Ya sé, extraño título para una publicación... pero tiene un por qué:
Cuando el clima y la temperatura cambian, normalmente mi cuerpo resiente esos cambios instantáneos... Hoy, después de algunos días húmedos o frescos, se ha intensificado el calor.
En estas ocasiones, tengo la tendencia de andar en ropa interior haciendo las labores hogareñas. En esta ocasión sólo en braguillas, lavando platos, mientras cocinaba el desayuno y a la vez viendo una serie coreana en la computadora portátil...
Suena el timbre de la puerta. Para variar, me digo que no abriré pues no espero a nadie y además no tengo la tendencia de abrirle a extraños. Al contrario de lo que hace el faraón que abre la puerta a todo ente que toque el timbre.
Continúo preparando mi desayuno cuando escucho que con fuerza empujan la puerta de la entrada. Sin pensarlo, corrí al cuarto de lavado pensando "estoy casi en pelotas, alguien se metió a la casa, no tengo el celular, cómo le hablo a la policía!!"... más que miedo o pánico, me dio un inmenso coraje que interrumpieran mi rutina, estaba por comer mi desayuno que más bien era almuerzo.
Grité "quién anda ahí!!!" -- en español
Faraón: Hooooooolllllaaaa!!!
Ahí sentí que el alma dejó este cuerpo. No esperaba que fuera él. Se había ido temprano a la oficina y qué demonios tenía que hacer en casa, sin siquiera avisarme que regresaría. Mientras me decía su famoso "hola", ya estaba él alcanzándome en el cuarto de lavado. Me vio la cara y le dije que me dio un susto, pero ya estaba yo vociferando en tono amenazante, pues de tan tranquila y feliz que estaba por comer y seguir limpiando, me sacó de mi zona. Le expliqué las 20,000 cosas que pasaron por mi mente en esos escasos 3 segundos y mientras se disculpaba, se reía porque estaba en pelotas.