Para no pensar en el pasado, presente o futuro, pienso en cómo me aturdiré ésta tarde... música? largarme al cine? (ayer pasé por ahí y no había nada bueno que ver), en la tele una porquería, el gimnasio, que hueva..., por qué tengo la necesidad de aturdirme?, escapar de la realidad?, cuál realidad?, es que existe la realidad? o lo que sueño es la realidad y simplemente estoy dormida cuando despierto?
Bingo... ir al refri, sacar el helado sin azúcar y zampármelo mientras me miro al espejo, para recordarme que no quiero seguir poniéndome tocinovska.
Aquello del experimento del aquí y el ahora, definitivamente me ha sido totalmente imposible últimamente. Me urge una purga mental.
Lapsus brutus, anécdotas, sueños, recuerdos, pensamientos, cuentos, exabruptos...
jueves, septiembre 29, 2005
Sueños que dejan huella
Estaba recordando que en alguna época de mi vida pasada, estaba en aprietos, tenía tiempo de haber dejado el Prozac y había regresado para estudiar la segunda carrera.
Recuerdo que tuve la conciencia del tiempo perdido en la primera carrera, porque ahora era yo la que pagaba la colegiatura, y además trabajaba. No tenía tiempo más que para trabajar y estudiar y apenas me alcanzaba para comer.
Mi madre andaba en sus ondas locochonas y me platicó de Sai Baba. Nunca había creído en cosas sobrenaturales ni mucho menos. Así que la escuché con poca paciencia y me dijo "mira hija, cuando sientas depresión o no tengas fé en algo, sólo húntate estas cenizas que te voy a dar, te sentirás mejor".
Recuerdo que meses después, estaba en la biblioteca tratando de repasar. Estaba sumamente estresada y nada me entraba.
Buscando mi calculadora en la bolsa, me topé con el sobrecito de cenizas. Recordando los consejos de mi madre, tomé el sobre y leí las 3 frases que venían antes de abrirlo:
"Empieza el día con amor, llena el día con amor, termina el día con amor... ese es el camino hacia Dios". En fin, le dije "Sai Baba, no sé si esto vaya a funcionar, pero iluminame para que se me abra la mente y me pueda concentrar. Me hunté las cenizas en la frente, corazón y no recuerdo dónde más... Me olvidé del asunto.
Pasó el examen y al parecer me fue bien. Llegando a casa esa noche, tuve un sueño extraño. Veía que en la escuela, toda la gente se agrupaba a la salida de un salón de aulas IV (como lo recuerdo de la prepa)... pregunté a algún incauto que qué pasaba... "está Sai Baba"... me aproximé al salón y ví a una persona con la cabellera afro al estilo micrófono, vestido en una túnica blanca. Me sentaba frente a él y comenzábamos a hablar. Le dije que mi vida no tenía sentido, a lo que respondió que yo estaba en esta vida con un sólo propósito, dar amor. Le dije resignada y suspirando, que no tenía amor. Inmediatamente me dijo que yo tenía mucho amor que dar, que buscara mi camino.
Cuando desperté, le platiqué a mi madre y soltó lágrimas de incredulidad, yo en la vida había visto a Sai Baba y según ella, nunca lo había visto de blanco. Con curiosidad le dije que la acompañaría a aquél templo, en la Roma. Nos fuimos de espaldas al ver que a la entrada, tenían un póster tamaño natural de Sai Baba vestido en túnica blanca.
Han pasado algunos años después de ese sueño... aún sigo en mi búsqueda... al menos en aquél entonces sabía qué quería. Hoy, ya no lo recuerdo.
Recuerdo que tuve la conciencia del tiempo perdido en la primera carrera, porque ahora era yo la que pagaba la colegiatura, y además trabajaba. No tenía tiempo más que para trabajar y estudiar y apenas me alcanzaba para comer.
Mi madre andaba en sus ondas locochonas y me platicó de Sai Baba. Nunca había creído en cosas sobrenaturales ni mucho menos. Así que la escuché con poca paciencia y me dijo "mira hija, cuando sientas depresión o no tengas fé en algo, sólo húntate estas cenizas que te voy a dar, te sentirás mejor".
Recuerdo que meses después, estaba en la biblioteca tratando de repasar. Estaba sumamente estresada y nada me entraba.
Buscando mi calculadora en la bolsa, me topé con el sobrecito de cenizas. Recordando los consejos de mi madre, tomé el sobre y leí las 3 frases que venían antes de abrirlo:
"Empieza el día con amor, llena el día con amor, termina el día con amor... ese es el camino hacia Dios". En fin, le dije "Sai Baba, no sé si esto vaya a funcionar, pero iluminame para que se me abra la mente y me pueda concentrar. Me hunté las cenizas en la frente, corazón y no recuerdo dónde más... Me olvidé del asunto.
Pasó el examen y al parecer me fue bien. Llegando a casa esa noche, tuve un sueño extraño. Veía que en la escuela, toda la gente se agrupaba a la salida de un salón de aulas IV (como lo recuerdo de la prepa)... pregunté a algún incauto que qué pasaba... "está Sai Baba"... me aproximé al salón y ví a una persona con la cabellera afro al estilo micrófono, vestido en una túnica blanca. Me sentaba frente a él y comenzábamos a hablar. Le dije que mi vida no tenía sentido, a lo que respondió que yo estaba en esta vida con un sólo propósito, dar amor. Le dije resignada y suspirando, que no tenía amor. Inmediatamente me dijo que yo tenía mucho amor que dar, que buscara mi camino.
Cuando desperté, le platiqué a mi madre y soltó lágrimas de incredulidad, yo en la vida había visto a Sai Baba y según ella, nunca lo había visto de blanco. Con curiosidad le dije que la acompañaría a aquél templo, en la Roma. Nos fuimos de espaldas al ver que a la entrada, tenían un póster tamaño natural de Sai Baba vestido en túnica blanca.
Han pasado algunos años después de ese sueño... aún sigo en mi búsqueda... al menos en aquél entonces sabía qué quería. Hoy, ya no lo recuerdo.
martes, septiembre 27, 2005
... :-D
*** deliberadamente sin tildes, enies, etc ***
Y termino el curso, que mas que enseniarnos como mejorar la planeacion de proyectos, se resumio a como hacer feliz a tu jefe. Pero bueno, una que otra cosa buena para aplicar tanto en lo personal como en lo profesional.
Me arde la garganta y sali dos horas antes del curso, asi que estare caminando alrededor del hotel hasta que el faraon pase por mi para irnos hacia el aeropuerto para volar maniana temprano. Asi que gasto 20 centavos por minuto en las compus del hotel, para leer correos del jefe y otros asuntachos. Aprovecho para dejar huella.
La visita a Alcatraz y la falta de conciencia al no usar un sueter me tiene con voz sexy y garganta rasposa. Quisiera encontrar un remedio instantaneo, pero bueno... por el momento sera imposible.
A patear San Francisco. (las calles... ggg)...
Y termino el curso, que mas que enseniarnos como mejorar la planeacion de proyectos, se resumio a como hacer feliz a tu jefe. Pero bueno, una que otra cosa buena para aplicar tanto en lo personal como en lo profesional.
Me arde la garganta y sali dos horas antes del curso, asi que estare caminando alrededor del hotel hasta que el faraon pase por mi para irnos hacia el aeropuerto para volar maniana temprano. Asi que gasto 20 centavos por minuto en las compus del hotel, para leer correos del jefe y otros asuntachos. Aprovecho para dejar huella.
La visita a Alcatraz y la falta de conciencia al no usar un sueter me tiene con voz sexy y garganta rasposa. Quisiera encontrar un remedio instantaneo, pero bueno... por el momento sera imposible.
A patear San Francisco. (las calles... ggg)...
domingo, septiembre 25, 2005
Déjà vu
Llegamos pasadas las 4pm, en un escandaloso restaurante en la bahía frente Alcatraz... Mientras el faraón se dispone a buscar un lugar para estacionarse, me salgo en el semáforo cercano al lugar. Camino hacia el punto de reunión y no veo a nadie. Entro y los busco. Nada... me apunto para una mesa para 6 y pregunto dónde están los teléfonos públicos y marco su número... escucho una voz desconocida y lo saludo.
Aquella voz: dónde están? estamos aquí afuera
Nefer: estoy adentro, y el faraón fue a estacionarse
Voz: ok, los demás se están estacionando
Nefer: ok, voy para allá.
Salgo, y con el sol en los ojos, trato de buscar a alguna cara conocida... inútil, hasta que oigo mi nombre... a la derecha, un hombre robusto junto a mi amigo de la preparatoria, al que recordaba como aquél flaquillo de lentes y frenos. Para mi sorpresa, también fornido y ambos rapados, se acercaron para saludarme. Me dió mucho gusto verlo y no me sorprendió el que llegara con su pareja. Sigue siendo el mismo tierno y simpático tío que conocí hace más de 15 años.
Platicando, suena el vibrador del restaurante, es hora de entrar. Nos sentamos a la mesa mientras esperamos a los demás.
Llegan aquella mujer con marido e hijo. No la veía desde poco después de mi boda. Mientras estaba en el coche, iba recordando muchísimas cosas y pensando "estoy muy gorda, cuando me vea no me van a reconocer", platicando con el faraón sobre proezas, discusiones, malos entendidos, en mi intención de hablar con ella sobre aquél asunto que mantengo inconcluso (y que a final de cuentas terminé por no mencionar, porque ya no venía al caso), etc., y antes de dejar el hotel, al pobre del faraón, lo hice presenciar un interminable desfile de modas totalmente innecesario. Tratar de encontrar la prenda perfecta que ocultara los kilitos de más.
Nos vimos, nos abrazamos y ví a su niño... bello, me recordó a su abuelo, que en paz descanse. Nos sentamos y entre aquél barullo, empieza la conversación.
Tengo una sensación extraña, como que el pasado fue aquél momento, pero fusionándose en paralelo a la vez... mi amigo menciona más tarde que estaba en ese preciso instante en un déjà vu. Mi mente ni siquiera racionalizó para llegar a la palabra "déjà vu", pero definitivamente mi mente viajó a fracciones de segundo.
Quién nos viera a los tres, después de tanto tiempo, cada quién con su cada cuál, y cuyos "cada cuáles" no son mexicanos. Reunidos en un lugar, en un espacio, en un tiempo.
Concluyó la velada con una caminata por el embarcadero, viendo las focas, el atardecer y al otro lado, Alcatraz.
Camino de regreso al hotel, me invade un sentimiento de incredulidad, no puede ser que haya pasado tanto tiempo.
Aquella voz: dónde están? estamos aquí afuera
Nefer: estoy adentro, y el faraón fue a estacionarse
Voz: ok, los demás se están estacionando
Nefer: ok, voy para allá.
Salgo, y con el sol en los ojos, trato de buscar a alguna cara conocida... inútil, hasta que oigo mi nombre... a la derecha, un hombre robusto junto a mi amigo de la preparatoria, al que recordaba como aquél flaquillo de lentes y frenos. Para mi sorpresa, también fornido y ambos rapados, se acercaron para saludarme. Me dió mucho gusto verlo y no me sorprendió el que llegara con su pareja. Sigue siendo el mismo tierno y simpático tío que conocí hace más de 15 años.
Platicando, suena el vibrador del restaurante, es hora de entrar. Nos sentamos a la mesa mientras esperamos a los demás.
Llegan aquella mujer con marido e hijo. No la veía desde poco después de mi boda. Mientras estaba en el coche, iba recordando muchísimas cosas y pensando "estoy muy gorda, cuando me vea no me van a reconocer", platicando con el faraón sobre proezas, discusiones, malos entendidos, en mi intención de hablar con ella sobre aquél asunto que mantengo inconcluso (y que a final de cuentas terminé por no mencionar, porque ya no venía al caso), etc., y antes de dejar el hotel, al pobre del faraón, lo hice presenciar un interminable desfile de modas totalmente innecesario. Tratar de encontrar la prenda perfecta que ocultara los kilitos de más.
Nos vimos, nos abrazamos y ví a su niño... bello, me recordó a su abuelo, que en paz descanse. Nos sentamos y entre aquél barullo, empieza la conversación.
Tengo una sensación extraña, como que el pasado fue aquél momento, pero fusionándose en paralelo a la vez... mi amigo menciona más tarde que estaba en ese preciso instante en un déjà vu. Mi mente ni siquiera racionalizó para llegar a la palabra "déjà vu", pero definitivamente mi mente viajó a fracciones de segundo.
Quién nos viera a los tres, después de tanto tiempo, cada quién con su cada cuál, y cuyos "cada cuáles" no son mexicanos. Reunidos en un lugar, en un espacio, en un tiempo.
Concluyó la velada con una caminata por el embarcadero, viendo las focas, el atardecer y al otro lado, Alcatraz.
Camino de regreso al hotel, me invade un sentimiento de incredulidad, no puede ser que haya pasado tanto tiempo.
sábado, septiembre 24, 2005
San Fran!!
Bueno bueno... agradezco a la mala planeación del alto mando, pues tuve la fortuna de tomarme el jueves libre e ir a la deriva a donde el destino me llevara.
Pasé a rentar un auto y me dirigí sin rumbo fijo... jugando con el "never lost", vi los lugares turísticos y me topé con "museo", así que sólo le dí "enter" y el coche me dió instrucciones de como llegar... da vuelta aquí, tantas millas vuenta por allá... y fue como fui a dar sin querer y dejándome guiar por lo que fuera... al "Los Angeles County Museum of Art". Sí... Tutankhamen estaba en exposición. ¿No es maravilloso?, bueno, a mi me vuelve loca la cultura egipcia... así que para mí fue todo un festín.
Mientras esperaba entrar, fui a los otros edificios para ver las exposiciones de los Mayas, Arte Contemporáneo y la mini sala egipcia. Terminé con los pies que me reventaban pero no me importó pasar toooooodo el día en la exposición del faraón.
Me fui a dejar el auto y directo a la cama, para volar hacia San Francisco. Sí, la ciudad de los sube y bajas, bellos trolebuses, y me cayó el faraón para el fin de semana, así que pues todo encajó a la perfección. Fuimos al parque de la "reja dorada", en donde tienen varios jardines, entre ellos el japonés, el de los árboles y nos quedamos con las ganas de ir al planetario. Ojalá mañana temprano nos de tiempecín. En fin, me caigo de sueño,...
Pasé a rentar un auto y me dirigí sin rumbo fijo... jugando con el "never lost", vi los lugares turísticos y me topé con "museo", así que sólo le dí "enter" y el coche me dió instrucciones de como llegar... da vuelta aquí, tantas millas vuenta por allá... y fue como fui a dar sin querer y dejándome guiar por lo que fuera... al "Los Angeles County Museum of Art". Sí... Tutankhamen estaba en exposición. ¿No es maravilloso?, bueno, a mi me vuelve loca la cultura egipcia... así que para mí fue todo un festín.
Mientras esperaba entrar, fui a los otros edificios para ver las exposiciones de los Mayas, Arte Contemporáneo y la mini sala egipcia. Terminé con los pies que me reventaban pero no me importó pasar toooooodo el día en la exposición del faraón.
Me fui a dejar el auto y directo a la cama, para volar hacia San Francisco. Sí, la ciudad de los sube y bajas, bellos trolebuses, y me cayó el faraón para el fin de semana, así que pues todo encajó a la perfección. Fuimos al parque de la "reja dorada", en donde tienen varios jardines, entre ellos el japonés, el de los árboles y nos quedamos con las ganas de ir al planetario. Ojalá mañana temprano nos de tiempecín. En fin, me caigo de sueño,...
miércoles, septiembre 21, 2005
Cuasi-Avionazo
Aprovechando que terminamos la chamba temprano y con un día de anticipación, nos dirigimos al Chart House a orilla del océano pacífico para cenar rico. Mientras miraba por la ventana el bello azul del cielo, el oleaje sereno del mar... aviones volando, se me ocurrió voltear hacia el bar. De repente veo un avión en "close up" en el televisor en la barra. Les digo a mis compañeros, qué está pasando, habrán secuestrado el avión?... total que fue tanta nuestra curiosidad, que uno de ellos le preguntó a la mesera que ocurría. Nos notificó que en el aeropuerto de LA (LAX) habría un aterrizaje de emergencia... después de casi una hora de que el avión se la pasó dando vueltas, tuvo un aterrizaje impresionante.
Mientras eso ocurría, invoqué a todos los espíritus chocarreros para que no pasara nada... mil pensamientos hicieron que me estremeciera:
"Cuántos bebés habrá en ese avion?... mujeres embarazadas?? niños? viejitos?, jóvenes? y si yo estuviera en esa situación?"... mi mente no hacia más que pensar en alternativas...
Mientas veía como el tren de aterrizaje bajó chueco e intentó aterrizar una vez, le recomendaron deshacerse del combustible y volver a intentar el aterrizaje. Mi mente siguió recorriendo posibilidades... y si aterriza en el agua?, y si tuvieran paracaídas?, y si esto... y si aquello...
Luego me la pasé contando... en promedio, tomo 12 vuelos al mes... y si me pasara eso a mí...?
Creo que es una lotería, pero de las malas... y no soy supersticiosa pero en aquél momento toqué madera... me volví a concentrar para pedirle al universo con toda la intensidad de mi ser, que no ocurriera nada...
El avión comenzó a descender, y todos estábamos atentos al televisor... toca tierra... se queman las llantas, comienzan las chispas y se prende fuego... mientras tanto repito un mantra una y otra vez... lágrimas casi recorren mis mejillas, pero ante la presencia de los machos, me trague la emoción y el congojo. No sé si sean las hormonas, pero he andado muy sentimental últimamente. En fin... con alegría y alivio vemos que finalmente el avión se detiene sin mayores complicaciones...
Un gran respiro! Pude haber estado allí.
En ese momento llegó la mesera con los postres. Después del capuccinno, pedimos la cuenta y continuamos nuestra ruta rumbo al hotel a unos cuantos metros del aeropuerto de Los Angeles... un trayecto que hubiéramos hecho en 15 minutos, lo hicimos en una hora. Tráfico, tal vez haya sido por la emergencia, tal vez no... pero me siento afortunada de no haber sido protagonista de ese terrible capítulo.
A gozar como china libre mañana... que los otros dos tíos, uno se hospedó en el mismo hotel pero del otro lado del aeropuerto y el otro vuela a las 11 de la noche. Día libre mañana y pasado, y lo más padre, no será a cuenta de vacaciones. Ese fue problema del de las macitas, que para variar, su planeación no fue la ideal. (En este caso me benefició).
Mientras eso ocurría, invoqué a todos los espíritus chocarreros para que no pasara nada... mil pensamientos hicieron que me estremeciera:
"Cuántos bebés habrá en ese avion?... mujeres embarazadas?? niños? viejitos?, jóvenes? y si yo estuviera en esa situación?"... mi mente no hacia más que pensar en alternativas...
Mientas veía como el tren de aterrizaje bajó chueco e intentó aterrizar una vez, le recomendaron deshacerse del combustible y volver a intentar el aterrizaje. Mi mente siguió recorriendo posibilidades... y si aterriza en el agua?, y si tuvieran paracaídas?, y si esto... y si aquello...
Luego me la pasé contando... en promedio, tomo 12 vuelos al mes... y si me pasara eso a mí...?
Creo que es una lotería, pero de las malas... y no soy supersticiosa pero en aquél momento toqué madera... me volví a concentrar para pedirle al universo con toda la intensidad de mi ser, que no ocurriera nada...
El avión comenzó a descender, y todos estábamos atentos al televisor... toca tierra... se queman las llantas, comienzan las chispas y se prende fuego... mientras tanto repito un mantra una y otra vez... lágrimas casi recorren mis mejillas, pero ante la presencia de los machos, me trague la emoción y el congojo. No sé si sean las hormonas, pero he andado muy sentimental últimamente. En fin... con alegría y alivio vemos que finalmente el avión se detiene sin mayores complicaciones...
Un gran respiro! Pude haber estado allí.
En ese momento llegó la mesera con los postres. Después del capuccinno, pedimos la cuenta y continuamos nuestra ruta rumbo al hotel a unos cuantos metros del aeropuerto de Los Angeles... un trayecto que hubiéramos hecho en 15 minutos, lo hicimos en una hora. Tráfico, tal vez haya sido por la emergencia, tal vez no... pero me siento afortunada de no haber sido protagonista de ese terrible capítulo.
A gozar como china libre mañana... que los otros dos tíos, uno se hospedó en el mismo hotel pero del otro lado del aeropuerto y el otro vuela a las 11 de la noche. Día libre mañana y pasado, y lo más padre, no será a cuenta de vacaciones. Ese fue problema del de las macitas, que para variar, su planeación no fue la ideal. (En este caso me benefició).
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