Finalmente me eché un clavado a la cama a la una de la mañana. Dormí a pierna suelta. El faraón se despidió de mi con el beso de los buenos días a eso de las 7. Seguí durmiendo. A las 10, me despertó el teléfono:
bocina: Buenos días! (una voz energética) con Nefer por favor...
Nefer: sí, ella habla (con voz despierta de sopetón)
bocina: habla *** de la compañía *** ... tengo entendido que usted y *** tuvieron una conversación satisfactoria en la entrevista telefónica y llamo para saber su disponibilidad para una segunda entrevista en la que conocerá al equipo con el que estará trabajando. Le parece mañana a las 10 de la mañana?
Nefer: (con la boca abierta, incrédula), sí! (con energía) mañana a las diez está perfecto.
bocina: perfecto!, hablaremos unos 15 minutos para afinar detalles.
Así que desperté de porrazo durante la llamada. Ahora, sólo a iniciar con la rutina de éstos últimos días... hacer los que-haceres domésticos, preparar alimentos e ir a la clase de baile por la tarde.
2 comentarios:
¡Que bueno!
:)))))))))))))
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