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Comencé a escuchar ruidos, como de una disputa. Mi corazón palpitaba rápido y sólo se escuchaban gritos en tonos alterados, discusiones, insultos, golpes, derivando de esos golpes pujidos o quejas de dolor y coraje. Me observaba a mí misma, nerviosa, con temor, con impotencia por hacer algo, pero confundida. Trataba de identificar qué sucedía, y entre realidad y sueño me desperté, escuché un ruido ensordecedor, pensé que era una tormenta en la intemperie, que al tratar de identificar el verdadero orígen de aquél escándalo, me dí cuenta de que en realidad aquella pelea era el purificador de aire que tengo junto a la cama.
Tal vez mis oídos estaban demasiado sensibles esta mañana. Pero ese ruido trajo de mi subconsciente una de aquellas irritadas riñas entre el overkill y mi padre, que se "materializó" en aquél breve "flashazo", vívido sueño.
Entre dormida y despierta, le pedí a papá que se tranquilizara. Giré 180 grados y me acomodé de lado para volver a dormir.
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Estando en Cinci, -que después detallaré el viaje en otro post- fuimos a un acupunturista, según yo, sólo acompañé al Faraoh, pero a última hora y sin cita, el chinito también quiso jugar a los palillos chinos conmigo y me ensartó con sus cientos de agujitas. Después de un diagnóstico de lengua, me rozó un costado de mi muslo izquierdo, muy cerca de la cadera y me preguntó que si dolía. Apenas me rozó y dí un brinco... un dolor agudo. Le dije que sí, con cara de dolor. Comenzó a presionar con su dedo, fue por el alcohol y ahí mismo insertó otra aguja. Después de tenerme como a Neo en "The Matrix", conectó electrodos a aquellas agujas para transmitir electricidad.
Después me explicó que tengo deficiencia de Yin (no me he tomado la molestia de leer a fondo), pero dijo que ése era el origen de mi estado de ánimo - que nunca le detallé, pero según él, por mi lengua y pulsos, el origen de todo era enojo (¿cómo lo supo?) -... al final del tratamiento me sentí por primera vez en mucho tiempo contenta, feliz. Me dió unas yerbas en balines, para tomarlas como píldoras por 30 días... unas para el hígado, para deshacerme del enojo, y otras para dormir. Ésa, había sido la segunda cita.
Le comenté de una pesadilla que tuve con el guajo (sin detalles), en la que tenía una acalorada discusión, me desperté enojada y sudando mucho. El chinito me comentó que era porque mi primer tratamiento ayudó a que comenzara a fluir la energía y que el Ying se había comenzado a mover -sigo sin entender mucho, ya tendré tiempo para investigar algo más al respecto- y que los sudores nocturnos y pesadillas se deben al exceso de calor en mi organismo, que tengo que purificar mi hígado, todo esto originado por ESTRÉS.
Estos días mi estado de ánimo ha sido apacible desde aquél tratamiento, a pesar de la lata de cada mes, donde siempre me atacaba la ansiedad y arrebatos hormonales. Si nos mudamos, creo que seguiré yendo con él.
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Después de todos estos días sin saber mucho de tí, te me sigues viniendo a la mente y aquella breve comunicación... aún no me has dicho cómo sigues. Me quedé con pendiente y muy pensativa, desde que tu respuesta a mi pregunta fue "...mal...". Cuando puedas y tengas deseos de escribir, por favor dime cómo estás de salud. Ya sabes que siempre estás aquí... sí, en el que pulsa todos los días y bombea sangre a este envoltorio.
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Me entristece ver como cada día te pareces más a ellos... ni hablar, está en los genes.
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Anoche - que para variar - no pude dormir, estuve leyendo algunos blogs. En uno de ellos, mencionaba sobre dejar de buscar en el exterior lo que está en el interior. Que cuando uno sigue como nómada, buscando en lugares lo que en realidad llevamos dentro. Le dí toda la razón al escrito y recordé que ya me lo habían dicho cientos de veces, pero mi mente perezosa y a la vez tranquila, no quiso analizar ni conjeturar qué es lo que busco, así que decidí apagar el procesador, la televisión, las luces y luego tratar de poner en "estand bai" el procesador que llevo en la cabeza. Continué recordando lo leído en aquél blog, "es feliz quien sabe lo que quiere"... o algo así decía. Pero de nuevo, no quise gastar la materia gris a esas altas horas de la noche.
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Estos días, tras la inactividad en el departamento, me puse a depurar papeles, triturar, romper y tirar todo aquello que ocupa un lugar innecesario en mi oficina - y bueno, para que negarlo, con la esperanza de que en cuanto el Faraoh me de la nueva, deje la oficina completamente lista para quien me reemplace - ... entre mis papeles, me encontré dos hojas, extractos de la biblia protestante, que seguro alguno de éstos mochos dejó en mi escritorio tras uno de mis descuidos.
"Office politics: God isn't looking for the really smart, the really gifted, or the really wealthy to do His work. In fact, he seems to prefer to use the quiet, lowly, but perfectly obedient person". You may not reach a high position in your job. Perhaps you'll stay pretty much where you are now for as long as you stay with this company. But whatever your place, if your life honors God, your faith can have a powerful impact on your workplace".
Ahora entiendo por qué son tan hipócritas unos con otros, diciéndo sí a todo, obedeciendo a su "superior", besándole el trasero mientras mientan mandarinas al darse la vuelta y navegando hasta el retiro. Qué bien lavadito les tienen el coquito.
¿O de plano, soy yo, la inquieta, la inconforme?, el término "obedecer" me ha hecho siempre remolinearme en mi asiento. ¿Será por que de niña fui demasiado obediente hasta en cosas absurdas, para sobrevivir, y tras la muerte del progenitor me contagié la rebeldía?
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Basta con dar tan sólo unos pasos, para darme cuenta que los pantalones ya me caen a la cadera. Creo que estoy recobrando mi antigüo yo :-D
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Tengo sueño.