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sábado, enero 25, 2020

Dallas

Martes. Cookie, una amiga de la clase de baile me llama. Me pide que nos vayamos a Dallas ese mismo día, para ver a un amigo suyo que viene de París y estará de visita por negocios. Conseguimos boletos y decidimos encontrarnos en el aeropuerto para  volar a la 1 PM.

Yo, por más que acomodo todas mis actividades, empaco un par de mudas de ropa para salir, salgo corriendo. El tráfico está intenso y tras muchos malabares, no logro llegar a tiempo al aeropuerto. Le llamo a Cookie y le informo que no me da tiempo de abordar pues cerraron el vuelo. Le indico que la alcanzo el sábado.

Me acerco a la ventanilla de la aerolínea para que me cambien el vuelo para el sábado y así aprovechar para turistear, para estar de regreso el domingo en la noche, a más tardar el lunes en la mañana.

Regreso a casa y Papá, tras escuchar que había perdido el vuelo, me pide que le compre un boleto y que aprovechemos para ir al estadio y ver un par de partidos de football.
Entonces, marco de nuevo al aeropuerto para cambiar mi vuelo y comprar su boleto para el sábado, en lugar de la una de la tarde, salir temprano. El primero disponible salía a las 7am. Compro los boletos y él compra los de football.

Mientras converso con papá, me percato en mi sano juicio que papá había fallecido, pero aquí está en carne y hueso. 

Mis hermanos y yo ponemos la mesa, mamá prepara y sirve la cena. Papá, sentado a la cabecera escucha nuestra conversación. Le pido a papá que nos explique cómo es que ha llegado de regreso a nuestras vidas. Le digo que todo este tiempo (años) estuve convencida de que seguía vivo y que siento su presencia todo el tiempo.

Papá medio arisco, no dice mucho, pero por sus largos silencios intuyo que nos había dejado un tiempo para seguir su vida pero había regresado para quedarse. 

Nefer: papá, todo este tiempo estuve convencida de que no habías muerto, con razón no aparece tu acta de defunción en ancestry.com. En realidad no hace falta que te expliques, eres bien recibido, agradezco todo lo que hiciste por nosotros y quiero que sepas que te amo.
Papá sólo me mira fijamente mientras comienza a comer. Con la mirada y movimiento corporal contesta a mis preguntas como de forma telepática. 

Despierto confundida, 6 AM. Me tomó un largo rato poner mis ideas en orden y determinar que efectivamente, papá falleció hace 31 años y que mamá se fue hace casi 10. Totalmente desorientada al fin comprendí que todo había sido un vívido sueño, en el que todo se sentía tan real, como si hubiese estado en un mundo paralelo en el que nuestra vida familiar continúa en aquella realidad... tal vez mi subconsciente quiere escapar de esta existencia, en la que sigo convaleciente.
Lo triste es que vi el cuerpo de mi padre en el féretro y mamá murió en mis brazos. Por más que quiera borrar eso de mis recuerdos, lo sucedido no se puede eliminar.

Será acaso que al acercarse su aniversario luctuoso la noche del 30 de enero, reaparece en mis sueños... lo cierto es que a papá lo he soñado en infinidad de ocasiones, en las que siempre parece haber regresado de un largo viaje.

Lo impresionante es la nitidez del sueño. Los cinco juntos en un espacio irrepetible, en un momento atemporal, suspendido en la eternidad del universo.

¿Será que están preparándome la recepción en aquél plano?


1 comentario:

babik dijo...

Dios quiera que no, que sea solamente un deseo muy profundo que se expresa de esa manera, que sea una forma de reconciliarte y proseguir.

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