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lunes, enero 09, 2012

Luna naranja

Y de regreso a Guatemala...

Duro como siempre recorrer esas salas del aeropuerto internacional Benito Juárez... sobre todo aquella en la que mamá se hacía presente, me abrazaba y se daba rápidamente la media vuelta ocultando aquellas lágrimas.
Hago un par de llamadas... a Overkill para mitigar su tristeza y al Faraón para hacerme presente. Desde el 4 de diciembre, sólo lo vi una semana.

Compro una revista de esas frívolas y tontas que leo en menos de una hora. Se la regalo a una señora que esperaba su vuelo a Las Vegas... eran apenas las 3 pm y su vuelo a las 8 pm. Trato de distraer los pensamientos tristes y negativos. Overkill está peor de lo que yo pensaba o imaginaba. Las toxinas no procesadas por su hígado se hacen presentes en su cerebro. Su confusión crece y su vista se empaña. Me preocupa dejarlo solo...

Hago una última llamada al Faraón. Siento su apoyo verbal y me conforta un poco. Subo al avión. Pongo mis tiliches en los compartimientos correspondientes. Diantres! la radiografía que me hicieron hace unos días no cabe. La pongo junto a mi equipaje. Llega un sr. y descuidadamente y sin fijarse mete agresivamente su maleta encima de mi radiografía, aplastándola y doblándola. Le pido que por favor quite su maleta y mejor la saco para ponerla a mis pies. Por fortuna me toca sola. Del otro lado del pasillo, el descuidado pasajero -que atropelló mis rayos-x- es canadiense e intenta practicar su español. El sr. tiene unos sesenta y tantos. Pregunta insistentemente cómo se dicen las estaciones del año en español. Los dos pasajeros que lo siguen en la conversación no entienden su pregunta.
"Primavera, verano, otoño e invierno" contesto interfiriendo en la conversación. El sr. lo repite varias veces y me sonríe.
En español me pregunta: "sabes por qué el día es muy lindo hoy?", "porque está soleado y no hace frío" contesté con toda la certeza... a lo que el interrumpió: "hoy es el mejor día del año porque te conocí".

Todos echaron la carcajada y yo sólo tímidamente sonreí, comentándole que ya había aprendido a piropear. Después continuaron conversando y me sumergí en mi libro de música. En la secundaria llevé ese libro de texto. Overkill lo recuperó de alguna amistad a la que se lo había prestado. Recordé cuando tocaba guitarra y piano. El cómo me perdía en la práctica de aquellos instrumentos y en cómo disfrutaba interpretar música.

Por la ventana... el atardecer del lado derecho... del izquierdo, una luna llena naranja, casi roja. Recordé aquellas locas leyendas y supersticiones de cuando la luna es de tales colores. No me importa lo que digan... es dichosa, hermosa... lo que más me gusta de esta vida, de poder admirarla.

Ya casi aterrizando, me quedé profundamente dormida por algunos minutos. Me despierta el tren de aterrizaje tocando tierra. Deseé llegar al hotel, tomar un baño y dormir temprano. Pero heme aquí. Tecleando. Ya preparé mi ropa de mañana y viendo con un ojo al gato (la tele) y otro al garabato (compu).

Estoy agotada, no físicamente. Emocionalmente.

Ok, voy a apagar luces, tal vez otra hora de television y me pierda con morfeo. A ver qué interesantes cosas surgen en este loco subconsciente.

Buenas noches y feliz año. -- creo que este año olvide felicitar a nadie, más bien, no felicité a nadie --


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