Me encuentro en casa, papá anda por ahí, la peque comenta sobre papá... yo, de malas. Mamá comentando sobre lo orgullosa que está de mi, al verme tan delgada como siempre lo había sido. Yo con todo el despotismo, le contesto frente a su amiga la "clasista" que es producto de arduo trabajo.
Mientras digo aquello, siento un fastidio inmenso a sus comentarios y reacciono negativamente a las críticas aún siendo constructivas. Con toda la pedantería, volteo a ver a mamá, quien de pronto se encuentra acostada en una cama, junto a un buró lleno de medicinas.
Despierto detestándome a mí misma por la actitud tan prepotente y estúpida con la que traté a mamá en el sueño.
Todo el día estuve de malas. Tal vez aquella copa de vino que tomé en aquella reunión + los chocolates que me atasqué. El azúcar no sólo mata, lo hace a uno estúpido.
Fui a mi clase de baile y estuve súper mareada. Tal vez fue la calefacción que estuvo muy fuerte.
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