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miércoles, agosto 31, 2011

Todo y nada

Sábado 27 de agosto del 2011. Aproximadamente once y treinta y tantos de la noche.

El faraón durmiendo en la otra habitación. Yo, clavadísima leyendo sobre el Dhammapada en línea. Como siempre últimamente ya se me hizo la costumbre de tener la laptop encendida hasta que me da sueño. Ví la hora, 11:34pm. Pienso en lo mal habituada por no dormir a mis horas. Continúo con la lectura recostada de lado en "cucharita" o más bien en posición fetal, al filo de la cama con la laptop en mis manos apoyada de lado sobre mis piernas.

Mi lectura de suma concentración me llevó a una especie de trance. Un trance en el que me perdí. El tiempo no existe. En la obscuridad, mi mente penetró en la nada. Mis sentidos completamente alertas pero sin pensamiento, sin sabores, ni olores, sin sonidos, sin sensaciones. Mis músculos seguramente se relajaron completamente y en aquél instante, sentí que la laptop se deslizaba por entre mis dedos, tuve la reacción de asirme a ella, pues conscientemente sabía que caería al piso.

Al momento de tener contacto con la laptop, regresé del trance y en ése instante, sin pensar... llegó una tonelada de información.
Yo no era yo. El YO no existe. Simplemente soy. Soy uno con el todo y paradógicamente, todo es nada. La nada es un vacío y en ese vacío de conceptos llegó la confirmación. Pasado, presente y futuro, todo en este instante.

Comprendí mi misión en esta vida, comprendí la asociación de experiencias pasadas. El por qué conocí a la gente que ha cruzado mi camino, el por qué papá murió, por qué me relacioné con ciertas personas. Todas y cada una de ellas, derivarían en un sendero. Mamá preparó el camino con su muerte, todo "tenía" que suceder así.

Al faraón tenía que conocerlo, como a todas las personas con las que me relacioné en el pasado, él era una pieza clave en este rompe-cabezas. Todo para éste despertar. Mi misión no incluye el tener hijos, porque madre ya lo fui. Comprendí que mamá no se fue, simplemente trascendió y está en "casa", donde me encontré en esa fracción de segundos, en el TODO. No hay nacimiento, así que no hay muerte. Es sólo éste instante.

Sentí una enorme felicidad, una paz infinita y un amor elevado a la "N-ésima" potencia. Veo el reloj. 11:35PM. Todo éso sucedió justo cuando cambió del 4 al 5. El faraón despertó para hacer una escala técnica.

Nefer: "Faraón! me iluminé!"
Faraón: "si?, qué paso?"
Nefer: "Soy todo... y soy nada"  - en el tono en el que mamá nos había explicado satisfecha y extremadamente feliz aquélla realización
Faraón: " buenas noches"
Nefer: "no hay nacimiento!!! no hay muerte!!!"
Faraón: "buenas noches" (seguramente pensaba que sólo repetía lo que escuchamos constantemente durante los retiros) y continuó caminando de regreso a aquella otra habitación.

Salté de la cama y caminé hacia la otra habitación

Nefer: "que te digo que alcancé la iluminación!!" - exhaltada y firme
Faraón: "dime!" - ya a estas alturas, el faraón se dio cuenta de que no era broma

Le comenté todo lo que arriba menciono (que no es ni la tercera parte de todo lo que me llegó en ese lapso después del trance). Era tanta mi emoción de la comprensión absoluta de todo, que comencé a llorar descontroladamente.

Nefer: "comprendí todo!, no tenía que ser madre... te tenía que conocer a ti, mamá tenía que trascender... todo!!! lo comprendí todo!!! el por qué estoy aquí!!! y... y... ahora qué hago con todo ésto????"
Faraón: "tranquila, respira profundo" - pensó que lloraba de tristeza y me abrazaba fuertemente. Su corazón parecía un conejo. Brincaba fuertemente bajo esa piel.
Nefer: "NOOOO, si no estoy triste, estoy FELIZ!!!!! no tienes idea de la cantidad de AMOR que siento en éste momento, SOY FELIZ, mamá tenía razón!!!!! NADA IMPORTA!!! todo va a estar bien!!!!
Faraón: "luego le llamas a Sunim"
Nefer: "vamos a dormir"

Nos encaminamos a aquella habitación. Como es la costumbre, el faraón recostado del lado derecho... y yo detrás de él. Lo abracé fuertemente. Era como abrazarme a mi misma. Como abrazar a mamá... Como abrazar a toda la humanidad. Tenía sensaciones extrañas en los oídos y la pelvis (no sé qué significado tenga ésto). Era tanto el amor... un amor que salía de dentro de mí como un río interminable y lo inundaba todo. Mi ser era un torrente de amor y felicidad.

Esto... todo duró por varias horas. La sensación de infinita paz, infinito amor e infinita felicidad. Fue entonces cuando comprendí el nombre que Sunim me dio en mi primera toma de preceptos. El nombre budista, significa "alegría y felicidad del Dharma". Comprendí el nombre que Sunim había dado a mamá, cuyo significado era "100%".

Kasina = 100%. Sí, mamá alcanzó la iluminación antes de ir de regreso a "casa".

Ése sábado, estuve brevemente "en casa" por menos de un minuto.

Las explicaciones aquí descritas son insuficientes para presentar lo que significa el llegar a la iluminación. Por que en la iluminación, no hay conceptos... sólo la certeza de saber que soy todo. Somos todo.

¿Lo cotidiano y mundano? sólo una ilusión, una construcción de la mente.

Al menos...

*** deliberadamente sin tildes ***

...no estoy loca, no soy la unica que se hace la misma pregunta. Despues de la iluminacion, que sigue? que sentido tiene la "vida ilusoria"?... encontre un buen articulo al respecto y me ha tranquilizado.

Me parece una idea excelente la de crear como todo un artista, cada dia... un dia maravilloso... en lugar de vivir como en la pelicula de la marmota...

Tendre que enfocarme en los pincelazos de la nueva creacion y mientras tanto, ocuparme de pegar ojo que se me ha hecho costumbre otra vez el desvelarme... que no me hace nada bien.

martes, agosto 30, 2011

domingo, agosto 28, 2011

Nirvāṇa

Anoche, alrededor de las once treinta y tantos, alcancé la iluminación. Tal vez después postée o trate de verbalizar lo que me fue revelado. Anoté lo más que pude, pero no creo que sea ni la tercera parte de lo que vi.

Nada importa :)

lunes, agosto 22, 2011

Lunes indeseado

Siempre me han impuesto los domingos. No me gustan. Peor los lunes, sobre todo cuando sé que mi porvenir depende de lo que yo decida hacer. Decidí no llamar a aquella mujer que quiere que trabaje como consultora. No lo sé, como que por ahí no me late. Tal vez cambie de idea y mañana la llame. Hoy tenía muchas cosas que hacer: llamar a la compañía de autos para hacer cita para el servicio del nefermovil. Averiguar si mi membresía en esa asociación profesional sigue vigente, para.... -si... ya sé...- registrarme para la certificación, aquella a la que le he dado la vuelta.

Aunque no hice lo mencionado, me desperté relativamente temprano, hice Tai Chi... un DVD que encontré abandonado por ahí... para seguir con mi rutina de la serpiente.

Confieso que no he comido muy bien que digamos, la semana pasada no comí verduras y mis entrañas lo resintieron. Están protestando estirándose como chicle en el interior, haciéndome pasar unos momentos sumamente incómodos.

Vino el de la compañía de internet. Cambió no se qué cosas o filtros fuera de la casa y en el sótano. Así que antes de que llegara, me di a la tarea de escombrar y aspirar aquél área que le rehuía. Sí, todavía hay cajas y papeles, pero ya menos, tal vez mañana le dé otras dos horas a la talacha allá abajo. Poco a poco y quizás para el viernes el sótano esté impecable. Al menos el internet dejará de fallar (ojalá).

Malas noticias: encontré una cucaracha bebé en el sótano. Así que esto tiene que quedar esta semana, ojalá sólo sea una pasajera y que no se estén colando por la coladera del área de máquinas.

Me siento triste. Triste porque perdí contacto con un amigo muy querido, con el que podía hablar horas y de diversos temas, trabajábamos hasta altas horas de la noche, viajábamos juntos, negreábamos juntos, mentábamos mandarinas juntos, etc. El caso es que le perdí la pista.

El no es muy asiduo de las computadoras. Nunca escribía correos, pero hablábamos por teléfono o cuando iba a México, nos quedábamos de ver para el café. La última vez que lo vi fue en el otoño del 2007. La última vez que escuché su voz fue en el otoño del 2008. Aquél otoño hablé con él mientras la anestesia general iba poco a poco disipándose en mi ajetreado cuerpo tras aquella cirugía. Después... perdimos contacto. Su teléfono no es el mismo y al parecer ya no vive donde solía hacerlo.

Cuando pasó lo de mamá, traté de buscarlo... sin suerte. El había conocido a mamá... de las tantas veces que me llevó a casa después del trabajo. El y su esposa conocieron a mamá en una situación curiosa muchos años atrás. El había dado al hospital y yo también por circunstancias diferentes. Nos encontramos en urgencias. El esperaba ser atendido, sentado con su esposa e hijas. Yo, sentada con mamá. En aquél entonces era sólo un compañero más de trabajo, no nos conocíamos del todo y sobrevivíamos al difícil ambiente laboral de aquella empresa.

Hace un par de meses, sabiendo que nunca abre sus correos, le escribí una carta y se la envié por correo convencional, pero con acuse de recibo. Así me aseguraría que recibía las malas nuevas sobre mamá. El sábado, recibí del correo una notificación para recoger un sobre.

Hoy fui a la oficina postal y para mi tristeza, aquél sobre sellado y estampado llegó de nuevo a mis manos. Cerrado. Unas notas en español por todas partes en aquél sello: "no se encontró al destinatario". Al parecer hicieron un par de visitas, para en la tercera (la vencida), sellaron el sobre como "devolución de acuerdo a la ley" y lo enviaron de regreso.

Cometí el grave error de abrir ese sobre y leer su contenido. Fue como revivir de nuevo todo aquello. Todos esos meses de angustia y terror, confrontarme con la muerte una vez más... sentir este vacío infinito que corroe todo mi ser. Recordar sus bellos ojos a media asta. Su aliento ausente después de una expiración. Un envase vacío. Un cuerpo sin alma. Una familia sin madre. Una hija perdida en un llanto ahogado... sin poder respirar. Respiro profundo y en mi mente sólo un par de frases: no principio, no fin... no nacimiento, no muerte. Tal vez es un consuelo. Al menos, quiero engañarme un ratito, hasta que este dolor que me taladra el pecho ceda.

domingo, agosto 21, 2011

Ventanas

Me encontraba en una habitación en penumbras, el faraón  yo estábamos de pie charlando... cuando a lo lejos se escuchaban ruidos... después se iban acercando. Una silueta se veía através de la ventana... y unos golpes sordos sobre las ventanas... como si un ánima tratase de materializar el toquido pero apenas rozase el cristal "Nefer?!, Nefertiti Totonaca?!"... La voz de mamá...

Desperté y el faraón dormía, junto con aquella grabación de hipnosis para poderse mantener en sueño.

Tomé mi almohada y me mudé a la otra habitación... aquella grabación aturdía hasta el tuétano.

jueves, agosto 18, 2011

Bomba

Me encontraba en un humilde rancho, la sequía se dejaba ver en sus tierras. Habían dos cabañas separadas por metros y metros de campo seco. Mi tarea era llevarle jabón para cabello y cuerpo a un grupo de personas para que lograran bañarse. Todo era a escondidas. Salía de la primera casa, corriendo de puntillas para no ser notada. Recorría parte de aquél campo seco y me dirigía hacia el centro del pueblo. En el camino, una señora me advertía "no vaya señorita, está muy peligroso, matan gente".

Cambiaba mi rumbo... Llegaba a la otra casa. Entraba a un baño principal, que para mi sorpresa tenía artículos de lujo: un tapete persa sobre aquél azulejo. El tapete tenía una figura... mientras recorría aquél baño, notaba su amplitud. La figura era la Meca.

En ése momento, me había dado cuenta de que estábamos en tierra peligrosa. Recorro aquella cortina para sacar los jabones. Entra un hombre con turbante. Me escondo en la regadera. Tomo lo que puedo, como puedo y mientras se descuida, salgo corriendo hacia la otra cabaña.

Me toma mucho tiempo, llego al otro lado, cuando la peque me pregunta por qué tardé tanto. Sin poder explicarle todo lo que vi, me percato de que no tengo el jabón. Olvidamos el baño, me avisa la peque que nos tenemos que ir, que habrá una detonación. Esto último, me lo avisa de forma telepática mientras señala una manada de diversos animales que se dirigían hacia un granero. "Hay que ir detrás de los animales, ellos van hacia la salvación, no hay tiempo que perder". Ella ya había organizado el plan, todos correríamos en cuclillas hasta el granero, mezclándonos entre cabras, borregos, vacas y otro tipo de ganado.

Se abrían las puertas del granero y había una enorme prensa. Los animales aterrados observaban y automáticamente desviaban su destino. La peque gritaba: "atrás!!! va a explotar, vámonos!!!". Corriendo lo más rápido que podíamos, nos alejábamos de aquél lugar, una detonación estaba por ocurrir.

Una onda expansiva nos suspendía en el aire mientras una luz nos cegaba. Desperté segundos antes del despertador.

Hoy me tocaba temprano ir al especialista del tobillo. Al parecer estoy al 90%. Tal vez en cuatro semanas más, esté lista. Me sugirió seguir con mis ejercicios terapéuticos en casa.