Páginas

miércoles, junio 12, 2019

Sobreviviendo al cáncer

Buenas tardes estimado lector.

Tengo tiempo de no venir a derrochar letras en este pobre y abandonado blog.

Hoy ha sido un día oscuro para mí. A pesar de que sacaron aquél intruso que llevaba en uno de mis senos, y que no requeriré de quimioterapia (por lo cual estoy muy agradecida, eso sí), tendré que tomar por los próximos 5 años una pastilla para prevenir que el intruso regrese.

Esto es lo que me tiene un tanto inquieta. Pienso que después del cáncer, nada regresa a la normalidad. Ambos brazos ligeramente hinchados con la actividad cotidiana (por la extracción de nódulos linfáticos), pérdida de memoria inmediata, falta de concentración, insomnio, sudores nocturnos...

Luego, está el trabajo. Sí, aquél lugar virtual al que pertenezco y con el cuál viajo cuando el proyecto así lo requiera.

Tras 2 largos meses de ausencia, regresar a trabajar ha sido una de las labores más difíciles (entre las más primordiales, como limpiarse el trasero y rasurarse las axilas).

No sólo mi estado mental en estos momentos es deplorable, mis prioridades están sufriendo un ajuste astronómico. Pienso que estoy llegando al final del ciclo en este trabajo. Después de un profundo análisis, caigo en cuenta de que lo que busco en un trabajo, la empresa no lo tiene.

Día 3 en el trabajo y aún me siento perdida. Pero a seguirle taloneando que en una de esas encuentro el camino adecuado.




4 comentarios:

Animal de Fondo dijo...

Querida Nefer, ahí vamos rodando en esta bolita del mundo, dándonos algún golpe de vez en cuando con tanta vuelta; pero aquí estamos todavía. Creo comprender que, en tus circunstancias, las prioridades habrán de cambiar. Y seguramente nos adaptaremos a ese cambio. En este trance y en todos lo que más nos importa son los afectos. Con ellos casi todo se puede sobrellevar.
No sé si habrás leído el último poema de "El jardinero", de Tagore, que tradujeron Zenobia y Juan Ramón. Te lo copio:
"Tú, que no sé quién eres; tú, que lees estos versos míos que tienen ya cien años, oye:
No puedo ofrecerte una sola flor de todo el tesoro de la primavera, ni una sola luz de estas nubes de oro. Pero abre tus puertas y mira; y coje, entre la flor de tu jardín, el recuerdo oloroso de las flores que hace cien años murieron.
¡Y ojalá puedas sentir en la alegría de tu corazón la alegría viva que esta mañana de abril te mando, a través de cien años, cantando dichosa!" El Jardinero, 1913
La ortografía es la original de Zenobia y Juan Ramón (coje)
Un abrazo, Nefer.

Anónimo dijo...

hola nefer, desde hace tiempo quería venir a la piramide, pero se me va el avion siempre (y no es efecto secundario de nada, lo cual no se si es bueno o que)... y, sabes? el venir aca es como una isla, no importa lo crudo, cotidiano u onírico que sea el relato, el estar en esta realidad alterna, y leerte, me remite a un tiempo que añoro. pues sí, es como una isla.
te mando un abrazo, y te sigo en la otra realidad alterna.
besos y animo, todo pasa (también los bochornos!).

nor del terror

Anónimo dijo...

Very well written, and also very intriguing comments. Thanks for taking the time to put this together!
Deep Cleaning

Nefertiti Totonaca dijo...

Muchas gracias por sus comentarios.

ADF - muchas gracias por el poema, bello y ad hoc a lo que necesito. Un abrazo virtual.

Nor - muchas gracias x tus palabras y porras, un abrazo!

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...