pasillo, jaló la almohada como pudo de aquella alta cama y corriendo de regreso, pisó la almohada y cayó sobre el brazo derecho... almohada entre brazo y estómago, brazo en el suelo con el peso de su pequeño cuerpo.

2. Estar en la sala de aquel diminuto departamento, llorando recargada en la ventana, mientras mi hermano y padre formaban un muñeco de nieve mientras mamá me consolaba
"muñeca, tienes catarro, cuando te alivies harás un muñeco de nieve", mientras la diminuta Nefer de tan sólo 2 años de edad lloraba a moco tendido.

En fin, a ver si tengo de esos famosos "deja vus"...

Nada nuevo que contar... en la empresa estan liquidando gente, me rodé las escaleras hace un par de semanas, lo bueno es que sólo fue un restirón de brazos estilo Jesucristo:

Eran las cuatro de la mañana, la calefacción estaba calcinando mi aparato respiratorio. Desperté con la boca y nariz secas, bajé en la obscuridad tomándome del barandal... casi llegando abajo, se me fue un pie y para no caer de costalazo, me aferré al barandal. Quedé estirada de los brazos, mi cuerpo tendido boca-arriba (bocarriba?) en los últimos escalones.

Tal vez por eso tengo dolores de cabeza, afortunadamente el quiropráctico me ajustó al día siguiente y no pasó de estar adolorida.

Moraleja: antes de ir a dormir, bájale al termostato!... ahora es lo contrario, hace calor y el individuo que vive conmigo apagó el aire acondicionado... resultados: despertar a las 4 o 5 de la mañana todos los días con la pijama empapada en sudor y la nariz y boca secas.

Pero bueno, basta de quejumbres... tengo que hacer que-haceres antes de partir al masaje y de ahí a carretera.

Buen fin de semana...

Por cierto!!! jajajaja soñé que Mel Gibson juntaba mujeres en su casa, yo no sé qué diablos hacía ahí, pero sacaba su billetera y nos daba a cada quién billetes de 100,000 dólares. JAJAJAJAJA qué babosada.

domingo, abril 12, 2009

Convulsión

Después de un mini-altercado matutino/sabatino, salí despavorida y tarde a la cita con aquél nuevo médico-quiropráctico. Me tomó una carrerita de 35 mins., un simulacro de perdida (pensé que estaba perdida cuando el consultorio estaba en mis narices), así que llegué a su consulta 10 minutos tarde.

Hubo una larga charla recorriendo todos los posibles traumas físicos y emocionales desde mi nacimiento que hubiesen podido afectar la columna, para proceder a ver mis radiografías de aquél accidente y comenzar con un tratamiento leve para ver qué me andan ocultando las cervicales.

Después de aquellas casi 3 horas en su consultorio, emprendí el camino sin rumbo dirigido, decidí ir a comprar despensa pero, al pasar frente aquél enorme "mall", no me pude resistir. Tenía 3 cupones de $10 dolarucos para Macys, así que decidí "apapacharme" con algo. Me estacioné, caminé hasta la tienda y me dispuse a ubicar la sección de chamaca/petite. Sí, por mi chaparro tamaño, es la única sección donde encuentro ropa que me quede... total, compro algunos trapos y al dar mis cupones me dicen que no aplican a "every day value items" -artículos de valor diario(?)-.

Me dije que qué demonios era eso, y me indicaron que todo aquello que en su etiqueta indicara un "EDV", no aplicaría ningún tipo de cupón. Así que me fregué, porque me gustaron los trapos y decidí llevármelos aún sin el descuento.

Me dirigí a la sección de caballeros y gasté dos cupones en aquella sección, en la cuál no pusieron pero alguno.

Cansada, fui a dejar los triques al auto y de regreso, decidí pasearme por las otras tiendas para ver si algo llamaría mi atención. Andaba en una tienda de cosmetología, cuando de repente, se escuchó un "oh my God!!!" ... vi las caras de las personas que se comenzaban a aglomerar... pensé lo peor... vi que un señor joven afroamericano se agachaba hacia el suelo. Mientras, yo solté todo y me acerqué a la entrada, no estaba segura si lo habían apuñalado, si le habían disparado -pero no se había escuchado nada- y no... era un desesperado padre con su hija en brazos.

Al principio pensé que se cayó y perdió el sentido, pero al parecer, se había desmayado sentadita en su carreola y comenzó a temblar. Los temblores eran convulsiones. Me quedé parada pensando mil cosas por segundo sin saber qué hacer, mientras en aquella tienda llamaban al 911, porque por desgracia, los celulares no funcionan muy bien en aquél edificio, yo intenté y no logré señal alguna... el padre desesperado sólo le llamaba por su nombre y la mecía repitiendo "por favor respira, por favor respira baby"... entré en un extraño estado de alerta, los paramédicos no llegaban, aquella hermosa niñita de pestañas enormes chinas, naríz recta y delgada y labios detalladamente dibujados... piel obscura pero muy bella, estaba sin sentido, como muñeca de trapo...

Me quité la chamarra de pluma de ganzo -el clima en estos lugares sigue muy loco-, la enrollé y pusimos debajo de su cabecita, mientras su mamá indicaba que el 911 le sugería ponerla de lado en el suelo para que pudiera respirar... otra señora acercó su espejo y dijo que sí respiraba... la madre controlada pero llorando seguía instrucciones mientras el padre desesperado me daba las gracias.

Yo... yo estaba como en otro planeta, concentrada en su mente, pidiéndole que respirara y que todo estaría bien, ni siquiera volteé a ver a su pobre padre para decirle que no había problema. Me disponía a tocarle la frente cuando llegaron corriendo los paramédicos y nos la arrancaron para llevársela corriendo al hospital.

Salieron despavoridos los padres tras aquellos y sólo ví a lo lejos, unos padres desesperados, una hija inconciente, 7 paramédicos, 3 policías. Torno la vista al suelo, mi chamarra enrollada, pisoteada, una bufanda de alguien más y un montón de gente en silencio y confundida. Tomé mi chamarra, me la puse al lomo, regresé a la tienda y con manos temblorosas, tomé aquellos dos productos, pagué y me fui a seguir pateando pasillos, la mente y atención ya no en las vitrinas, sino en aquella criaturita, pidiendo a quien fuera que llegara salva y a tiempo al hospital.

Luego me dije e imaginé, si yo fuese aquella madre, no sé qué habría hecho. No sé si habría estado en ese modo de ecuanimidad/conexión con algo extraño que me mantuvo en aquél otro mundo serena, con una certeza de que aquella criatura estaría bien...

Salí de aquél centro comercial, me dirigí a aquella otra tienda a comprar los víveres y regresé ya noche a la casa. No pude dormir, así que me puse a depurar una sección del clóset a la que le había estado huyendo. Un par de horas después, a eso de las 3, caí como res.