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jueves, diciembre 10, 2020

Medio Siglo

  • Medio siglo
  • Una pandemia
  • Un diagnóstico
  • Supervivencia

Lo anterior, para apenas darme cuenta de que el tiempo se está yendo demasiado rápido. Algunos dicen que porque estamos cerca de un agujero negro masivo (supermassive black hole). ¿Es acaso la percepción del ser humano al acercarse a la recta final de este sueño llamado vida?

El caso es que sólo así la sacudida o algo parecido a un cubetazo de agua helada en la cabeza para despertar y finalmente entrarle al toro por los cuernos, dejar las excusas y los miedos.

Desmenuzando como siempre cada pensamiento ilógico que genera esta cresta, es justo al observar en silencio y confinamiento que... el miedo es el obstáculo para cualquier logro. El miedo, aquél intruso que disfrazado de procrastinación... el simple hecho de pensar demasiado todo en lugar de actuar. No pensar. Sólo actuar.

En fin. Algo que puede parecer muy lógico y trillado, pero que es aplicado sólo por algunos.

Tal vez soy muy dura conmigo misma, o tal vez he sido demasiado blanda conmigo misma. El caso es que se acaban las contemplaciones y a entrarle de frente.

Tras años de no programar, me he inscrito a un bootcamp que al fin ayudará a mi tan deseado cambio de profesión... del área financiera a la de tecnología y sistemas.

Tal vez no era el momento, ni el espacio. La pandemia me da la oportunidad de tener el tiempo y el tiempo me dio la oportunidad de ahorrar en los años... para por el momento darme un 'pequeño lujo' de estudiar y aplicar activamente esos conocimientos a mi futura profesión. Abro los brazos a esa caja negra, y le digo adiós al temor a lo desconocido. Lista. Comienzo en Febrero y concluyo en Agosto. A ver cómo me va.

Decreto salud para que ningún obstáculo de tal índole afecte mi progreso.

Abur,



viernes, noviembre 06, 2020

Ansiedad nocturna

 Desperté muy temprano, hice labores hogareñas desde las 6 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Me di un baño, recibí al exterminador. Afortunadamente no tenemos termitas, pero sí hormigas carpinteras. Tras fumigar, se fue y me dí un descanso. A las 6pm mi sesión de zoom para clase de acondicionamiento físico con pesas y ligas "fitbitch". Otra ducha y sentada un rato a ver una película. Luego en línea noticias sobre el limbo electoral en el que nos encontramos en el país del copete anaranjado.

En silencio, después de aturdirme de información siento ansiedad, agobio y aburrimiento. Una rara combinación, pero espero que pase muy pronto.

Ultimamente he andado con un estado de ánimo que ni mi mismísima alma aguanta. Irritable y con sentimientos de violencia que emanan desde lo más profundo de mi ser. No se si sean las secuelas de todo lo vivido el año pasado que está aflorando como un PTSD o estrés post traumático, agregando el confinamiento. No lo sé. Sólo sé que no me aguanto y el faraón tampoco. Espero que esto pase pronto.

En otras cosas, gente cercana a nuestro círculo social con contagio del bicho. Ojalá que se recuperen pronto y que no les dé una forma aguda del virus.

En fin. Tirando letras mientras los dedos adoloridos lo permitan.


Abur


martes, octubre 06, 2020

Tirando letras

Sólo paso por aquí para hacer acto de presencia. No tengo inspiración alguna, saludando a las estrellas, si es que todavía alguien me sigue o lee este retorcido blog. Les mando un abrazo y espero que se encuentren saludables. 

viernes, septiembre 25, 2020

Aromasin

 Y cumplido un año de tratamiento, tengo la opción de dejarlo. Antes de hacerlo, pregunté a la oncóloga qué haría en mi lugar. Su respuesta: tomar el medicamento por lo menos un año más.

Así que ni modo. A apechugar la falta de energía, pérdida de memoria, cambios bruscos en el estado de ánimo y personalidad, noches de insomnio. Todo sea para que al intruso no se le ocurra regresar a tocar la puerta.

Vaya que ha sido un viaje. Un viaje y un encierro.

Anoche el faraón escuchaba "The winner takes it all" de Abba. Mi cuerpo entero comenzó a llorar. Es una de las canciones que a mi mamá le gustaban. Así que me di la libertad de llorar hasta sentirme cansada por la duración de la canción.

Pasé la noche en vela. Me piqué viendo los Descendientes del Sol, serie coreana y no pegué ojo en toda la noche, con los famosos bochornos.

Hoy, aunque como zombie, lucho contra un conflictivo estado de ánimo que al aproximarse la hora de dormir se va disipando. Ojalá hoy si pueda dormir. Tendré que echarme una ducha, porque no es posible andar en pelotas por la casa y con las ventanas abiertas (demasiado calor).

Disculpa estimado lector que estas letras están un tanto rancias.



martes, julio 21, 2020

Abulia Pandémica

Ya perdí la cuenta del número de días en los que no he hecho más que hacer mis 5 a 30 minutos de coreano, comer, holgazanear y ver maratones de series coreanas.

La culpa se aglutina a cada tarea que en el mundo "normal" se definiría como mediocridad.

Desempleada, abúlica, cansada de estar cansada, bailo cuando puedo, que últimamente sólo ha sido los fines de semana, y éste último sólo una vez.
Las manos entumecidas y adoloridas, brazos a veces hinchados, ya son situaciones que se han convertido en pesares cotidianos, como efectos secundarios de la mastectomía y los medicamentos preventivos de recurrencia del silencioso aquél. Pero bueno, no lo invoquemos.

Menuda suerte, que justo cuando uno pone su vida en orden, llega una epidemia que lo estropea todo. Al menos el cubetazo de agua fría al recibir otra noticia impactante le hace a uno ver qué es lo fundamental, lo básico, poniéndolo todo en perspectiva. Los lujos no valen nada, lo más preciado es la salud, los alimentos, el contacto humano y el contacto con la naturaleza. El encierro se convierte en un retiro de meditación forzoso en el que a veces se tira uno de los pelos y en otras, se celebra el silencio. En mi caso, estoy llegando a los límites del enclaustro, en el que ni ganas de meditar, ni ganas de bailar, ni ganas de nada.

Las energías con las que había comenzado estudiando cursos en línea, se han disipado. Trato de encender esa chispa que provocará el fuego de la voluntad para seguir, pero como si hubiese un fantasma soplando para no encender, esa chispa se extinguió.

Me consuelo diciéndome a mí misma que está bien descansar, que el cuerpo lo pide. Pero no dejo de pensar lo que mi sabia progenitora insistía y era su mantra: movimiento genera movimiento, no te detengas... pues bueno, que lo he puesto todo en pausa. Me doy mi tiempo para tomar el sabático que había querido para reponer fuerzas para el otoño. Así que poco a poco, voy diseñando metas.

Por el momento mi meta es descansar hasta que ya diga basta (llegando casi a ese momento) y después hacer mi lista de sólo 3 prioridades a la vez.

Primera prioridad, hacer ejercicio todos los días... lo cual desde hace 6 meses no hago de forma consistente desde la última cirugía de finales del año pasado. Pero bueno. Ya no me enfocaré en lo que no he hecho.

Segunda prioridad, volver a la sana alimentación reduciendo azúcares.

Tercera prioridad, cultivar la mente.

A ver cómo me va esta semana. Por lo pronto lunes (ayer) totalmente ocioso, aunque adelanté con el coreano en Duolingo. Además del coreano, he estado desempolvando el italiano y el francés... pero mi principal enfoque ha sido el coreano.

En fin... vaya derroche de letras sin sentido, les dejo una de mis canciones favoritas de BTS - Make it right, derechos reservados de Big Hit Entertainment.



lunes, junio 29, 2020

Celular

Viene a visitarme, pero sólo puede quedarse un par de horas. El barco la espera para zarpar y con urgencia me apresuro de un lado a otro para comprarle un celular. La compañía de celulares de la manzanita tiene un nuevo sistema en el que te puedes comunicar con el más allá. Así que estoy con urgencia de conseguirle uno. Mamá se tiene que ir, así que le digo que en cuanto pueda le envío el celular y le enseño desde el mío, como abrir la aplicación para seguirnos comunicando.

Me despierto desorientada, alcanzando el celular para ver si me dejó un mensaje.

viernes, junio 12, 2020

Cohete Space X

Caminando con los locos... como siempre los tres haciendo payasadas, en las calles, encontramos un almacén de ropa y entramos. El loco como siempre, me ayuda a buscar vestimenta. Me da un pantalón de mezclilla, piernas aguadas, una mas larga que la otra. Me lo pongo.

Caminamos hacia el evento (flash mob?) y nos percatamos de que cerca esta por despegar el cohete para viajes de ricos a la luna. En breve, el cohete despega y al casi terminar de entrar a las nubes, la fuerza de gravedad lo impulsa hacia el suelo... todos corremos.

En lo que nos dirigimos a otro lugar, me separo del grupo. Camino en cuadras cuando me percato que sólo lo hago en círculos. Estoy perdida. Le marco a la loca y le digo que estoy perdida, nos quedamos de ver en algún lado. Sigo caminando y termino en una cuadra donde un militar esta desalojando a la gente porque al parecer cerca de ahí se estrello el cohete y hay una fuga de gas.

Ya habíamos pasado por ahí justo antes de que se estrellara el artefacto. Trato de ubicarme. Sigo caminando y vuelvo a llegar a esa esquina donde el militar me toma de la antebrazo y empezamos a correr mientras me indica que aquello va a explotar.
Corremos a toda velocidad y nos detenemos al llegar a unas como mantas que el ejército había puesto, simulando habitaciones. Le pregunto sobre nuestra ubicación y me dice pero no le entiendo (y se supone que en aquél momento estamos en la ciudad de México). Le marco a mis amigos y le digo al soldado que le dé las direcciones a mi amiga.

Aquél soldado es un hombre de estatura baja, de mi estatura o un poco más bajo, moreno de ceja tupida, labios puntiagudos y nariz recta. Se mueve con suma agilidad. Toma mi teléfono y le dice dónde estamos. Luego sin regresarme el teléfono, me ordena que vaya hacia la colina. Yo dudo porque veo a la gente que sigue corriendo hacia la derecha y el soldado corre derecho guiándome. Todo mi ser me indica que no lo siga. Dejo de seguirlo y trato de volver, pero luego me doy cuenta de que mi teléfono se lo llevo el soldado.

Encuentro a otro soldado que discute con su novia. La novia se va y le pregunto si me puede prestar su teléfono para hablar al mío y pedirle al soldado que me devuelva el teléfono (le expliqué la situación al que me presto el teléfono). Ambos marcamos mi número, los mensajes se van al correo de voz y la contestadora tiene la voz del soldado anunciándose como si fuera su teléfono. La segunda vez que marcamos, ya lo tenia apagado.

Continuo corriendo para tratar de regresar, pero entro en el laberinto de mantas de los militares y mientras busco la salida, me percato de que muchos civiles están drogados y apilados acostados en esos cuartos simulados. Al parecer a todos quienes presenciaron el cohete estrellado, los están drogando. y acumulando entre aquellas mantas.

Pasan meses, sigo tratando de hallar la salida, huyendo y escondiéndome del soldado que robó mi teléfono y percatándome de que tenia acceso a mis redes sociales, a fotos de mis senos cercenados y a toda mi existencia, que podría manipular a su antojo.

De alguna forma brevemente encuentro a mis amigos y les digo sobre mi teléfono, juntos volvemos a marcar. Luego, mi amigo me orienta para que entremos a mi cuenta de apple para borrar todo de mi teléfono, el soldado había cambiado mis contraseñas. Aquél soldado ya había robado mi identidad y hacía uso de mis bancos y tarjetas de crédito.

Desperté adolorida a las 6.40am y dispuesta a borrar aquellas fotos de mi celular