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jueves, noviembre 22, 2012

Peso muerto

Hoy en la tierra del nuevo color y de los 4 años más, se celebra el día de Acción de Gracias.

Como es la costumbre, compramos un pavo orgánico y me dí a la tarea de prepararlo.

Sacóle de su envoltorio, lavóle y al tratar enderezarlo para rellenarlo, no lograba cargarlo. Se resbalaba de mis manos y lo sentía incontrolable. En fracciones de segundo, mi mente se transportó al día en que mamá dejó su cuerpo. Entre la peque y yo, la estábamos cambiando para que se la llevaran a la funeraria, cuando de nuestros brazos, su cuerpo se resbaló de entre nuestras manos. Tenía dos veces su peso y sus extremidades ya no se acomodaban donde las dejábamos. Incontrolable. El recuerdo fue fugaz y en ese fugaz momento, lloré lo que hace muchos meses no había logrado.

Con el pavo tendido de costado en el fregadero, traté de traer mi mente al presente... recordé entonces la última vez que entre mamá y yo cocinamos un pavo de Acción de Gracias, cuando nos vino a visitar hace seis años.

A unas cuantas horas después de cocinarlo y cenar, mi espalda me mata. Creo que es el peso de aquél peso muerto, más el peso muerto del pavo, más el relleno. Estoy agotada.

Imágen tomada de internet
Felíz Acción de Gracias a quien lo celebre. Para mí, sólo una ocasión de cocinar lo inusual y compartir con el faraón sus costumbres. Por primera vez en mucho tiempo, estoy en casa en esta fecha. Siempre había estado de viaje desde que nos mudamos al norte del país.

lunes, noviembre 12, 2012

Impermanencia

Se dice que los 40s son los nuevos 20s... y sí... al menos en mi caso como que me ha dado un segundo aire, aunque me gustaría tener más energía de la que actualmente tengo.

Las clases de baile me han mantenido a flote, han ayudado a mover cualquier estancamiento físico, dándo paso al vaivén emocional, en el que lo que me atormentaba en el pasado, ahora ya no importa. Nuevas formas de pensamiento han proliferado en mi mente... en el caos que me invadió a raíz de la enfermedad y muerte de mamá, logré hasta cierto punto y al fin, encontrar la paz.

Re direccioné velas en el lento oleaje de la confusión, aceptando la impermanencia de todo: dolor, ausencia, desempleo, enfermedad.

Ahora, después de dos veces de decir no, regresaron los de aquéllas lejanas tierras de nuevo ofreciendo trabajo de tiempo completo, hasta cierto punto con mis condiciones. Un proyecto en la ciudad vecina, viajes no tan frecuentes, prestaciones decentes. Prometedor. No me dejo deslumbrar esta vez. Ya los conozco, sé de sus informalidades, su forma de operar. Pero ya no protesto. Más bien le doy paso a la fluidez.

Fluiré con esta nueva oportunidad de empleo, en lo que concluyo con mi certificación... para darle paso a las nuevas oportunidades que vengan en puerta el próximo año. Estoy segura de que las cosas cambiarán... sí... por que sé que NADA es permanente y que yo puedo configurar mi destino con las pequeñas decisiones que tome cada día.

Hoy decidí descansar. Después de las dos últimas semanas que hasta cierto punto me agotaron, decidí descansar de todo y de todos. Me deshice de un dolor insoportable de cabeza y mañana afortunadamente será otro día.

Otro día para crear, configurar mi destino con la creatividad que me venga. Aún tengo por lo menos esta semana y la que viene para disfrutar de los últimos momentos de "celibato laboral".

Vientos soplan fuerte, pero con esos vientos siempre vendrán mejores oportunidades.

lunes, octubre 29, 2012

Deliberadamente sin título

Día gélido. Inicio del día, temprano. Ánimo, mejor que ayer.
Efectos del aburrimiento: rediseño del blog.
Recuerdos que no afectan después de la purga mental de ayer.
Anillazo del dedo anular sigue en recuperación, posible cirugía.
Actividades pendientes por hoy: estudiar y bailar.

Por primera vez en 10 años de estancia en la tierra de los "número uno", estaré en casa para el famoso "Halloween". Aunque no te entusiasmes, no estaré en casa. Estoy localmente, pues en años anteriores me encontraba viajando fuera del país en estas fechas. El día preciso y a la hora precisa donde desfilan los niños a por dulces, estaré bailando.

La purga de pensamientos continúa. Éste, me seguirá sirviendo de muro de las lamentaciones. Lamento lector, si en búsqueda de algo útil, sigas leyéndo mis letras inútiles :-)

A continuar...

domingo, octubre 28, 2012

Ducha

Recuerdo la primera vez que la bañé. Nos encontrábamos en aquél hotel en la ciudad potosina. Me metí con ella a la ducha. Ella se encontraba muy débil pero aún podía caminar. Mientras la enjabonaba, no logré controlar mis emociones y comencé a llorar, terminando por abrazarla. "¿Por qué?, ¿por qué?"... era lo único que salía de mis labios entre sollozos. Mamá permanecía en silencio, como si estuviese en trance.

Con la progresión de su enfermedad, vino la silla de ruedas... la silla para el baño y para bañarse. Como ahora nos encontrábamos en un departamento arrendado, le pedí al dueño que instalara aquella regadera con extensión que había comprado.
Desvestía a mamá, la cargaba con la adrenalina que hoy no sé de dónde salía. Lograba sentarla en aquella silla... y con las ruedas, la empujaba hasta el baño. Le pedía que por favor lograra mantenerse en pie, en lo que yo colocaba la otra silla en la regadera. Era todo un malabar... mantener la puerta cerrada para que no le llegaran corrientes, pues después de una quimio, el sistema inmunológico está sumamente vulnerable. La enjabonaba, la enjuagaba y la ayudaba a secarla y a vestirse. La cambiaba de silla y la llevaba a su habitación.
Cuando dejó de sostenerse por su propio pie, nos asistía la mucama. Después ya eran baños de esponja.

Recuerdo la última vez que la bañé. Habíamos regresado de su última aventura. Ahora entre los tres (mis hermanos y yo), la cargábamos de la silla de ruedas a la cama. Corrí al baño y con dos palanganas llenas de agua caliente - una para enjabonarla y la otra para enjuagarla - mi hermana me susurraba que no lo hiciera, "que estaba en las últimas"... regresé al cuarto. Mientras le pedía a mi hermano que saliera, entre mi hermana y yo rápidamente y a pasos la bañaba. Después entre los tres, cambiamos las sábanas como nos habían enseñado en el hospital. Mientras ella permanecía recostada, unos la sostenían mientras yo ponía las sábanas de media cama. Luego rodábamos a mamá hacia el lado tendido y yo continuaba con el tendido con las sábanas limpias.

 Cada mañana, cuando pongo un pie en la regadera, no dejo de pensar en esos momentos. Recuerdo su piel, su olor, su cabello, vulnerabilidad, amor, temor, cansancio, tristeza... Mi mente se pierde en aquella esponja, mientras tallo mis extremidades con amor, pensando que en estas células mamá aún sigue aquí... y corre el agua mientras me enjuago.

Cada mañana, cuando tiendo las camas, me quedó la manía... desdoblo las sábanas limpias, cubro mitad de la cama mientras desdoblo y corro al otro lado para tender lo que falta. Tal vez por que en mi mundo ilusorio deseo que mamá esté en esa cama.

martes, octubre 16, 2012

3a. Edad gana esta vez

Un tío jubilado y con + experiencia que yo,... me voló el proyecto buuuuu ni modo, vejez mató juventud esta vez...

jueves, octubre 11, 2012

Agencia central de inteligencia

Foto: internet
Con la creciente ola de desempleo, andaba por la ciudad. Entraba al tour de la CIA y me colaba a la oficina de empleo. Llenaba formatos, entregaba fotografías, para posteriormente darme mi nueva identidad. Un nombre rarísimo y una firma que tendría que aprender a "caligrafear". Me daba cuenta que no me había salido la firma y con temor a "regarla" en futuras asignaciones, pedí que me regresaran mi expediente. "Lo siento Nefer, se tienen que ir para aprobación y para ser ingresados en el sistema de protocolos". Yo ponía mi cara de desesperación y la agradable asistente, me decía que OK. Me dio el folder con mis documentos y me pidió que los entregara antes del anochecer. Corregía la firma y entregaba los documentos.
Después caminaba por donde sería el tour y un estrés y ansiedad me inundaban el alma: "¿por qué entregué mis datos?, ¿quién sabe para qué posición me vayan a dar trabajo!?, ¡me van a investigar hasta las manitas y descubrirán mi blog y tendré que cerrarlo!... tengo que regresar por el expediente, mejor no quiero trabajar aquí...".

Me la pasaba en pasillos, luego me encontraba con mamá, veía situaciones pero no escuchaba voces...

Desperté con el pantalón empapado. No era sudor, me estaba desangrando. Aunque me había preparado la noche anterior, las precauciones fueron insuficientes para esta masacre.
Foto: Internet
Débil de un brinco, pasos largos y en puntitas llegué al baño, hice un striptease, lavé aquél desastre y me metí a bañar.
Me encapuché hasta la nariz y me fui a bailar. Sí. El clima en Octubre no se supone que sea tan gélido. Me fui sin desayunar. Terminé la clase de baile, luego al quiropráctico y acabo de regresar, desayuné tarde, pero ahora me siento un poco mejor. Sigo con dolores extraños por doquier, espero que cedan en los próximos días.

martes, octubre 02, 2012

Aurora austral

Caminaba como parte de una larga procesión hacia la punta sur del globo terráqueo. Al parecer estaba ahí por cuestiones de trabajo, pero caminábamos entre montañas y a la orilla de un largo río.
Era de noche y el universo se veía de mil colores. La noche estrellada y una ola de luz de colores se reflejaba en el cielo y en el río.
Desperté brevemente. Volví a cerrar los ojos... me encontraba en un auto. Mi hermana conducía, yo iba de copiloto y sus tres pequeños iban en el asiento trasero. Mi hermana vociferaba mientras yo en silencio y con tranquilidad la observaba y escuchaba. No hacía caso de sus palabras, sino de su reacción... era un dolor profundo, tratando de maquillarlo con aquella coraza de niña fuerte que no llora, pero que por dentro se está desmoronando. Le pedí que se tranquilizara, que yo conduciría. Íbamos hacia un parque de diversiones. En realidad era más como un centro comercial... caminábamos por estrechos pasillos porque veríamos aquella aurora, la misma que yo había visto antes, pero en esta ocasión en una simulación hecha por Disney. De repente, mamá aparecía detrás de nosotros. Se acercaba e indicaba que tenía un resfriado, que no se sentía muy bien, pero que había tomado un trago de tequila para quitar la gripe. Yo preocupada pensaba en aquellos círculos en el hígado. Mamá caminaba despacio... notaba que se sentía muy mal, pero nos seguía. Yo la sostenía del brazo y la animaba a subir aquellos peldaños para continuar en todos aquellos pasillos y en el horizonte se comenzaba a ver aquella imagen del principio del sueño...
Mientras caminaba, pensaba en que por cuidar a mamá, no podría volver a aquella procesión.
Frente a nuestros ojos, el universo en todo su esplendor y la aurora ondeando en el cielo, que en realidad ondeaba en el techo de aquél simulador. Casi al llegar al final, no era mi linda madre a la que yo detenía por el brazo, era mi abuelita linda. Llegábamos a los asientos finalmente.
Me despertó el faraón con un beso en la frente y deseándome un bonito día. Colocó a Señor Perro en mi cuello y como si fuese yo una chiquilla, me dijo... "cuida a Señor Perro".