Páginas

viernes, julio 25, 2008

Helado

Recuerdo que de niña, me daba por desear el helado del prójimo, sin importar la causa, que en la mayoría de las ocasiones, era prescripción médica y lloriqueaba y deseaba enfermarme como aquél para tener acceso a tan delicioso postrecito en la infancia.

Ahora, ya no me importa tanto, se me sigue antojando y si me da la gana voy y lo compro y me lo zampo. El caso es que el roomie tuvo cirugía y tendrá que comer heladas por al menos dos semanas -mismas que estará fuera de circulación-. Se me antojan, pero ya no es aquél deseo de lo prohibido, del "se lo tengo que quitar a escondidas" que le resta todo el chiste al asunto.

1 comentario:

Space Panda dijo...

y cuantos roommates viven contigo? (si eres la unica, le va a quitar emocion a adivinar quien se lo fue robando a escondidas)...

y quitando el antojo de lo prohibido, que antojo es ahora?

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...