Hoy fue uno de ésos días en los que sin pensar o sin querer me la pasé sonriendo... a veces con el recuerdo de alguna situación chistosa, de gente con la que he convivido que me ha hecho reír, no sé...
Me dirigía hacia el Soho Sushi a la hora del "lunch" cuando mientras caminaba por los pasillos de aquél mall que recorro todos los días para llegar a la oficina, en forma aleatoria mientras sonreía casi riendo, mi mirada se cruzó con la de algún señor que iba pasando. Su reacción fue curiosa. Tal pareciese que fuera yo la coqueta del siglo 22 tirándole la ropa interior. Aceleró el paso, miró al piso, etc. Ha de saber señor, que cuando Nefer quiere tirar el "calzoncín", no se anda con pequeñeces y se quita toda la ropa, así que no se emocione, que no... sonreía a mis recuerdos, no a Usted.
De regreso del sushi, en el ascensor me topé con algún otro desconocido... y curiosamente, la misma reacción. O todos los hombres en esta ciudad se creen muy galanes o son muy neuróticos, o de plano tengo que dejar de sonreír.
2 comentarios:
O no!!! Tu sigue sonriendo... es un regalo, el problema es de ellos :)
:) toditita la razon :)
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