
Y salí huyendo del pueblo donde vivimos, aunque lo llamen ciudad es un vil pueblo. Pero bueno... debido a que se acerca la segunda tormenta de hielo, precavidamente salí al mediodía para llegar al departamento. De otra manera, habría quedado atrapada en casa hasta el martes y de paso, tal vez mi chamba correría peligro.

Así que cargamos gasolina, llenamos unos cuantos galones para el generador y nos despedimos con besos llenos de estalactitas, él camino a casa y yo al departamento.
He aquí una pequeña muestra de cuando empezaba, ahora el hielo está como unas 2

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