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domingo, abril 10, 2011

Ok

Después de unas cuantas horas de "jugar" con mi diseño, no pude poner el tipo de letra que quería al título de mi Blog, no sé por qué no se deja.

Incluí algunas monerías estimado lector, así que si te gusta mi sitio ahora me puedes "seguir", puedes dejar tu opinión en la encuesta a la derecha y si tienes sugerencias, échame un pergamino o comenta en este "post".

Para variar tengo insomnio, hoy tooodo el día he sentido un ligero problema de respiración con el que empecé hace casi un año, justo una semana antes de una cirugía en Abril del año pasado. Como si no pudiese llenar los pulmones. Los médicos que me vieron a partir de ese entonces, todos coincidían en que era ansiedad. Lo curioso es que justo cuando mamá falleció, se me quitó por completo y acaba de regresar. Muy pronunciadamente el día de hoy. No sé si tenga algo que ver con alergias "estacionales" o por la humedad del ambiente. El caso es que es súmamente incómodo y no puedo pegar ojo.

Mientras el faraón veía que árduamente me enfocaba al diseño de mi "pequeño" blog, me preguntó si ya posteé mi Currículum Vitae en línea. No entiende que le he dicho un millón de veces que lo haré a partir de la semana entrante. Pero bueno. No me gustan las presiones.

martes, julio 19, 2005

Big Bang

Todo sucedió un día de febrero de algún año entre la generación de los "baby boomers" y la generación "X", si es que existe un "in between". Aterricé de noche en tierras nopaleras, por lo que pobre de mis padres, no pudieron dormir de semejante desvelón. Decían que nací berrinchuda, porque mi mamá llevaba horas sin comer. Sí, como tapón de sidra. De buena suerte que la partera me cachó y no me precipité contra el suelo o la pared.
Desde entonces crecí en lo que normalmente se conoce como "la familia felíz".
Ahhh, uno no sabe en la que se mete, cuando se le ocurre llegar de la dimensión desconocida a ésta que conocemos como vida.
A los dos años andaba como macaco, trepándome por todas partes y definiendo paso a paso lo que sería mi destino. A los cinco o seis años, el síndrome del chango me llevó hasta el gimnasio, donde veía a mi hermano renegar de la gimnasia olímpica y a la vez, contagiándome del entusiasmo de las niñas al realizar diferentes "tablas" gimnásticas.
De los cinco a los siete, en el gimnasio patito para que en uno de esos días de campo en el bosque de Chapultetrepo, mientras mi entrenadora oficial me daba mis rutinas, conocimos la existencia del inde. Fueron dos años de entrenamientos forzosos a sol y sombra, lo cuál me valieron algunas medallitas y un viaje de entrenamiento de verano a las tierras draculinas de la diva de aquellos tiempos...
Pero bueno, ahh... bellos recuerdos que se irán desenmarañando...