Estábamos en algún lugar extraño, que más bien se parecía a la que fue mi primera casa. Vestido con arapos y durmiendo en un colchón sostenido por varas gruesas de árbol. Le pregunté por qué no se compraba una cama, a lo que respondió que no la necesitaba, señalando aquél desastre que llamaba aposento.
Me dió lástima... y a la vez me sentí culpable. Tal vez fueron mis duras críticas y mi falta de delicadeza para decir las cosas. ¿Sería acaso yo la causante de su negro futuro?, se lo pregunté a lo que me contestó que no. Entonces le recordé aquél individuo del que me enamoré por primera vez en la universidad. Beca de excelencia, su destreza en el ajedrez, su sentido del humor y su bella sonrisa. Pensativo y como en reproche, viendo hacia otra parte me dijo "ese no era yo, ese era Jesús que estaba dentro de mí, no era mi inteligencia, era él -suspiró profundamente y con tristeza en el rostro me dijo- éste, soy yo".
Después de aquella charla, lo sentía lejano, como que me rehuía. En ese momento sentí cariño y nostalgia de lo que pudo ser. Lo abracé, lo besé y como todo buen sueño, cuando mejor se pone, se prendió el televisor que tengo programado a las 6am.
Me desperté con una frase en la boca que en estos momentos no recuerdo, algún adjetivo calificativo para su situación como ser humano.
No sé por qué, pero siempre que estoy en la regadera, me viene una corriente de pensamientos, muchos de ellos aleatoriamente, muchos otros relacionados con algo. Tras tratar de recordar el sueño, me di cuenta que nada tengo yo que ver en su vida, no sé últimamente como sean sus andares, pero me queda un consuelo: No fui yo la causante de sus penas, fueron sus pobres elecciones las que lo arrastraron hasta ahí.
1 comentario:
Pues así es, por más que queramos entrar en la vida de alguien y no se puede pues no hay vuelta atrás y si, las decisiones que se toman en la vida son de uno mismo así que, ciertamente, tienes el consuelo de ser inocente por el sufrimiento de esa persona, supongo que la gran mayoría de las veces cada quién es responsable de su alegría o tristeza ¿no?.
Saludos y gracias por tu visita!
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