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miércoles, abril 28, 2010

Moksha Yoga

Hoy el faraón y yo nos aventuramos después de cenar en algún lugar, a ir a un estudio de Yoga al que le traía ganas, ya lo había encontrado en internet, pero quería ver con mis propios ojos si esta sería una buena opción para mí y continuar con esta recuperación.

Le llaman Bikram Yoga y se practica en un salón cuya temperatura es aproximadamente 108ºF, equivalente a aproximadamente 42.2ºC y un cierto nivel de humedad.

Algunos de los beneficios que ofrecen es desintoxicación/purificación. Charlamos con la dueña quien es una de las instructoras, sólo de verla, es evidente que este tipo de yoga funciona. Su piel se ve de una jovenzuela (ella estará en sus entrados 40s, sin embargo se ve muy joven), además de su esbelta figura y me imagino que ha de ser vegetariana.

Así que sólo pase esta semana en la que cumpliré 3 tras la última cirugía, para poder hacer uso del pase de 7 días de clases ilimitadas por 20 dolarucos. Ya postearé cuando eso suceda para describir la experiencia.

sábado, abril 17, 2010

Silencio

Hace ya un buen  rato que desperté... el faraón sigue en los brazos de Morfeo. Yo, deleitada por el silencio de una mañana que pinta luminosa. El silencio es bello, enigmático. Me recuerda a cuando me despertaba de muy niña cuando mis padres y hermanos seguían dormidos, me escurría hacia abajo de la cama y en calcetines o "mameluco" me bajaba las escaleras aquellas de madera obscura con mosaicos, asida del barandal de herrería y madera. A veces me deslizaba por el barandal hasta abajo. Me gustaba el olor de la madera.
Ya en la cocina, observaba la puerta de la cocina que daba a un patio. Sin abrirla, veía las telarañas que a diario se formaban y las activas arañas bailaban en sus redes. En la cocina, la mesa impecable, con un frutero lleno de frutas frescas que mamá habría traído del mercado.
En el silencio me decía a mis pocos años, que yo sola podría calentar la leche. Así que tomé una silla y con cuidado de no hacer ruido, arrastré la silla hacia la estufa. Abrí la estantería, saqué un vaso de plástico, lo puse sobre la mesa. Abrí el refrigerador, saqué la leche y la vertí en el vaso. Regresé la botella al frigorífico.
Vi la lata de polvo de chocolate. La observé, tenía a un super niño en la etiqueta y al estarla atentamente analizando, me dio la impresión de que la lata se movía sola.
De puntitas y con cuidado de no derramar el contenido en el piso, desplacé el vaso hacia el quemador de la estufa, me trepé a la silla y giré la llave del gas de la estufa.
"Bluff" se escuchó mientras observaba la flama azul calentando mi leche. Con lo que no contaba a tierna edad, era que el plástico se fundiría al contacto con la flama.
El olor debió de haber despertado a papá y mamá... quien bajó corriendo a ver qué pasaba.
Al principio molesta me reprendió y luego se percató que sólo quería leche. Tiernamente me explicó que el plástico nunca se pone sobre la lumbre.

viernes, abril 16, 2010

Pequeñas Iluminaciones

Aunque por lo que has leído últimamente estimado lector, creas que mi vida es una desgracia, puedo enfatizar que este duro proceso ha sido una de las mejores cosas que me ha pasado en toda la vida. Sé que suena medio macabro el asunto, pero esto lo digo en términos mundanos vamos.

No sólo reverdeció mi relación con el faraón, a quien ahora le conozco muchas otras cualidades, sino que en los momentos más difíciles, ha aparecido gente muy valiosa en mi camino. Gente que lejos de criticar y burlona o sarcásticamente decir "ay qué flojera", "ay hazte una limpia", "ay que achaques", etc. en respuesta a un "cómo estás?", me han dado herramientas para seguir con el auto-conocimiento y desarrollo de técnicas se sanación física, espiritual y emocional.

Durante este momento ermitaño forzoso en convalecencia, me han caído un sin fin de veintes de personas, situaciones, he descubierto quien verdaderamente son amigos, o digamos no superficiales como los que sólo quieren saber el chisme y no se vuelven a comunicar, etc. y decidí depurar, sacar de mi vida a las personas arriba mencionadas.

Esta mañana tuve una epifanía durante un sueño y me desperté con estas palabras:
"Soy el universo, el universo es amor y viene de dentro de mí"

Y no... no fue la Morfina.

ER, Morfina: (Crónica 3a. Parte)

El traslado a la habitación no se dió sino hasta las cinco de la mañana y dos horas después llegó el aparecido dr.
Se disculpó conmigo y comentó que durante la cirugía habían detectado una posible infección y mandaron cultivos, -el dr me habló y dejó mensaje en celular informándome de esto el mismo día que ingrese a urgencias- pero que nunca se había imaginado que llegaría a esto. Resultado: inflamación de colon e infección de riñón. Ya se me había hecho muy raro que después de la cirugía no me hubiese recetado antibiótico alguno.
Permanecí todo el día hasta casi las siete pm con suero y antibióticos. Afortunadamente en el CT Scan no había indicios de intestinos perforados, que era lo que el tío anticipaba.
Ya estoy de vuelta a casa, lo bien que me sentía después de la cirugía se convirtió en un pequeño tropezón que me ha mantenido un poco en la lona. Pero no... aquí estoy y con el lema de mi hermosa madre, "SOMOS GUERRERAS!"

miércoles, abril 14, 2010

ER, Morfina: (Crónica 2a. Parte)

Para tal estudio, le hacen a uno beber un líquido de sabor entre amargo y dulce, que huele a químico. "Líquido de contraste" que puede ser de bario o yodo y durante el estudio, inyectan otro de yodo.
Inicialmente, la bestia de la enfermera me dijo que sólo tomara dos vasos de un botellón, que si podía, que tomara un poco más. Me limité a sólo tomar 2 vasos, que de por sí ya era una tortura siquiera tener esa substancia en la boca.
Noventa minutos después me llevaron a la sección de radiología. Después de algunas instrucciones y de que aquella "dona" me escaneaba, la técnica me pidió que elevara los brazos sobre mi cabeza, que sentiría calor y que me relajara, que siguiera las instrucciones de aquella máquina, quien a intervalos me decía "aguante la respiración"... "respire", mientras aquella cama se deslizaba en el centro de la dona.
Al inyectar el líquido de contraste, sentí como si me hubiesen metido a un horno microondas, todos mis órganos en cabeza, pecho y abdomen estaban hirviendo.

Después de algunas tomas, se acaba el suplicio y regresando a aquel cuarto de emergencias, la técnica me preguntó que porqué no me había tomado el líquido, que veía la botella todavía medio llena. Le dije que la enfermera indicó sólo dos vasos. Se la puso como chancla vieja, pues dijo que el colon no se vería si no me acababa el líquido. Resultados: CT scan inconcluso.
El médico llamó y decidió mantenerme hospitalizada por esa noche (ya eran las 4 horas de la mañana siguiente).

ER, Morfina: (Crónica 1a. Parte)

Recuento de los hechos:
Jueves 8 de éste, me tasajearon de nuevo por la endo, todo iba bien... sábado 10 escalofríos, domingo 11 pesadez en piernas y baja espalda, lunes 12 aparato digestivo completamente paralizado, pesadez en parte baja del abdomen, dolor de ingle derecha proyectándose hacia pierna derecha, dolor de espalda baja lado derecho con proyección hacia pierna derecha, calambres en ambas piernas, escalofrío y fiebre.
El faraón se comunicó con el médico el lunes por la noche y éste le recomendó llevarme a emergencias, le indicó que él llamaría para que nos atendieran rápido.
9pm arribo a ER.
Toman datos, vitales, muestras de sangre y fluidos, canalizan y esperan. Después de un rato, llega el médico en turno, quien decide que me pongan morfina para el dolor en lo que espero los estudios.
Nunca había tenido experiencia con ese tipo de substancia, la enfermera indicó que me sentiría un poco mareada y que luego pasaría. Inyectó la morfina en el canal del suero e inmediatamente sentí como si las meninjes se fueran a apagar, una sensación horrible, le indiqué que me sentía muy mal mientras el faraón me veía con consternación. "No te preocupes, sólo dura unos minutos y luego estarás más tranquila".
Tranquila y la ostia. El dolor abdominal seguía ahí, sólo que mi cabeza no le daba importancia. La inflamación ahí seguía y sentía todo. La cabeza era la que estaba de viaje, pero aburridamente de viaje en el presente.
Con sana resignación me dediqué a esperar. Aquél médico en turno había ordenado por sugerencia del médico que me operó, que me hicieran un CT Scan de abdomen.

jueves, abril 01, 2010

Una vez más...

... otra cirugía... espero que esta sea la última...

Ni hablar, creo que esto de ser mujer, nomás no se me da.
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