Es de noche, no hay neblina... la temperatura es templada y la luz de la luna se refleja en aquellos cuernos de venado. Hay una especie de competencia en silencio... hay una zona restringida. A paso lento y sin hacer ruido me aproximo a aquella área cercada por 3 alambres paralelos al suelo muy delgados de color rojo.
Logro pasar entre ellos sin ser electrocutada y veo la aglomeración de venados, sombras de los cuernos por todas partes. Te veo en tu capa negra, recargado sobre un enorme árbol. Sigilosa rodeo el árbol. Al llegar al otro lado, noto una protuberancia en tu vientre. Parece un embarazo de unos 8 meses... ligeramente rozo tu abdómen y con tu ademán ya conocido, me quitas la mano lentamente. Desconcertada entre dormida y despierta me pregunto si en realidad es un embarazo, si es el mío o si es aquella hidropesía con la que te ví aquella última vez en el hospital.
Suena el despertador y me despierto aún con tu imagen silenciosa, aquella capa negra y tu actitud teatral y picarona.
Te extraño papá.
1 comentario:
que bonito.
un abrazo y 1/2
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