"¿Cómo llegué aquí?" - me preguntó con su tierno rostro afilado y con una expresión de desconcierto y preocupación...
"Má, me pediste que te trajera", "¿qué tienes hija, estás enferma?", "no má, no he dormido nada... sólo estoy cansada".
La encamino de regreso del baño a la cama. Ésta parece incomodarle, como si fuese su enemigo y me enfatiza con la mirada que mejor la acomode en aquél sofá para las visitas.
Acomodo la sábana, sus cojines y la ayudo a sentarse en el sofá.
"Apaga la luz hija". Momentos más tarde, se queda mirando fíjamente hacia la ventana. "Hija, ¿cómo llegué aquí?", "Cómo mamá... no te entiendo" - le contesté agotada... ya dos noches sin dormir, me está empezando a convertir en una especie de zombie.
"¿Qué hacemos en casa de tu tía Conchita?" - desorientada, "Má, estamos en el hospital..." - desconcertada...- "¿por qué hija? ¿estás enferma?" - viéndome con ternura y preocupación. Pensé que su sentido del humor había despertado cuando el ausente sueño danzaba en la noche, pero yo ya desesperada de no dormir, le recordé "Má... estás malita, estamos en el hospital. Hoy te pusieron tu primera quimio".
Sollozando me pidió que prendiera la luz, que no sabía dónde estaba, que tenía miedo.
Prendí la luz, la abracé y le dije que todo estaría mejor. "Ya llevamos dos noches sin dormir má... por eso nos sentimos como en Saturno. No te preocupes, vamos a dormir".
2 comentarios:
ay nefer... les mando mucho cariño. aunque solo nos conozcamos virtualmente, se me apachurra el corazón de leer lo que están pasando.
xoxo
gracias nor
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