En la vida, siempre hay primeras veces. Lo que nunca imaginé que experimentaría o viviría, me ha sucedido.
A veces tiene uno la boca muy grande. De haber sabido el poder de las palabras, me habría callado algunas cosas desde pequeña.
La primera insensatez que llegué a decir en repetidas ocasiones es que yo no quería tener hijos. -Concedido.
La segunda estupidez que dije, que no quería vivir más de 40 años. -Estoy a tiempo para enmendar esta barbaridad.
La constante que dije durante mucho tiempo, que no valía la pena vivir. -Al igual que la segunda, a tiempo de no retar al destino.
Mamá en ocasiones durante nuestra corta vida también decía similares tonterías.
Cuando las situaciones se ponían difíciles y en repetidas ocasiones, una de las cosas que decía era que así reptara, no necesitaría de la ayuda de nadie. Como latigazo, el destino le dio muy duro. Ahora, tan débil que literalmente tiene que reptar, nos necesita más que nunca.
Hace muchos años, cuando era yo una puberta, mi tía yeyé me contaba sobre la metafísica. Sobre los decretos y esas cosas. Años más tarde, leí y vi el "Secreto". En fin, tantos avisos, a veces la novedad me animaba... pero al final... hice caso omiso.
Tras vivir la enfermedad de mamá, ahora me queda clarísimo que hay que tener cuidado con lo que uno piensa y aún más cauteloso con lo que uno dice en voz alta. También extremadamente consciente de lo que a uno le tiene miedo, porque seguramente eso sucederá.
En mi caso, a veces hablo por hablar... sobre todo cuando me dejo llevar por la ira y la estupidez. He dicho muchas cosas sin sentido, pero con la fuerza de la ira se ha logrado materializar. Tal vez las cosas no se dan en el momento, pero más tarde suceden.
No me queda más que perdonar mis estupideces, perdonarme a mi misma y pido perdón a cualquier persona que consciente o inconscientemente le haya hecho daño por mi insensata verborrea.
Lapsus brutus, anécdotas, sueños, recuerdos, pensamientos, cuentos, exabruptos...
viernes, noviembre 26, 2010
jueves, noviembre 25, 2010
Aquí no se celebra...
pero a lo único que puedo contribuir en el famoso día de "Thanksgiving" es... que agradezco tener la oportunidad de convivir con mi madre y familia en mi país.
He dicho.
He dicho.
domingo, noviembre 21, 2010
Ilusión ilusoria
Sé que el título tal vez lo haya tomado de alguna frase muy utilizada por algún escritor de libros de superación personal... pero en realidad... el título de este post le va como anillo al dedo a lo que vivo últimamente.
No sé si ya soy un zombie ambulante... pero el caso es que últimamente ya hago todo en automático y existen momentos en que no recuerdo lo que pensabe en instantes anteriores. Trato de llevar una rutina, que se rompe cuando salimos al hospital o cuando voy a comprar víveres.
He tan llegado al grado de no querer pensar en mi presente, que me ausento de él... a veces sólo mi mente está en blanco, en otras ocasiones, mi mente se pierde en tonterías como el día de hoy. El Dr. O. es algo así como un héroe para mí. No sólo fue él quien recibió la penúltima vez a mamá en urgencias, sino el tío que se esmeró en presionar a aquél directivo para que le autorizasen el tratamiento que le negaban, intentando convencernos de ir a otras ciudades a conseguirlo.
Después de eso, una vez más cuando la dra. aquella no estuvo, él se encargo de darle seguimiento a sus dolencias. Ayer se apareció casualmente por los pasillos del hospital mientras estaba fuera de la habitación de mamá hablando de no sé qué cosas con hermano y tía. Tímido (como antes no lo había percibido), los ignoró y me saludó mientras se sonrojaba. En ese momento sentí algo extraño que no había sentido en un largo tiempo. No sé describirlo... pero recordé como cuando a los trece años, mientras holgazaneaba en la cama antes de levantarme por las mañanas, fantaseaba por horas de "n" estupideces.
Lo recordaba hace algunas horas mientras le preparaba un jugo a mamá en la cocina... y surgió un diálogo interno y un tanto absurdo y sarcástico en mi ya tonta cabeza:
(Recordando la conversación de hace horas)
Dr. O: Hola Nefer, tu mamá en quimio?
Nefer: Hola Dr, como está?, no... la quimio la tuvo hace un par de días... está en transfusión
Dr. O: ah, sí, entonces la estan transfundiendo... ok... (titubeo)... por favor, salúdala de mi parte
Nefer: gracias dr, de su parte...
(Luego, mi mente creativa se dió a la fuga, continuando con el absurdo en mi cabeza)
Dr. O: -viendo que no llevo anillo en el anular izquierdo, sonríe tímidamente y se acerca-
Nefer: Dr... no le apetecería echarse un brinco?
Dr. O: mmmhh tengo guardia esta noche
Nefer: no hay problema, está el edificio de enfrente. Tal vez consigamos el arnés y las ligas
Dr. O: por qué no, claro. Hay que programarlo
(En mi mente cansada y sólo pensando incoherencias, substituyo lo del brinco al vacío por una noche pasional. No porque me haya gustado el tío, en realidad como lo dije anteriormente es un tanto extraño. No me parece atractivo, ni habría motivo para pensar en ello. A qué loca se le ocurre en semejantes circunstancias -madre en problemas de salud, yo una mujer casada- estar pensando en tanto disparate. No sé cómo, ayer aquél doctor despertó en mí algo que estaba muerto por tanto tiempo. No sé describir la sensación ni el sentimiento. Tal vez el hecho de verlo nervioso y tímido sólo hizo que mi corazón sintiera un pequeño pellizco).
No sé ni lo que escribo, ya estoy desvariando, son las casi dos de la mañana y yo tecleando necedades y estupideces. Tal vez ya estoy perdiendo la razón... creo que necesito darme un respiro, tomarme unas pastillas para dormir y hacerlo por tres días seguidos. Tal vez así, despierte de nuevo a la triste realidad que me espera y vuelva al cabal juicio.
Lo sé, estoy perdiendo la razón.
No sé si ya soy un zombie ambulante... pero el caso es que últimamente ya hago todo en automático y existen momentos en que no recuerdo lo que pensabe en instantes anteriores. Trato de llevar una rutina, que se rompe cuando salimos al hospital o cuando voy a comprar víveres.
He tan llegado al grado de no querer pensar en mi presente, que me ausento de él... a veces sólo mi mente está en blanco, en otras ocasiones, mi mente se pierde en tonterías como el día de hoy. El Dr. O. es algo así como un héroe para mí. No sólo fue él quien recibió la penúltima vez a mamá en urgencias, sino el tío que se esmeró en presionar a aquél directivo para que le autorizasen el tratamiento que le negaban, intentando convencernos de ir a otras ciudades a conseguirlo.
Después de eso, una vez más cuando la dra. aquella no estuvo, él se encargo de darle seguimiento a sus dolencias. Ayer se apareció casualmente por los pasillos del hospital mientras estaba fuera de la habitación de mamá hablando de no sé qué cosas con hermano y tía. Tímido (como antes no lo había percibido), los ignoró y me saludó mientras se sonrojaba. En ese momento sentí algo extraño que no había sentido en un largo tiempo. No sé describirlo... pero recordé como cuando a los trece años, mientras holgazaneaba en la cama antes de levantarme por las mañanas, fantaseaba por horas de "n" estupideces.
Lo recordaba hace algunas horas mientras le preparaba un jugo a mamá en la cocina... y surgió un diálogo interno y un tanto absurdo y sarcástico en mi ya tonta cabeza:
(Recordando la conversación de hace horas)
Dr. O: Hola Nefer, tu mamá en quimio?
Nefer: Hola Dr, como está?, no... la quimio la tuvo hace un par de días... está en transfusión
Dr. O: ah, sí, entonces la estan transfundiendo... ok... (titubeo)... por favor, salúdala de mi parte
Nefer: gracias dr, de su parte...
(Luego, mi mente creativa se dió a la fuga, continuando con el absurdo en mi cabeza)
Dr. O: -viendo que no llevo anillo en el anular izquierdo, sonríe tímidamente y se acerca-
Nefer: Dr... no le apetecería echarse un brinco?
Dr. O: mmmhh tengo guardia esta noche
Nefer: no hay problema, está el edificio de enfrente. Tal vez consigamos el arnés y las ligas
Dr. O: por qué no, claro. Hay que programarlo
(En mi mente cansada y sólo pensando incoherencias, substituyo lo del brinco al vacío por una noche pasional. No porque me haya gustado el tío, en realidad como lo dije anteriormente es un tanto extraño. No me parece atractivo, ni habría motivo para pensar en ello. A qué loca se le ocurre en semejantes circunstancias -madre en problemas de salud, yo una mujer casada- estar pensando en tanto disparate. No sé cómo, ayer aquél doctor despertó en mí algo que estaba muerto por tanto tiempo. No sé describir la sensación ni el sentimiento. Tal vez el hecho de verlo nervioso y tímido sólo hizo que mi corazón sintiera un pequeño pellizco).
No sé ni lo que escribo, ya estoy desvariando, son las casi dos de la mañana y yo tecleando necedades y estupideces. Tal vez ya estoy perdiendo la razón... creo que necesito darme un respiro, tomarme unas pastillas para dormir y hacerlo por tres días seguidos. Tal vez así, despierte de nuevo a la triste realidad que me espera y vuelva al cabal juicio.
Lo sé, estoy perdiendo la razón.
sábado, noviembre 20, 2010
Labor Altruista
Estimado lector, requerimos de un paquete de sangre el día de hoy para mi mamá, ya sólo falta un paquete de dos... aquí los datos. San Luis Potosí.
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