Hoy medité después de mucho tiempo de no hacerlo (hará unos días, pero sin duda parecen una eternidad)... Es extraño... puedo estar el día entero "anestesiada", sin sentir tu ausencia. Aturdiéndome con música, con el internet o la televisión. Pero, cuando entro al cuarto de meditación, siento un infinito respeto. Te invito a ti y a papá a unirse en mis 5 o 10 minutos. El no meditar seguido, ha hecho que tenga una mente de mono, que se la pasa brincando de aquí para allá, por lo tanto, 5 o 10 minutos son ganancia. En lugar de dejar el jugueteo de la mente, tuve un diálogo con ustedes. De pronto, lágrimas inundaban mis ojos y recorrían su camino con la ayuda de la fuerza de gravedad. Un nudo en la garganta me asfixiaba. Respiré algunos minutos, en mis meditaciones, no sólo estaban ustedes, estaban los hermanos que extraño y quiero mucho... y también las personas cuyas familias perdieron en el terremoto y maremoto de Japón, así como todos los seres que sufrieron durante este terrible desastre natural.
He estado sumamente cansada, pero anoche logré dormir un "poco" más temprano. Mientras mis horarios se ajustan, en los chispazos de energía que recibo, hago quehaceres domésticos. La energía no dura mucho... tal vez una hora y siento la necesidad de descansar. Estuve leyendo sobre los síntomas que me aquejan: falta de aire, palpitaciones, excesivo cansancio y sentir la cabeza "ligera" o mareada... y tal parece que tendré que visitar al cardiólogo. Pero bueno, mientras... trato de darle a mi cuerpo lo que me pide, sigo con las clases de baile que tristemente tendré que suspender si es que decido acompañar al Faraón a su viaje rumbo al sur.
Como era de esperarse, la poca energía que recuperé durante la meditación, el tan solo teclear estas letras me agotó. Me duele el pecho, voy a recostarme un momento, para ver si puedo terminar con mis actividades.
Lapsus brutus, anécdotas, sueños, recuerdos, pensamientos, cuentos, exabruptos...
viernes, marzo 18, 2011
lunes, marzo 14, 2011
Limbo prolongado
El faraón partió rumbo al Este, unos cuantos estados hacia el Atlántico. Mientras, yo sigo en el limbo... en el que días enteros me la paso arrastrando el ánima para obligarme a hacer cosas. ¿Logros?: levantarme sumamente cansada, darme una ducha, pseudo hacer limpieza, deambular como zombi por la casa. Lo único que me saca de esta extraña y descuidada rutina, es la clase de baile a la que asisto ahora cuatro veces por semana. Tendré que encontrar la razón de mi exhaustivo cansancio. Últimamente siento como si algo me robase la energía. Estos últimos dos días, llego de clase, como algo y tal es la fuga o al menos la sensación, que tengo que recostarme. Minutos después, me hallo en el mundo de los sueños. Horas más tarde, el faraón me despierta con un beso, indicando que ya es noche, que si quiero cenar. Tal ha sido su preocupación que piensa que lo mío es depresión. Yo me niego a aceptarlo. Triste, sí... a veces, pero es más mi cansancio que mi tristeza. No estoy deprimida, sólo estoy agotada.
Es más... podría asegurar que el simple hecho de estar frente al ordenador absorbe la poca energía que tengo. Pienso que por una temporada tendré que reducir radicalmente el uso de la computadora.
Me siento como en aquellos cuentos en los que algún monstruo absorbe el alma por la boca, dejando un cuerpo seco.
Es más... podría asegurar que el simple hecho de estar frente al ordenador absorbe la poca energía que tengo. Pienso que por una temporada tendré que reducir radicalmente el uso de la computadora.
Me siento como en aquellos cuentos en los que algún monstruo absorbe el alma por la boca, dejando un cuerpo seco.
jueves, marzo 10, 2011
Ana Mari
¿Sabes? hoy tuve una entrevista de trabajo. La segunda con la misma empresa. La verdad es que no me he esforzado en buscar otras opciones, porque sigo cansada... nuestro trajín de los meses anteriores me agotó en todos sentidos. Hoy tuve el impulso de llamarte después de la entrevista, para darme cuenta fracciones de segundo después, de que ya no tengo a dónde llamarte. Se me hace todo tan extraño... por un lado sé que ya no estás, pero por otro, siento que sigues entre nosotros.
Hago un diálogo mental contigo en el que te platico mi experiencia y tu asientes y me reafirmas:
Nefer: hola ma! cómo estás!?
Mamá: muy bien mi reina, que tal?
N: hoy tuve una entrevista de trabajo! la segunda después de aquella telefónica...
M: y como te sentiste, como te fue?
N: pues me sentí segura y yo pienso que me fue bien, al menos la comunicación fluyó sin problemas con las 4 personas que me entrevistaron hoy
M: y cuándo te dicen si te dan el trabajo?
N: va a tardar, soy apenas la primera candidata bilingüe que han entrevistado, así que tomará poco más de dos semanas para que tomen una decisión, sólo hay otro candidato.
M: ya verás que todo saldrá bien, recuerda que eres mi campeona!
N: ... :) ... sí mamá, estoy segura de que todo irá bien, y si no es con esta empresa, será donde tenga que ser
M: ésa es mija!
N: te extraño mamá...
M: yo también mi reina pero nos vemos en vacaciones
N: ...(oh cruda realidad)...
termina mi diálogo mental de forma abrupta.
El vacío me inunda por unos minutos. Sigo el consejo de aquella masajista (la de la terapia integral), que me decía que me permitiera sentir el vacío, el limbo... fluir con él y trascenderlo... pasan unos minutos, lágrimas recorren mis mejillas. La imagen de tu bello rostro se hace presente en mi pensamiento. Cierro los ojos y alcanzo a ver esos lindos ojazos, y el lunar coquetón junto a tu ojo izquierdo. Tu sonrisa tímida y discreta risa nerviosa como cuando te decíamos que te queremos o alguien te hacía un cumplido. Tu actitud jovial y sencilla, pero fina y distinguida. Tu pudor, tu serenidad y ecuanimidad. Tu ternura y calor. Tus caricias.
Mi mente viaja a aquél momento en el que en lugar de consolarte yo, me consolabas tú. Sentada en aquél sillón, yo hincada frente a ti, me tomabas de la cabeza con tus delicadas y vulnerables manos... recosté mi cabeza en tu regazo y acariciabas mi cabello. "Hija, todo va a estar bien", me decías... "¿qué voy a hacer sin ti?, te decía yo... "tienes que seguir, tu vida sigue... aprovéchala, prométemelo", acariciando una y otra vez mi cabello y mi rostro.
Lágrimas fluyen entre estas inútiles letras. No hay nada que mitigue este dolor. Pero te hice una promesa, y la voy a cumplir. Ya nos seguiremos viendo y mientras tanto te seguiré platicando.
Hago un diálogo mental contigo en el que te platico mi experiencia y tu asientes y me reafirmas:
Nefer: hola ma! cómo estás!?
Mamá: muy bien mi reina, que tal?
N: hoy tuve una entrevista de trabajo! la segunda después de aquella telefónica...
M: y como te sentiste, como te fue?
N: pues me sentí segura y yo pienso que me fue bien, al menos la comunicación fluyó sin problemas con las 4 personas que me entrevistaron hoy
M: y cuándo te dicen si te dan el trabajo?
N: va a tardar, soy apenas la primera candidata bilingüe que han entrevistado, así que tomará poco más de dos semanas para que tomen una decisión, sólo hay otro candidato.
M: ya verás que todo saldrá bien, recuerda que eres mi campeona!
N: ... :) ... sí mamá, estoy segura de que todo irá bien, y si no es con esta empresa, será donde tenga que ser
M: ésa es mija!
N: te extraño mamá...
M: yo también mi reina pero nos vemos en vacaciones
N: ...(oh cruda realidad)...
termina mi diálogo mental de forma abrupta.
El vacío me inunda por unos minutos. Sigo el consejo de aquella masajista (la de la terapia integral), que me decía que me permitiera sentir el vacío, el limbo... fluir con él y trascenderlo... pasan unos minutos, lágrimas recorren mis mejillas. La imagen de tu bello rostro se hace presente en mi pensamiento. Cierro los ojos y alcanzo a ver esos lindos ojazos, y el lunar coquetón junto a tu ojo izquierdo. Tu sonrisa tímida y discreta risa nerviosa como cuando te decíamos que te queremos o alguien te hacía un cumplido. Tu actitud jovial y sencilla, pero fina y distinguida. Tu pudor, tu serenidad y ecuanimidad. Tu ternura y calor. Tus caricias.
Mi mente viaja a aquél momento en el que en lugar de consolarte yo, me consolabas tú. Sentada en aquél sillón, yo hincada frente a ti, me tomabas de la cabeza con tus delicadas y vulnerables manos... recosté mi cabeza en tu regazo y acariciabas mi cabello. "Hija, todo va a estar bien", me decías... "¿qué voy a hacer sin ti?, te decía yo... "tienes que seguir, tu vida sigue... aprovéchala, prométemelo", acariciando una y otra vez mi cabello y mi rostro.
Lágrimas fluyen entre estas inútiles letras. No hay nada que mitigue este dolor. Pero te hice una promesa, y la voy a cumplir. Ya nos seguiremos viendo y mientras tanto te seguiré platicando.
miércoles, marzo 02, 2011
Los labios de Dalí
Sentada en la enorme cama de la habitación principal que no utilizamos en invierno, (resulta imposible dormir aquí, ya que por su ubicación encima del garaje, está helada). Checo actualizaciones en el facebook que ya se me ha hecho rutina de un tiempo a la fecha. Lo hago rápidamente, no quiero caer en las "pequeñas adicciones". Escribo unas breves líneas ahí y continúo con correos en las 4 cuentas diferentes que verifico con frecuencia: una, la cuenta personal de amistades paisanas, la local para comunicaciones de personas conocidas de este país, la que establecí para contactos de trabajo (headhunters y oportunidades de empleo) y por último, la cuenta de correo que está ligada a mi sagrado blog.
Me alegra recibir mensajes, te agradezco estimado lector. He recibido desde respuesta a algunos posts recientes, como a posts muy antiguos. De los antiguos, suelo recibir preguntas sobre qué hacer sobre la intolerancia a la glucosa que les fue diagnosticada. Aunque agradezco profundamente su confianza en contarme sus casos particulares, poco o nada puedo hacer por ustedes. No soy médico. Sólo compartí mi experiencia y síntomas, en caso de que alguien con el mismo sentir tuviera una guía y supiera qué especialista buscar: un endocrinólogo.
Podría compartir la "dieta" o lista de alimentos que me dieron, pero no creo que eso sirva de mucho, ya que el endocrinólogo que vi, toma muestras de sangre de diferentes perfiles, curvas de tolerancia a la glucosa, y con base al diagnóstico final y a tendencia genética, indica las porciones a consumir. Es decir, su tratamiento es personalizado.
Mi mente rastea la habitación mientras mi mente viaja en el limbo... pienso en mamá, le doy los buenos días mientras observo la botella de perfume de Dalí, sí, ésa... la de forma de labios. Cierro los ojos, pienso en ti. Estás accesible en alguna parte del universo, te doy un beso. Te extraño mamá.
Me alegra recibir mensajes, te agradezco estimado lector. He recibido desde respuesta a algunos posts recientes, como a posts muy antiguos. De los antiguos, suelo recibir preguntas sobre qué hacer sobre la intolerancia a la glucosa que les fue diagnosticada. Aunque agradezco profundamente su confianza en contarme sus casos particulares, poco o nada puedo hacer por ustedes. No soy médico. Sólo compartí mi experiencia y síntomas, en caso de que alguien con el mismo sentir tuviera una guía y supiera qué especialista buscar: un endocrinólogo.
Podría compartir la "dieta" o lista de alimentos que me dieron, pero no creo que eso sirva de mucho, ya que el endocrinólogo que vi, toma muestras de sangre de diferentes perfiles, curvas de tolerancia a la glucosa, y con base al diagnóstico final y a tendencia genética, indica las porciones a consumir. Es decir, su tratamiento es personalizado.
Mi mente rastea la habitación mientras mi mente viaja en el limbo... pienso en mamá, le doy los buenos días mientras observo la botella de perfume de Dalí, sí, ésa... la de forma de labios. Cierro los ojos, pienso en ti. Estás accesible en alguna parte del universo, te doy un beso. Te extraño mamá.
lunes, febrero 28, 2011
... :)
Finalmente me eché un clavado a la cama a la una de la mañana. Dormí a pierna suelta. El faraón se despidió de mi con el beso de los buenos días a eso de las 7. Seguí durmiendo. A las 10, me despertó el teléfono:
bocina: Buenos días! (una voz energética) con Nefer por favor...
Nefer: sí, ella habla (con voz despierta de sopetón)
bocina: habla *** de la compañía *** ... tengo entendido que usted y *** tuvieron una conversación satisfactoria en la entrevista telefónica y llamo para saber su disponibilidad para una segunda entrevista en la que conocerá al equipo con el que estará trabajando. Le parece mañana a las 10 de la mañana?
Nefer: (con la boca abierta, incrédula), sí! (con energía) mañana a las diez está perfecto.
bocina: perfecto!, hablaremos unos 15 minutos para afinar detalles.
Así que desperté de porrazo durante la llamada. Ahora, sólo a iniciar con la rutina de éstos últimos días... hacer los que-haceres domésticos, preparar alimentos e ir a la clase de baile por la tarde.
bocina: Buenos días! (una voz energética) con Nefer por favor...
Nefer: sí, ella habla (con voz despierta de sopetón)
bocina: habla *** de la compañía *** ... tengo entendido que usted y *** tuvieron una conversación satisfactoria en la entrevista telefónica y llamo para saber su disponibilidad para una segunda entrevista en la que conocerá al equipo con el que estará trabajando. Le parece mañana a las 10 de la mañana?
Nefer: (con la boca abierta, incrédula), sí! (con energía) mañana a las diez está perfecto.
bocina: perfecto!, hablaremos unos 15 minutos para afinar detalles.
Así que desperté de porrazo durante la llamada. Ahora, sólo a iniciar con la rutina de éstos últimos días... hacer los que-haceres domésticos, preparar alimentos e ir a la clase de baile por la tarde.
domingo, febrero 27, 2011
Casi media noche...
... y heme aquí viendo "The Lost Room", que renté de la biblioteca local. El faraón se retiró a los aposentos hace un par de horas y yo sin sueño. Con la presión de encontrar trabajo y sin ganas de buscarlo. No me siento lista. Creo que intentaré dormir. Ya han sido demasiadas desveladas desde hace no sé cuantas noches.
jueves, febrero 24, 2011
Flashback...
Estábamos donde el doctor... habías tenido náusea todo el día. El Dr. indicaba que debíamos comprarte una especie de polea para no sé qué tratamiento. La peque, insistía en que te compráramos la música que pedías. Yo indignada le decía a la peque que existían prioridades y que la polea importaba más que la música para continuar con el tratamiento. Bajaba yo entonces desde la oficina del doctor. Ustedes utilizarían el ascensor y mientras tanto yo me trepaba en aquél barandal y bajaba como los bomberos.
Estando abajo, le rogaba a la peque que fuéramos a comprar la polea. Ella insistía en que la tienda estaba cerrada, que mejor mañana. La peque quería ir por la música. Sin comprar ni música ni polea, te llevábamos a a casa. Tu casa, la de Justo Sierra, que curiosamente se encontraba en una colonia totalmente distinta. La casa era la misma fachada, pero como esquinada y en ángulo. La calle era distinta.
Caminábamos hacia la casa... comenzabas a caminar más despacio y a tambalearte... te doblabas hacia el frente y comenzabas a vomitar. El vómito traía consigo un líquido verde. Yo observaba con terror, la peque en lo suyo (?) y tu como podías llegabas hasta el portón de madera, te asías de argolla y empujabas la puerta.
Un sollozo me despierta y un sentimiento de desesperación. Sí... era una pesadilla... pero despierto a otra pesadilla: ya no estás con nosotros.
Estando abajo, le rogaba a la peque que fuéramos a comprar la polea. Ella insistía en que la tienda estaba cerrada, que mejor mañana. La peque quería ir por la música. Sin comprar ni música ni polea, te llevábamos a a casa. Tu casa, la de Justo Sierra, que curiosamente se encontraba en una colonia totalmente distinta. La casa era la misma fachada, pero como esquinada y en ángulo. La calle era distinta.
Caminábamos hacia la casa... comenzabas a caminar más despacio y a tambalearte... te doblabas hacia el frente y comenzabas a vomitar. El vómito traía consigo un líquido verde. Yo observaba con terror, la peque en lo suyo (?) y tu como podías llegabas hasta el portón de madera, te asías de argolla y empujabas la puerta.
Un sollozo me despierta y un sentimiento de desesperación. Sí... era una pesadilla... pero despierto a otra pesadilla: ya no estás con nosotros.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)