A las 7.35am tomé el camión y disfruté de una ruta verde. Me sentí emocionada, como cuando de niña por primera vez iba al colegio, es una genuina felicidad que no puedo describir, tener el tiempo de verdaderamente disfrutar de una ruta, sin estar concentrado al volante, ni estar mentando mandarinas a otros locos conductores... las caras largas de los ya acostumbrados pasajeros y el monitor interior con las noticias del día, que completamente ignoré porque el verde del paisaje me tuvo embobada. Cruzamos el río Cincinnati y en un abrir y cerrar de ojos, nos encontrábamos los pasajeros de esta nave en el corazón de Downtown Cincinnati. La cuarta, es mi parada... me dejó a las 8:07am justo a la entrada del edificio que será mi futuro trabajo a partir del lunes.
Me dí a la tarea de estudiar el sitio, entrar al edificio (porque es como un centro comercial con vericuetos y en una esquina "vericuetosa" -valga la redundancia- hay ascensores divididos, que van del piso 1 al x y otros del x al x (no recuerdo el número exacto de pisos). Mi chamba está en el piso 12.
Después me puse a merodear por el centro comercial, cuyas tiendas aún cerradas, estaban iluminadas por dentro y se podía apreciar a la gente acomodando anaqueles y aparadores. Localicé algunos lugares para comer y luego salí a ubicarme a unas cuadras a la redonda con mapa en mano. Aunque ya había estado en Cincy para entrevistas, no había puesto mucha atención a ubicaciones. Pero esta ciudad no es tan complicada.
Me quedan cerca algunas galerías de Arte y museos, así que tal vez me pueda dar una paseada entre semana a la hora de la comida o a la hora de la salida, depende como se den las cosas.
Con calma, busqué un Starbucks para echarme el primer café del año o al menos, uno de los primeros (no recuerdo si ya había estrenado el año con café... traté de dejarlo y lo logré, pero se me antojó muchísimo).
En mi trotar, me topé con 5 indigentes... a un sr. de edad avanzada le di un pequeño donativo y proseguí con mi andar. Pasé por el Starbucks pero me seguí de largo para continuar reconociendo la zona y a la entrada, en una de las banquitas de la acera, estaba sentada una sra. de la edad de mi mamá, con los ojos llorosos y un letrero que decía "Homeless, jobless, need money for bus"... sentí una extraña vibra cuando pasé cerca de ella. Le sonreí y me siguió con la mirada... seguí mi camino. Me topé con otros 3... pasé a comprarme unas "curitas", porque con la carrera de que no se me fuera el último camión, salí de casa disparada y olvide calcetines o tobimedias para proteger mis pies. Me llené de ampollas... compré una cajita y me parché los dos pies tanto talones, plantas y costados del empeine. Seguí mi curso. Encontré un restaurante griego al que le eché el ojo, claro que no abrían hasta la hora del lunch.
Regresé al Starbucks, porque mi estómago pedía alimento y café. Rompí mi ayuno de glucosa comprando una rebanada de pan de mármol y un "latte" descafeinado. Todas las mesitas estaban ocupadas... al menos a simple vista, cuando encontré una pequeña mesita junto a la ventana vacía... al parecer alguien se acababa de ir. Me senté y esperé el café... escuché mi nombre y fui a por él.
La conversación de al lado era inevitablemente intrusa, así que sólo escuché... era un abogado muy joven que hablaba de su esposa que es escritora y que tenía un contrato con un editor. Estaba próxima a publicar su primer libro... la otra chica, lo escuchaba mientras él hablaba y hablaba (como buen abogado)... la plática se tornó frívola... yo miraba hacia la ventana y la chica pensaba que yo la miraba a ella, pero en realidad miraba a aquella señora sin hogar... algo en ella despertó más que curiosidad, algo muy extraño, como si fuese un imán. Decidí darle algún dinero y saber hacia donde se dirigía.
Terminé mi pan y café, tiré la basura al bote y salí de aquél lugar viendo hacia mi objetivo... me acerqué a ella y le pregunté que a donde se dirigía... después de darme una enorme sonrisa, me dijo que en realidad todavía a ninguna parte. Vive en un refugio para mujeres maltratadas, le habían conseguido apenas un trabajo y como yo, comenzaba a trabajar el lunes. Desafortunadamente en el refugio no les daban ayuda de transporte y estaba en ceros. No tenía un quinto para transportarse y su paga sería hasta fin de mes.
Era gordita no mucho, el cabello casi blanco, sin dientes y las mejillas muy coloradas, los ojos rojos e hinchados de tanto llorar y a pesar de su tristeza, se notaba a leguas una personalidad positiva. Procedió a contarme entre sollozos y lágrimas que su esposo era veterano de vietnam y había dejado de tomar sus medicamentos (me imagino que antidepresivos, no dijo detalles) y que la golpeaba, hasta que decidió denunciarlo y salirse de su casa. Perdió todo, trabajo, casa y fue a dar a aquél refugio. Una compañía de telefonía habló al refugio para ofrecer plazas disponibles de servicio al consumidor y ella fue una de las afortunadas en ser aceptada.
Le dí unos cuantos verdetes y le dí mis mejores deseos, se desbarató en atenciones, me dijo donde estaría trabajando (a x número de cuadras) y le dije que tal vez nos encontraríamos en un futuro, porque yo también estaría trabajando en la zona. Nos despedimos y seguí con mi camino.
Decidí a ir a la oficina del TANK para informarme más sobre los pases mensuales, semanales y en la misma oficina estaba METRO en donde vendían las "tokens" que son unas diminutas moneditas perforadas del centro, con el valor de una ruta $1.50 y que te llevan a varias rutas dentro de la ciudad de Cincinnati y zonas aledañas.Compré un cuadernillo para el TANK y sólo 10 tokens, pues en realidad las utilizaría para en las tardes subir a la chamba del roomie para que me diera aventón de regreso los días que saliera tarde, puesto que el último autobús de regreso a casa sale a las 5:50pm.
Después de mi recorrido, pateé algunas cuadras al norte y fui a dar con una tienda donde venden todo lo que necesita el estudiante de arte, diseño y escultura... compré algunos plumones y vi un restirador que había encontrado por internet y al que le traigo ganas.
Decidí tomar el METRO para ir al trabajo del roomie, hora de la comida, se me adelantó y me dijo que pasaría por mi para ir a comer... ni comí, fuimos a su cita de acupuntura, lo esperé en el auto y de regreso, como tenía él una entrevista para una promoción, no paramos a comer, fue directo a su oficina y tomé otro bus de regreso hacia el centro para ir a un salón a cortarme el cabello *que se me cae a puños* y porque me tardo una eternidad en arreglarlo al traerlo tan largo... lo cortaron bastante... :

Resultados: hoy que me bañé, fueron 10 minutos menos y secada-peinada en 5 min. + 5 mins. retoque de cara... lista para maximizar mi tiempo en mi futura cercana y nueva rutina.
A las 5.25pm tomé el TANK de regreso a casa, éste sí me dejó a la entrada del fraccionamiento a las 5:59pm.