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viernes, octubre 07, 2011

Vestida y alborotada

Si lo pienso mejor, todo fue muy loco y muy a la carrera: un tío hindú al teléfono el miércoles, al que casi no pude entender por el pesado acento. Quería que en media hora me entrevistara con uno de los socios de aquella empresa, a la que jamás le comprendí como se llamaba. Tuve la entrevista con otro hindú al que no entendí ni "j" y a lo que entendí contesté, comentándole en repetidas ocasiones que volviese a formular las preguntas, porque definitivamente no entendía nada de lo que hablaba. Momentos después, el anterior tío volvió a llamar para decirme que alguien que se encontraba en India me llamaría para una segunda entrevista.

Como diría mi papá "Lotería!" éste tío tenía un inglés decente, aún no comprendí el nombre de la empresa, me dijo que se ubicaba en la India, pero que tenía gente laborando desde Europa y que yo sería su segundo contacto en los Estados Unidos. Que trabajaban con "varios" clientes estadounidenses y que me necesitaban para un proyecto en Latino América. Me dijo la naturaleza del proyecto y que visitaríamos tres países: Argentina, Venezuela y Colombia.

Me dio las gracias por haber contestado a sus múltiples llamadas en tan poco tiempo, me preguntó si estaría interesada en una posición permanente en la ciudad local, trabajando de forma remota y reportándole de forma virtual. Todo se me hizo muy extraño, pero con tantos meses sin chamba, la Nefer está llegando a niveles de desesperación.

El tío dijo que investigaría si requiero de visas, etc. y que pronto alguien se pondría en contacto conmigo. El primer tío me llamó para saber cómo había estado la entrevista. Al comentarle lo anterior, me dijo que investigara si requiero de visa y que le mandara la respuesta via correo electrónico.

Le comenté no tenía su correo, que me lo diese. "Te enviaré un correo para que lo tengas"... desde entonces, no he recibido correo alguno, ni llamada alguna. Una forma muy desorganizada y extraña de trabajar, la de estas personas. Cómo es que sabiendo que tienen un proyecto en LA no tienen la decencia de con tiempo entrevistar a las personas y cumpliendo su palabra. En fin, es todo un enigma, un misterio. Ni siquiera sé el nombre de la empresa que me entrevistó, ni correo electrónico, ni teléfonos, ni el nombre de los susodichos, me lo dijeron en repetidas ocasiones y aunque lo deletreaban, no entendí ni jota. No sé quién es más pelma, si ellos o yo.

No, no tengo identificador de llamadas y desafortunadamente las llamadas las recibí en teléfono casero y no celular. Ni hablar, eso me enseña una vez más que no importa qué tanta atención ponga a éstos tíos... tendré que tener más cautela la próxima vez.

El proyecto comenzaba la siguiente semana. Sin duda no creo que me consigan visa para aquél país en un día. Así que no creo que me vuelvan a contactar.

*** post scriptum... pues que siempre sí... empiezo el 17 de éste.

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