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domingo, diciembre 14, 2008

Hueco

Este pobre blog parece un enorme hueco. Hueco lleno de huecos y rellenos, palabras sin sentido, pensamientos inconclusos, sueños locos y otros que omito por respeto al lector.

Una disculpa estimado lector. Mi cerebro ha estado sumergido en el trabajo (precisamente me encuentro en la oficina a punto de dar carpetazo para ir de compras y disfrutar de lo que queda de este domingo gélido), consumido con congojos por "pequeños" detalles de salud y como siempre, preocupaciones por el futuro.

Ya sé... para qué preocuparse por el futuro si hay que vivir el presente. Lo vivo y vaya que lo he vivido estos últimos meses. Quisiera que mi mente sólo se enfocara en el presente. Que estuviera configurado para no hacer caso al retroceso ni adelanto de la cinta de la vida.

Tal vez sea bueno borrar todo aquello que traiga recuerdos para enfocarse al aquí y ahora. Tal vez me sirva de algo borrar mis mp3 que no correspondan al hoy, esconder o tirar fotografías, o de plano buscar si es que existe algo parecido al "spotless mind". Así me evitaré viajar al pasado.

Con respecto al futuro, quisiera algo que me hiciera recordar que debo estar anclada en el presente, pero sin apego, pues el futuro será consecuencia de este elaborado y laberinto presente.

Mi flecha apunta hacia arriba en pleno crucero, donde me encuentro al centro sin dirección horizontal. Viendo hacia arriba, para ver si me llega la iluminación y saber hacia a dónde. Es increíble que en el otoño de la tercera década siga teniendo momentos de desorientación.

¿Qué no se supone que ya debería de saber que hago aquí y hacia a dónde me dirijo? ¿cuál es la razón de mi existencia?

En fin, y sigo, meditando cuando la mente y cuerpo lo permiten, no escribo tanto como antes, ni siquiera en mi diario manual, cuyos secretos se quedarán en el papel y no viajarán a la era de la tecnología avanzada ni al mundo de los blogs.

El clima cada vez más helado y el único abrigo que me queda es el setentero de mamá, que me ha mantenido calientita por el momento. Tendré que comprar uno más largo y más grueso para lo que viene.

Le digo adiós a la pequeña Nefer, a la adolescente, a la jovenzuela y tristemente le digo "qué tal?" a la nueva que se aproxima... "qué tal", lo suelo utilizar para aquellos a quienes no conozco, a los que todavía no tengo confianza, el primer saludo.

Eso me recordó al primer día del kinder, cuando papá estacionó el auto, abrió mi puerta, tomó mi pequeña mochila con una mano y con la otra me tomó de la mano. Llegamos a la puerta de aquél colegio y me dijo "muy bien escuintlita, pórtese bien y haga lo que le dicen, al rato paso por usted, ándele váya con la maestra".

Se retiró sin mirar hacia atrás, mientras yo observaba a l@s otr@s niñ@s, sus madres o padres en cuclillas abrazaban a sus criaturillas y deseaban buena suerte, dándoles besos y la bendición.

No soy ni fui católica, así que en realidad me daba curiosidad aquél ritual mañanero y en aquél entonces añoraba que ese ritual fuera mío.

Tal vez él sí era muy Zen, enfocado al presente, sin mirar atrás. Aquí, ahora.

sábado, diciembre 13, 2008

Caballaurio

En el rodeo, sale airosa una dama vestida con un largo vestido rojo de satin, montada a caballo y galopando al rededor de la arena.
En unos momentos, sale un caballo gigante, galopando en el centro y ella comienza a galopar mas rápido, como queriendo hacer un truco... toma vuelo y con su caballo, saltan sobre el caballo gigante, que mas bien parece un dinosaurio, con la misma forma del caballo normal. El pequeño caballo queda montado en aquel animalon.
Unos segundos mas tarde, resbala de lado y tanto caballo como dama de rojo caen a la arena. La dama logra hacer que el caballo se levante, sin necesidad de desmontar.

Vuelve a tratar la hazaña, mientras el presentador sale a animar al publico y presentar a la bella dama. Al momento de hacer la misma maniobra descrita, el caballo pequeño vuelve a deslizarse de lado y esta vez cae sobre la cabeza del presentador, haciendo que su cuerpo, se vaya compactando como un acordeón hasta llegar al suelo... sin decir gran cosa, el presentador solo mira a su alrededor, su cuerpo hecho añicos mientras todos los espectadores cual vil coro exclaman "ooooohhhhh" aterradamente.

Siento un calor intermitente que va subiendo por mis piernas, abdomen, pecho y brazos...
me despierto.

La dama de rojo era Elizabeth Hurley y el presentador algún comediante cuyo nombre no recuerdo.

** algunas palabras en este escrito carecen de tildes, ya que mi necio teclado, por alguna extraña razón no admite el cambio de idioma en estos momentos..., aquellas palabras que lo tienen, es gracias al diccionario google que las marca como incorrectas***

viernes, diciembre 05, 2008

En la nada...

dándole toda la razón a Chuy, sin hormonas, en realidad no somos nada.

Me aplicaron la famosa inyección el lunes. Estaba muy bien las últimas semanas, de muy buen humor y con una tranquilidad y paz que no tenía en muchos años. Ayer, comencé con extrañas "sensaciones emocionales".
Hoy, me llegan claras ideas de que mi camino terminó aquí, que nada tiene sentido y que si muriera en este instante, no habría arrepentimientos, frustraciones, deseos. Tal vez algún observador externo brincaría a juzgar o etiquetar como apatía o depresión. En realidad es NADA.
Aquí hay sólo un cuerpo con defectos, y debo aclarar, no estoy deprimida y tampoco estoy en negación. Es un estado muy peculiar, en el que no hay tristeza, no hay felicidad, no hay emociones. Muy extraño. Si esto es lo que en la menopausia se siente, como diría Agridulce, es suficiente castigo. ¿Será?.... ¿será castigo el no sentir nada? ¿o en realidad sería tranquilidad?, ¿y cómo etiquetar esto? si no hay emoción... sólo una mente fría viendo la realidad de todas las cosas, tal y como son.

miércoles, diciembre 03, 2008

Moviendo el bote

Sí, ya sé, van a decir que se vé puñalón el tío... pero me encantó como baila, sobre todo en el video empalmado... este es su original.



A mí en lo particular me gustó más éste... ya quisiera yo bailar como él...

martes, diciembre 02, 2008

De vuelta a la rutina

Aterricé el sábado a las 2 y pico de la tarde.

Los 10 días se resumieron en mucho trabajo, un fin de semana compartido, en el que la mayoría votó por ir de compras al nuevo centro comercial en Londres (sábado 22). Las desventajas de la globalización: las tiendas ya en todas partes son las mismas, los mismos productos (y marcas), pero más caros - y curiosamente casi todo hecho en China-. Ya no hay las tiendas locales que había en los 80s donde podías elegir algo que verdaderamente no había en alguna otra parte. La única sería Harrods, en donde los precios por cosas muy sencillas, son prohibitivos.

El domingo y porque el clima no colaboró mucho, decidimos ir al Palacio de Kengsinton, donde se expusieron algunos vestidos que algún día portó Lady Di. Algunas otras frivolidades (videos en los que te enseñaban a hacer reverencias a la reina, y pasos de baile marcados en el piso con pegatinas). La exposición y un poco de "historia" sobre las debutantes en sociedad, cómo acomodar los platos, vasos, copas y cubiertos en una mesa y al final una tienda de recuerditos.

De ahí nos fuimos a un Pub a comer, para encaminarnos al hotel, pues el taxi nos llevaría de regreso a Camberley para el lunes comenzar la semana laboral. El sábado anduvimos en metro y buses, pero el domingo el frío era tal, que calaba los huesos. Decidimos pues, andar en taxi.

Trabajo árduo toda la semana, dejándonos sin tiempo para hacer nada por las tardes. Regresamos este pasado fin de semana.

El clima ya tiende a helar, hoy amaneció nevando un poquito a 14°F, que será a unos -10°C...
Hoy me puse mis botas descarapeladas (desde soltera no las usaba porque no me cerraban!) y el abrigo setentero de mamá. Yo creo que si los de protección de animales me ven, me dejan en pelotas... una qué puede hacer, una madre que quiere que su hija conserve algo, no piensa en esas cosas (además creo que en los 70s no había muchas opciones).

Así que incrédula, me puse aquél abrigo y para mi sorpresa... quedó a la perfección. Hace algunos meses, había un espacio entre extremo y extremo, como de unos 7cm y no cerraba. En fin... aún así, necesito comenzar a ejercitar los músculos, para lograr una completa recuperación.

Me dispongo de concluir mi reporte de gastos, que con su nuevo sistema vía "interné", es toda una complicación... (me estaré haciendo vieja y resistiendo al cambio???? -algo que siempre critiqué).

miércoles, noviembre 26, 2008

Reacción en cadena...

Una de mis favoritas sin duda, la tenía puesta el conductor que nos trajo de la oficina al hotel. El sr. iba felizmente moviendo la cabeza de lado a lado y tarareándola con el radio. Terminamos los tres tarareando al mismo tiempo y sólo sonriendo...