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sábado, abril 17, 2010

Silencio

Hace ya un buen  rato que desperté... el faraón sigue en los brazos de Morfeo. Yo, deleitada por el silencio de una mañana que pinta luminosa. El silencio es bello, enigmático. Me recuerda a cuando me despertaba de muy niña cuando mis padres y hermanos seguían dormidos, me escurría hacia abajo de la cama y en calcetines o "mameluco" me bajaba las escaleras aquellas de madera obscura con mosaicos, asida del barandal de herrería y madera. A veces me deslizaba por el barandal hasta abajo. Me gustaba el olor de la madera.
Ya en la cocina, observaba la puerta de la cocina que daba a un patio. Sin abrirla, veía las telarañas que a diario se formaban y las activas arañas bailaban en sus redes. En la cocina, la mesa impecable, con un frutero lleno de frutas frescas que mamá habría traído del mercado.
En el silencio me decía a mis pocos años, que yo sola podría calentar la leche. Así que tomé una silla y con cuidado de no hacer ruido, arrastré la silla hacia la estufa. Abrí la estantería, saqué un vaso de plástico, lo puse sobre la mesa. Abrí el refrigerador, saqué la leche y la vertí en el vaso. Regresé la botella al frigorífico.
Vi la lata de polvo de chocolate. La observé, tenía a un super niño en la etiqueta y al estarla atentamente analizando, me dio la impresión de que la lata se movía sola.
De puntitas y con cuidado de no derramar el contenido en el piso, desplacé el vaso hacia el quemador de la estufa, me trepé a la silla y giré la llave del gas de la estufa.
"Bluff" se escuchó mientras observaba la flama azul calentando mi leche. Con lo que no contaba a tierna edad, era que el plástico se fundiría al contacto con la flama.
El olor debió de haber despertado a papá y mamá... quien bajó corriendo a ver qué pasaba.
Al principio molesta me reprendió y luego se percató que sólo quería leche. Tiernamente me explicó que el plástico nunca se pone sobre la lumbre.

2 comentarios:

odette farrell dijo...

Yo también tengo muchos recuerdos de la casa vieja en que vivía de niña... tenía mozaicos en todo el patio y me maravillaban tanto!
Y también fuí piromaniaca como tu, una vez hice una fogata en mi cama, fígurate! pero a mi sí me dieron una enorme reprimenda!

nor dijo...

mi niña!

***

que lindo recuerdo nefer... gracias por compartirlo, casi lloro.

un abrazo.

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