Me encuentro en casa, papá anda por ahí, la peque comenta sobre papá... yo, de malas. Mamá comentando sobre lo orgullosa que está de mi, al verme tan delgada como siempre lo había sido. Yo con todo el despotismo, le contesto frente a su amiga la "clasista" que es producto de arduo trabajo.
Mientras digo aquello, siento un fastidio inmenso a sus comentarios y reacciono negativamente a las críticas aún siendo constructivas. Con toda la pedantería, volteo a ver a mamá, quien de pronto se encuentra acostada en una cama, junto a un buró lleno de medicinas.
Despierto detestándome a mí misma por la actitud tan prepotente y estúpida con la que traté a mamá en el sueño.
Todo el día estuve de malas. Tal vez aquella copa de vino que tomé en aquella reunión + los chocolates que me atasqué. El azúcar no sólo mata, lo hace a uno estúpido.
Fui a mi clase de baile y estuve súper mareada. Tal vez fue la calefacción que estuvo muy fuerte.
Lapsus brutus, anécdotas, sueños, recuerdos, pensamientos, cuentos, exabruptos...
lunes, noviembre 28, 2011
sábado, noviembre 19, 2011
La la land
Con toda la aglomeración de ideas y actividad cerebral, no he podido descansar mentalmente. Hoy, decidí poner todo de lado y largarme a mi clase de baile. Feliz de haberlo hecho.
Mientras conducía, le iba tirando besos al Faraón, quien a unos metros conducía en el otro auto. Él hacia el trabajo, yo hacia el paraíso.
Llegué a clase, aunque no desayuné y dormí como unas cinco horas, tomé una de esas aguas vitaminadas... bastó para hacer algo, pero mi concentración y coordinación fue como la del oso lelo de las caricaturas. Terminando, la mitad de mi rostro derecho colgaba. Me recordó a aquella ocasión en que a mamá le pasó lo mismo en nuestra clase de baile en Arkansas... no pensé más... mi mente totalmente en blanco.
Me cambio y salgo hacia el auto. Todo se ve como es. Bello, tranquilo, aunque nublado y frío, la parvada invernal se ondula por todos los árboles. Los rostros de la gente tranquilos, sonrientes.
El tráfico estaba severo, construcción que se les ocurre hacerla en fin de semana. Sin embargo, pude tratar de relajarme, respirar profundo y concentrarme en llegar a casa, pues me sentía como si mil neuronas se estuviesen auto destruyendo.
Pensé en lo mucho que extraño escribir aquí y decidí hacer eso. I'm back people!
Lots of love :)
Mientras conducía, le iba tirando besos al Faraón, quien a unos metros conducía en el otro auto. Él hacia el trabajo, yo hacia el paraíso.
Llegué a clase, aunque no desayuné y dormí como unas cinco horas, tomé una de esas aguas vitaminadas... bastó para hacer algo, pero mi concentración y coordinación fue como la del oso lelo de las caricaturas. Terminando, la mitad de mi rostro derecho colgaba. Me recordó a aquella ocasión en que a mamá le pasó lo mismo en nuestra clase de baile en Arkansas... no pensé más... mi mente totalmente en blanco.
Me cambio y salgo hacia el auto. Todo se ve como es. Bello, tranquilo, aunque nublado y frío, la parvada invernal se ondula por todos los árboles. Los rostros de la gente tranquilos, sonrientes.
El tráfico estaba severo, construcción que se les ocurre hacerla en fin de semana. Sin embargo, pude tratar de relajarme, respirar profundo y concentrarme en llegar a casa, pues me sentía como si mil neuronas se estuviesen auto destruyendo.
Pensé en lo mucho que extraño escribir aquí y decidí hacer eso. I'm back people!
Lots of love :)
Trombo Emocional
Tantas cosas han pasado últimamente, pero no me enfocaré a hablar de trabajo, eso es tema para otra publicación. Aunque parte de mi estado actual se debe a ese tema...
Mi mente ha estado "sobre girada". Fui de un completo extremo de inactividad a la total actividad y ahora no hallo como parar. Creo que me he vuelto adicta a todo, al trabajo, al pensamiento, al análisis, al discernimiento... y quiero hacer un paro por unos momentos. Lo único que logró que hiciera una pausa, fue una tan dichosa cita con un nuevo quiropráctico que utiliza un método llamado Network spinal analysis.
Ya explicaré a detalle como funciona. A resumidas cuentas, es un proceso en el que después de algunas visitas constantes, se desbloquean canales energéticos y emocionales. Traté unas cuatro veces y no sentía nada. Hasta me sentía mal de ser "incopetente", pues observaba a los demás cómo todo fluía etc.
Ayer, después de horas y horas de trabajo con breves lapsos de descanso, me di a la tarea de presentarme a la sesión. Tras una breve charla con el quiropráctico acerca del estado de mi salud actual, nos dirigimos a la mesa de masaje. Boca abajo y respirando profundo mientras el hacía su "magia".
Después de media hora, me hizo sentarme como montando a caballo en aquella mesa. Se puso detrás de mi y me estiró la columna, cabeza, caderas, de tal forma que estaba totalmente espigada. Con los hombros hacia atrás y abriendo el pecho, entonces comenzó a tocar con su índice justo donde empieza el esternón.
De la nada y de forma abrupta, comencé a llorar... no había poder humano que parara aquél llanto, mientras lloraba, el el voz baja y tranquila, me decía... eso es, de eso se trata todo esto, déjate fluir, llora, vive la emoción, respira profundo y déjala fluir, estás en un lugar seguro.
Pasaron unos minutos y me pidió que comenzara a respirar. Lo hice y luego me pidió que me acostara boca arriba para descansar. Las lágrimas no dejaban de fluir y todas las emociones de todos los años, de todas las circunstancias y de la humanidad entera corrieron por el costado de mis ojos escurriendo hacia mis orejas.
Días antes estaba incrédula... no pensaba que esto iría a funcionar. Ahora, estoy sorprendida positivamente, porque un dolor que traía clavado en la espalda del lado derecho, después de aquella sesión, cedió!
Platicándole a Overkill por teléfono, me ilustró con su creatividad, nombrando aquél episodio como que yo tenía un "trombo" emocional y que salió como tapón de sidra.
... pero no, no se me ha quitado el insomnio.
Mi mente ha estado "sobre girada". Fui de un completo extremo de inactividad a la total actividad y ahora no hallo como parar. Creo que me he vuelto adicta a todo, al trabajo, al pensamiento, al análisis, al discernimiento... y quiero hacer un paro por unos momentos. Lo único que logró que hiciera una pausa, fue una tan dichosa cita con un nuevo quiropráctico que utiliza un método llamado Network spinal analysis.
Ya explicaré a detalle como funciona. A resumidas cuentas, es un proceso en el que después de algunas visitas constantes, se desbloquean canales energéticos y emocionales. Traté unas cuatro veces y no sentía nada. Hasta me sentía mal de ser "incopetente", pues observaba a los demás cómo todo fluía etc.
Ayer, después de horas y horas de trabajo con breves lapsos de descanso, me di a la tarea de presentarme a la sesión. Tras una breve charla con el quiropráctico acerca del estado de mi salud actual, nos dirigimos a la mesa de masaje. Boca abajo y respirando profundo mientras el hacía su "magia".
Después de media hora, me hizo sentarme como montando a caballo en aquella mesa. Se puso detrás de mi y me estiró la columna, cabeza, caderas, de tal forma que estaba totalmente espigada. Con los hombros hacia atrás y abriendo el pecho, entonces comenzó a tocar con su índice justo donde empieza el esternón.
De la nada y de forma abrupta, comencé a llorar... no había poder humano que parara aquél llanto, mientras lloraba, el el voz baja y tranquila, me decía... eso es, de eso se trata todo esto, déjate fluir, llora, vive la emoción, respira profundo y déjala fluir, estás en un lugar seguro.
Pasaron unos minutos y me pidió que comenzara a respirar. Lo hice y luego me pidió que me acostara boca arriba para descansar. Las lágrimas no dejaban de fluir y todas las emociones de todos los años, de todas las circunstancias y de la humanidad entera corrieron por el costado de mis ojos escurriendo hacia mis orejas.
Días antes estaba incrédula... no pensaba que esto iría a funcionar. Ahora, estoy sorprendida positivamente, porque un dolor que traía clavado en la espalda del lado derecho, después de aquella sesión, cedió!
Platicándole a Overkill por teléfono, me ilustró con su creatividad, nombrando aquél episodio como que yo tenía un "trombo" emocional y que salió como tapón de sidra.
... pero no, no se me ha quitado el insomnio.
miércoles, noviembre 09, 2011
Volviste
A mis sueños... después de largos meses de ausencia, apareciste de nuevo... como siempre inaccesible, escurridizo... nos vemos con discreción aunque la química traicionera nos atrae como magnetos, nos mantenemos a distancia.
Tenía presente y vívido el sueño... después de todas estas horas, extrañamente lo he olvidado. Te me has venido seguido a la mente, me pregunto cómo estarás en distantes tierras, si ves la misma luna que yo veo, si suspiras por tus sueños y te despreocupas como lo hacías en antaño. Yo tengo presente a aquél de aquellos años, sé que no eres el mismo... ojalá no pierdas tu escencia. Extraño nuestras charlas, nuestra complicidad.
Que la luna te cobije e ilumine tu camino.
Tenía presente y vívido el sueño... después de todas estas horas, extrañamente lo he olvidado. Te me has venido seguido a la mente, me pregunto cómo estarás en distantes tierras, si ves la misma luna que yo veo, si suspiras por tus sueños y te despreocupas como lo hacías en antaño. Yo tengo presente a aquél de aquellos años, sé que no eres el mismo... ojalá no pierdas tu escencia. Extraño nuestras charlas, nuestra complicidad.
Que la luna te cobije e ilumine tu camino.
martes, noviembre 08, 2011
Luna y fin
El estrés del trabajo me lleva emocionalmente a un torbellino sin salida. Decido salir desesperada a caminar. Salgo por la puerta trasera. La luna en su apogeo. Luna llena, luna hermosa. Luna de mi alma. Misma que veía cuando estaba contigo. Respiro profundo. Sollozo. Las nubes en la claridad del cielo, aunque anocheciendo, borreguitas pasajeras. Me acuerdo de ti cuando decías... "cuando las nubes parecen borreguitos, es que se viene el frio".
Caminé hacia el jardin del frente. Decidí entonces patear las calles. Subí a cuestas por la acera... en cada paso, las lágrimas desesperadas corrian atraídas por la fuerza de gravedad... Cada paso, sentía como cristales caían de mis párpados... sollozaba sin sonido, respirando profundo y sintiendo ese terrible dolor en el pecho. No el dolor físico, sino el del vacío que dejaste. Aunque decías que ya nada importaba y que en realidad trascendiste, me sigues haciendo mucha falta. Sobre todo ahora, que no tengo a quién platicarle mis penurias.
El Faraón aunque es un apoyo fuerte y tierno, no comprende todavía la magnitud de la pérdida de un ser querido. Más aún de una madre... una madre que siempre fue tan querida... tan adorada. Sigo paso a paso. Sin pensar, estamos en las calles de Justo Sierra, transportada en el tiempo y en el espacio, tu yo yo tomadas del brazo, caminando, riendo, viendo las casas... en la noche con las luces de adentro prendidas... pensamos en las miles de familias que hay en este mundo. A su vez, tantos mundos en cada casa. sus cortinas, su decoración... luego nos reímos de bobadas, palabras inventadas, términos locuaces... luego tus desvaríos filosóficos... que en su mayoría terminaban en risotadas con incontinencia "vejigal". Sonrío mientras sigo llorando. Cómo demonios te extraño.
Mi compañera, mi hermana, mi mejor amiga, mi madre. Eras todo en una. Llego a la otra cuadra, donde la acera abruptamente termina y continúa con césped. Me detengo. Curiosamente ese término abrupto coincide con tu partida. Con como me siento. Partida, abruptamente cortada, terminada, en vacío. Perdida.
Decido dar la media vuelta y volverme a casa. Cada paso una lágrima... una respiración profunda, una tristeza y un adiós. Observo las emociones y poco a poco me tranquilizo. Te amo. Te extraño.
Caminé hacia el jardin del frente. Decidí entonces patear las calles. Subí a cuestas por la acera... en cada paso, las lágrimas desesperadas corrian atraídas por la fuerza de gravedad... Cada paso, sentía como cristales caían de mis párpados... sollozaba sin sonido, respirando profundo y sintiendo ese terrible dolor en el pecho. No el dolor físico, sino el del vacío que dejaste. Aunque decías que ya nada importaba y que en realidad trascendiste, me sigues haciendo mucha falta. Sobre todo ahora, que no tengo a quién platicarle mis penurias.
El Faraón aunque es un apoyo fuerte y tierno, no comprende todavía la magnitud de la pérdida de un ser querido. Más aún de una madre... una madre que siempre fue tan querida... tan adorada. Sigo paso a paso. Sin pensar, estamos en las calles de Justo Sierra, transportada en el tiempo y en el espacio, tu yo yo tomadas del brazo, caminando, riendo, viendo las casas... en la noche con las luces de adentro prendidas... pensamos en las miles de familias que hay en este mundo. A su vez, tantos mundos en cada casa. sus cortinas, su decoración... luego nos reímos de bobadas, palabras inventadas, términos locuaces... luego tus desvaríos filosóficos... que en su mayoría terminaban en risotadas con incontinencia "vejigal". Sonrío mientras sigo llorando. Cómo demonios te extraño.
Mi compañera, mi hermana, mi mejor amiga, mi madre. Eras todo en una. Llego a la otra cuadra, donde la acera abruptamente termina y continúa con césped. Me detengo. Curiosamente ese término abrupto coincide con tu partida. Con como me siento. Partida, abruptamente cortada, terminada, en vacío. Perdida.
Decido dar la media vuelta y volverme a casa. Cada paso una lágrima... una respiración profunda, una tristeza y un adiós. Observo las emociones y poco a poco me tranquilizo. Te amo. Te extraño.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)