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lunes, junio 13, 2011

Flor arácnida

Me encontraba en casa, aunque desconocida para mí, era mi hogar. En alguna parte andaba mamá... mientras, yo caminaba por el jardín con algún familiar, tal vez un sobrino o mi hermana. Tenía como mascotas una tarántula ojona, peluda y patona. También, un cangrejo al que en el sueño llamaba yo tarántula cangrejo.
Observando con temor a la tarántula peluda, sus veinte mil ojos se posaban sobre mí. En ese momento me dio compasión y decidí soltar a ambas criaturas, las dejé libres en la jardinera.

El cangrejo se lanzó a mi pierna salvajemente y mi reacción fue arrancarle un pedazo de cascarón. La tarántula patuda sin embargo, tornó su pelaje y patas en pétalos negros aterciopelados que oleaban con la brisa.

Desperté. Dado que siempre tuve una extraña repulsión y temor a los arácnidos, aquél peludo bicho había despertado en mi un amor infinito. Sigo incrédula.

1 comentario:

babik dijo...

tal vez por que hay dos cosas que te preocupan, y la que más lo hace, es la menos problemas dará,(y probablemente te de satisfacciones) y la que aparenta ser inocente, es la que atacará.

bueno traducción libre :)

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