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martes, enero 24, 2012

Martes tedioso

A pesar de que mi día fue productivo en el trabajo, llegué al hotel y me siento como león enjaulado, la tarde ya obscura y nada cercano para curiosear...
Tal vez fue una mala idea tomar esa taza de café a media tarde. Me tiene "movidita" pero sin actividades específicas, lo que me hace sentir inútil y ansiosa. Quiero regresar a casa. Estoy llegando al punto de ebullición, en el que ya fue suficiente tiempo de estar fuera. Es hora de regresar. Mi vuelo es el próximo martes y cuento los días, minutos y segundos para ello.

También estoy preocupada por el Overkill. Cada día se hace más difícil para él en todos los aspectos y eso me mantiene sumamente alerta. Tal vez tenga nuevamente que interrumpir mis actividades para regresar a México y tratar de resolver su situación. Que en realidad  yo no puedo proporcionar solución alguna, puesto que no tengo una cura a su enfermedad y no cuento con el tiempo necesario para ayudarlo a vender casa, ubicarse en otro lado, etc.

Ya me comprometí con aquella certificación a la que le había sacado la vuelta. En realidad ya la veo como algo interesante. Es una de las cosas positivas que saqué de este viaje a Guatemala. Los guatemaltecos me inyectaron de ése espíritu que yo había dejado años atrás. El deseo de continuo progreso en todos los aspectos.

Es una de las cosas que noté de mi viaje a Centro y Sudamérica... contrario a lo que se dice en los medios de comunicación y de la imagen que uno pudiese tener, mi percepción sobre estos países y su gente es de lucha, de superación. En su afán por demostrarle al mundo que no es cierto lo que se dice de ellos, me han dejado con una muy buena impresión. Aunque cada cultura tiene lo suyo, la experiencia que he tenido en estos viajes ha sido muy positiva.

Creo que ya recuperé algunos kilos que había bajado el año pasado. Estoy ansiosa por re comenzar las clases de baile. Estoy ansiosa por ver qué me depara el destino este año. Quisiera llorar hasta quedarme dormida, hasta que las glándulas lacrimales ya no den para más. Lástima que mi estado de ánimo no se ponga de acuerdo conmigo.

Estoy en un extraño estado de ánimo en el que siento la necesidad de depurar emociones, pero física e intelectualmente no hay cabida para ello en estos momentos. No sé, tal vez sólo yo me entiendo.

Perdí un pendiente... ojalá aparezca hoy por la noche entre las sábanas (con eso de que en los hoteles no son muy minuciosos para hacer las camas).

Me voy antes de continuar escribiendo incoherencias.

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