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viernes, enero 09, 2015

Viento

Pasa de la media noche, sumamente cansada pero alerta tecleando estas flojas letras.

Afuera, temperaturas de -8ºC.

El día estuvo flojo. Bueno más que el día, yo estuve algo floja, no por gusto. No pude concentrarme en todo el día. Se lo achaco a la anemia por falta de hierro, pero en realidad tengo que dar al clavo porque cada día que pasa, me siento sin energía.

Dejé de trabajar a eso de las 2 de la tarde, para caer rendida en una siesta de 3 horas. Desperté y trabajé las tres horas para reponer el tiempo. Mi sueño fue reparador.

Se me ocurrió la loca idea de iniciar un blog en inglés. Invité a otras dos personas a colaborar, pero no se atreven a escribir. Comencé con una entrada y a ver qué tal. Será interesante cómo se tornarán las charlas con los colaboradores, ya que comienzan las opiniones y quién sabe qué rumbo tome la historia. Habrá que analizar un poco más las conexiones entre los 3 y cómo se fusionará la historia en una. Al menos esa es mi idea, no me queda muy claro cómo lo tengan ellos en mente, ya que nuestras leídas y comentarios han sido sumamente informales al respecto.

En fin. Me duele la espalda. Hasta aquí lo dejo.


viernes, enero 02, 2015

2015

Recuerdo cuando la Peque y yo fantaseábamos sobre el futuro. El año 2000 se nos hacía muy lejano, infinito.

Hoy, a dos días de haber comenzado el año, sigo incrédula sobre la cantidad de años que han pasado.

Tuve una pesadilla que me despertó:

Como consultora de una empresa, comenzaba el proyecto. Visitaba aquellas oficinas para recibir instrucciones sobre el proyecto, cuando regresaba al hotel para comer y descansar. Camino al restaurante, en la entrada vendían libros. Compraba uno relacionado a asesinos seriales y técnicas para interrogarlos.

Al día siguiente, tenía reunión con la persona que me había contratado, junto con algunos directivos y yo pensaba que arrancaríamos con el proyecto. En lugar de eso, me cuestionaban en dónde me encontraba a tales horas, y cuando les comentaba que estuve en el hotel, me decían que habían contratado a un investigador privado que me había seguido y me enseñaban un vídeo grabado en el que yo aparecía comprando el libro que ellos llamaban de "nota roja". Yo enfurecida por la falta de confianza e invasión de privacidad les comentaba que el libro me ayudaría con las técnicas de entrevistas para solicitar información, utilizando las técnicas y claves psicológicas utilizadas originalmente en asesinos seriales. Enfurecida, le decía a la persona que me había contratado, que de una vez me indicara y que si no quería que los apoyara en el proyecto, en ese mismo momento podrían buscar a otra persona. Salí de la oficina y me fui al hotel.

En el hotel, mamá que se sentía presente pero no la veía, me indicaba telepáticamente que nunca tomara decisiones bajo un estado de ánimo. Así que después de un rato de tener otras breves experiencias en el sueño que no recuerdo, llamaba por la tarde a la Sra. para preguntarle si había tomado su decisión. Había decidido que continuara con el proyecto.

Desperté bañada en sudor.

Pensaba en todo aquello que me agobia sobre trabajar remotamente: la falta de convivencia humana, esa interacción en persona que facilita la comunicación, en los pendientes que tengo, en la incertidumbre del futuro a mediano plazo.

En ese instante, sonó la notificación en mi iPad: dos nuevos correos electrónicos de Marcus.
Marcus es algo así como un gurú de Qi Gong al que me subscribí hace un par de años.
En su primer correo hablaba de cómo se abrumaba entre Navidad y Año Nuevo. Mencionó una frase de Lao Tzu:
Si estás deprimido, estás estancado en el pasado
Si estás ansioso, estás estancado en el futuro
La solución es estar en el presente

Inmediatamente me di cuenta de que llegó en el momento preciso a la hora oportuna.

Luego, el segundo correo en el que preguntaba a qué grupo pertenecía yo:

Grupo 1: Aquellos que activa y de forma regular hacen pequeños cambios para mejorar su modo de vida
Grupo 2: Aquellos que regularmente "queman la vela por los dos extremos", posponen el lidiar con problemas para otro día, comen lo que es lo más conveniente y crecen más sedentarios.

Me quedé pensando por algunos momentos y me pregunté si existiría un grupo entre el uno y el dos.
Siendo honesta, este año pasado sólo me dejé llevar por el estrés del trabajo y mi escape fue mi maravillosa clase de baile.

Lo que descuidé enormemente, fue la salud, la buena alimentación, la meditación/espiritualidad. Fui indulgente en todos los aspectos, pero no me dí el tiempo para verdaderamente crecer, nutrirme física y espiritualmente.

Así que como no hice lista de propósitos antes del 1o. de enero, empezaré a hacer una lista de decretos, un plan detallado de cómo hacer lo que verdaderamente me gusta y visualizarme con mucha salud, y definitivamente seguir creciendo como persona.

jueves, enero 01, 2015

Un Año Más


El título de esta entrada sonó como a reproche. Pero en realidad es sólo una oración para indicar sólo un imaginario lapso de tiempo que los humanos nos inventamos para re inventarnos.

A diferencia de los años nuevos a lo largo de mi vida, éste lo pasé sólo en compañía del Faraón. No fui a mi tierra natal, ni vi a mi familia sanguínea.

Decidí no pasar ni Navidad ni Año Nuevo fuera de mi casa. Terminé un año exhausta, malnutrida y un tanto ansiosa.

Tuve mi chequeo anual días antes de concluir el 2014:

De todos los estudios sanguíneos, sólo un ligero gran problema:
Anemia (si claro, ya la he tenido antes) debido a bajos niveles de hierro. La diferencia esta vez es que mi hemoglobina permaneció estable, 9 de 12, o sea por debajo del límite inferior, pero el hierro de 49 bajó estrepitosamente a 15.

Recibí el año en cama, con un abrazo del Faraón y sintiendo que mi cerebro sería desconectado. Algo así como una escena de The Matrix, donde algunos miembros de la tripulación son desconectados de sus cerebros sin consentimiento alguno.

Después de caer en un sueño accidentado con el uso de melatonina, a eso de las 2 de la mañana, desperté a las 7.30, sintiendo que era un fantasma. Decidí dormir una hora más, para luego forzarme a salir de la cama, comer un desayuno grande con dosis de vitaminas (taurina, hierro, complejo B, C) antes de prepararme física y mentalmente para la fiesta de fin de año de mi clase de baile.

La clase consta de 10 canciones con 10 diferentes coreografías, más sección de abdominales, etc. Esta clase sería de 14 canciones, o sea 14 coreografías. Si a 10, he estado haciendo 8 porque mi cuerpo no me da para más, hoy hice 12 de las 14 y salí extremadamente mareada. Tuvimos una pequeña reunión en el lobby del ballet de Cincinnati. Hicieron brindis, para el que lo hice con jugo de naranja y de ahí sólo los amigos cercanos nos fuimos a comer a Mazunte. Restaurante de comida mexicana, que se le acerca mucho a lo tradicional.

Después de comer, sentí que mi cerebro no funcionaba. Mis amigos platicaban y yo no entendía nada de lo que decían. Como si de repente se hubiesen puesto de acuerdo para hablar en extraterrestre.

Le pedí al Apio que si por alguna razón no lograba llevarlo de regreso a su casa, que por favor el manejara (nos turnamos para manejar) y como zombie lo llevé hasta su casa y como pude llegué a la mia.

El Faraón bromeaba en que si quería ser cremada. Le dí instrucciones precisas excepto el lugar donde esparciría mis cenizas.

Tomé un baño y me fui directo a la cama. Eran como las 6 de la tarde. Desperté a las 10 sintiendo que mi cerebro no era mío.

Recibí una foto que me alarmó sobre el estado de salud del Overkill.


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