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domingo, marzo 17, 2019

Día 17: Negación

Mi estado de ánimo ha estado sumamente tranquilo, ecuánime.
Una amiga con buenas intenciones, insistente me cuestiona mis sentimientos sobre esta situación. Le insisto en que estoy bien, que no tengo miedo y que me siento tranquila.

Mi mente ha estado tanto en modo de resolución, que me he enfocado a planear qué sigue. Sin embargo, el subconsciente me ha jugado trucos inevitables:

Durmiendo una siesta ayer, antes de prepararme para una noche de "Bar Hopping" con las amigas, cuando alcanzaba el estado de sopor y total relajación, aquella latosa voz interior interrumpía aquella tranquilidad diciendo: "tienes c y te vas a m"... en aquella alteración de mi estado de ecuanimidad, sacudí la cabeza y me dije "¡No!, ¡voy a estar bien!".

Horas más tarde, a mi regreso del famoso salto de bares, que seamos sinceros, Cincinnati no es Nueva York. A las 12 de la noche ya las calles estaban vacías y los bares estaban cerrando. Sólo quedaban 2 lugares y no prometían. Que además, pude haberme quedado en casa, pero bueno ése es otro tema.

Una vez en casa, en camita... caí rendida ante los brazos de Morfeo. Horas más tarde, comencé a soñar, que regresaba a casa de aquella salida nocturna y que mis amigas se quedaban con nosotros, por lo que les pedía no hicieran ruido, ya que el Faraón estaría en sus aposentos haciendo lo propio.

El Faraón despertaba y comenzaba a externalizer su desacuerdo sobre la estadía de aquellas féminas en nuestra humilde posada. Continuaba con que iríamos a comer a algún sitio, donde yo trataba de convencer al Faraón, de que estaba exagerando y que se relajara. El Faraón se levantaba de aquella mesa y sin ton ni son, nos dejaba solas, a mis amigas y a mi.

Minutos más tarde, el Faraón regresaba y un grupo de hombres variando en edades entre 40s y 50s, se acercaban a la mesa y comenzaban a recitar palabras en algún dialecto extraño, mientras movían sus manos expandiendo los dedos y como si estuvieran tocando un piano, pero brazos elevados, me miraban intensamente y seguían repitiendo aquello. Sonaba como alguna maldición, y sentía como una energía oscura invadía mi mente y yo volteaba a ver al Faraón y le decía "¡No!", el Faraón desconcertado veía a aquellos hombres, y entonces comencé a gritar mantras, para evitar que su intento por "hipnotizarme" o tratar de maldecirme, se desvaneciera.

Desperté empapada en sudor y sumamente alterada. 7am. Recorro la casa y el Faraón se ha ido. Domingo 7 de la mañana, se fue a la meditación sin mí. Ayer le había dicho que quería ir con él a la meditación. Sin embargo ha de ver visto que seguía dormida y no me quiso despertar.

Me alegro de estar despierta. El subconsciente es traicionero. No quiero pensar, tal vez es evasión y sé que el canijo dentro de mi cabeza quiere externalizar el lado oscuro de las emociones.

Estoy en estado de alerta para continuar enfocar mi atención a lo importante: resolver y no caer en la parálisis del miedo y menos en un estado de pánico. No me lo voy a permitir.

miércoles, marzo 13, 2019

Día 13: Limbo

...
MRI con resultados adicionales. Confirmado, alienígenas en ambos senos
Cirujano plástico... visitado y esperando me confirmen fecha de mastectomía
Cita lista para la siguiente semana para tomografía de tórax abdomen y pelvis...
y a esperar, que es lo más tedioso.

Hoy despidieron a mi jefa, lo cuál pone en jaque mi posición en la empresa. Esperemos que no pase de un susto. Y si me dan cuello, pues qué bendición, podré relajarme antes de la cirugía.

... no hay cabida para malos pensamientos ni para tristezas... sigo respirando, que ya es ganancia.

lunes, marzo 11, 2019

Dia 11: Espera

Aprendí de la situación con mamá, que lo más estresante y desesperante es la espera. Esperar a hablar con los médicos, esperar resultados de pruebas, esperar tratamientos, esperar cirugía, esperar, esperar, esperar...
Y si a eso le agregamos la espera en el trabajo, la empresa para la que trabajo es un desastre organizacional. Imposible contactar con algún ente de Recursos Humanos, una semana ha pasado y no han respondido a mis preguntas. Es sumamente frustrante. Necesito saber cómo proceder para lo que viene.

Había estado muy bien de ánimo estos últimos días a pesar de todo. Hoy, tras ver los resultados del MRI que me llegaron en línea, como que todo se difumina y el foco de atención es aquél reporte...

Confirmación de la evaluación preliminar... Lobular Carcinoma, invasive e in-situ.

Contando segundos, minutos y horas para que llame la doctora para planear los siguientes pasos: cirugía y ojalá que confirme durante cirugía que los ganglios linfáticos no estén comprometidos, para que sólo sea tratamiento hormonal y no el otro tratamiento del que ya presencié sus estragos, durante la enfermedad de mamá.

A seguirle dando...

domingo, marzo 03, 2019

Día 1: Zombie

Sentada frente al ordenador... sigo en estado de shock.

¿Cómo se le da semejante noticia a alguien?

Después de haberle informado a un grupo selecto de personas, me siento ambivalente ante la situación. Es enorme el apoyo que he recibido. Soy afortunada de tener un grupo, una comunidad en la cual apoyarme.

Me niego a decir la palabra. Siento que si la imprimo, de alguna forma quedaría marcada y no podría borrarse.

En mi cabeza 7 ciclos de 7 primaveras... 49... número non.

Mi abuelita Anita me leyó los alfileres cuando tenia 26 años. Al principio renuente, la convencí de que me leyera 'el destino'.
Tras algunas cosas, me dijo consternada 'Mijita... no me gusta leer los alfileres porque luego tengo que dar malas noticias y no puedo'. La convencí de que por favor continuara y que me dijera todo lo que veía. 'Hijita, veo... que vas a estar enfermita', atónita miraba a los alfileres y con vacilación me miraba y me tomaba de las manos.. 'Continúa abue!' le dije con urgencia y tomándole una mano diciéndole que no pasaba nada, que siguiera... 'vas a estar malita... pero te vas a componer'. Después de eso, no quiso continuar y me dijo que mejor me enseñaría a leer los alfileres.

Esto vino a mi mente mientras tecleo estas letras... ¿sería esto a lo que se refería?

Dormí poco. Traté de seguir mi rutina cotidiana, pero me sentía exhausta:
Desperté con el sonido de los pájaros y el toqueteo del pájaro carpintero en algún árbol cercano... me di una ducha, bajé a desayunar, preparé un cambio de ropa para después de la danza.

Mientras me vestía, escuchaba el canto de cortejo de un ave. Es curioso, estimado lector. No sé cómo explicarlo. Pero cuando uno se encuentra en estas condiciones, como que los sentidos se magnifican. Los sonidos son más fuertes, las luces más intensas...

Llegué a clase y todo parecía irreal. Entré al edificio y vi caras conocidas, saludé como siempre y a la mexicana, con un abrazo y un beso en la mejilla. Firmé la entrada y me dispuse a caminar hacia la fila para entrar al salón.

Mientras esperaba, veía la mezcla de caras, conocidas y desconocidas, todas reunidas en un mismo lugar, con esa felicidad de anticipación por entrar a bailar. En mí, al momento no había emociones, sólo observación. Como si yo no fuese yo. Como un tercero viendo una película desde fuera.

Dio la hora y entramos al salón. Decidí no bailar al frente, pues no sentía mucha energía. Una compañera de la clase me preguntó qué hacía en aquel lugar cuando siempre estaba al frente y al espejo... le dije que me sentía un tanto indispuesta. Con voz dulce y preocupada se acercó ¿qué tienes querida?... me detuve un segundo y con titubeo le dije de mi condición.

'Lo siento mucho!, pero sabes? yo también tuve cáncer hace diez años, y ¡mírame!, ¡vas a estar muy bien! ¡hay tantas formas de tratar la enfermedad!, ¡¡¡déjame ayudarte!!!, comenzó la música y nos pusimos en nuestros sitios.

Comenzó la clase y comencé a moverme. No puedo mover mucho el brazo izquierdo después de la biopsia, pero traté de hacer lo mejor que pude. Por primera vez me sentí vulnerable y débil. Pero continué... en una de las canciones, no logré controlar el llanto y traté de disimular...

Concluí con la clase... y con las ideas que tenía en mente...


viernes, marzo 01, 2019

Día 0: ...Shock

Vaya, tenía que pasar algo fuerte para sentarme a despepitar lo que mi cabeza ha estado evadiendo.

Todo comenzó cuando hace aproximadamente uno o dos meses, abrí la puerta del refrigerador y la despiadada se impactó con mi seno izquierdo. Sí ya sé... debí haber utilizado un sostén al menos. Estaba en pijamas, y dolió hasta el infinito. Puse hielo y no pensé más.

Con el transcurso de las semanas y la vida cotidiana, viajes de trabajo, etc., mi cuerpo me pedía descanso. Apenas iba a bailar a mi clase y me entraba un profundo cansancio, de no hacer nada. Después, comencé con las fiebres bajas. Pensé que sería algún tipo de influenza, pero raro porque ya me habían puesto vacuna. Nada respiratorio, simplemente cansancio y la temperatura ligeramente elevada.

Viernes pasado, cita para lunes. Lunes, ultrasonido. La doctora encontró algo inusual que quiere checar. Miércoles, biopsia. La espera de resultados fue eterna.

Viernes - hoy. Una llamada, una palabra. Una mísera palabra que puede dar al traste con todo. Palabra que no mencionaré, ni incluso hasta que el intruso en mi seno sea extirpado y no haya rastro alguno.

En mi cuerpo no hay cabida para ese tipo de intrusos.

Sólo agradezco a la desconsiderada puerta del refrigerador. Sin ella, el intruso no habría sido detectado.

He dicho.
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