Me encontraba en medio de la organización de una reunión de ocio. Una amiga quería ir conmigo a aquél "antro" famoso en aquella ciudad nueva. Mamá necesitaba el auto, así que le pedí que nos llevara y que ella hiciera uso del vehículo y nosotras regresaríamos a pie.
Al escuchar esto, mi amiga cancelaba, pues no tenía forma de regresar a casa a bañarse y cambiarse (ya que habíamos estado en la clase de baile).
Yo le ofrecía a que se bañase en nuestra casa y no habría problema. Sin embargo, decidió no ir.
Me encuentro con otras personas, mientras una extraña sensación se apodera de mi espalda baja. Casualmente existe una persona entre el grupo en el que me encuentro que resultó ser médico.
Al auscultarme, extrañado descubre que mi piel se ve como en relieve, como si existiese un objeto bajo sí a lo que tras investigar más me preguntó:
Dr: Nefer, ¿donaste un riñón?
Nefer: -horrorizada- ¡no!, ¿por qué?
Dr: la sensación que te mantiene inquieta es debido a que un riñón fue extirpado de tu cuerpo y en su lugar, dejaron un caparazón para proteger a los órganos en caso de algún golpe. ¿Estás segura de no haber estado inconsciente al menos algunos días? ¿o en algún hospital?
Horrorizada, traté de hacer memoria... recordé aquél incidente cuando al ir de juerga con un par de amigos, perdí la conciencia al haber mezclado anti depresivos y algunas cervezas.
Me detuve a pensar si realmente debería sospechar de aquellas personas. Sin más, conocí a otra persona en aquella reunión, que como yo, padecía de lo mismo y ella en lágrimas trataba de poner el rompe cabezas en su lugar, no creyendo lo que el médico o yo le decíamos.
Tratando las dos de buscar comunes denominadores, siento un roce en mi brazo izquierdo. Despierto desconcertada. El faraón me despertó jugando que nuestro dinosaurio de peluche verde es nuestro hijo "buenos días mamá", dice el faraón en voz infantil.
2 comentarios:
Puede ser un cuento de horror.
ay.... como extrañaba visitar la pirámide!
Saludos Nefer!
Nor dl T
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