Es increíble que pasen estas cosas. Siempre tengo el pasaporte y green card a la mano, pues siempre ando de gitanilla o judía errante. El caso es que por alguna razón, decidí moverlos a otro sitio diferente al que solía utilizar cada que regresaba de viaje. Pensé que estaría más seguro en aquél otro lugar. Así que tengo la certeza de que está seguro en el otro escondite. Lo que sí, es totalmente incierto el lugar en donde finalmente lo guardé.
No me había dado urgencia el tratar de recordarlo, pues en realidad no lo iba a usar. No fue hasta que recibí una notificación de inmigración, en la que me tengo que presentar para recibir la green card definitiva. Fue cuando esa extraña certeza retornó a mí y la incertidumbre de no encontrar nada. En fin, ya vacié el departamento y nada... ahora toca vaciar la casa. Espero que aparezca pronto o me daré un tiro.
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